Husos horarios se mantendrían y se busca que sus efectos en las personas sean mínimos

Cuando sean las 00:00 horas de la noche del sábado, usted estimado lector y lectora, deberá ajustar su reloj y retrocederlo a las 23:00 horas, ya que comenzará a regir el horario de invierno, medida que se extiende entre el segundo sábado de mayo y el segundo sábado de agosto.

Pero claro, no se trata tan sólo de modificar dígitos de los celulares, en los televisores o aparatos de pulsera. Es un acomodo a nuevos hábitos asociados a los meses más fríos del año, que si bien en su primer día trae aparejado una hora más de descanso, genera que el anochecer llegue antes y que las horas de “luz día” se reduzcan en forma significativa, ya que el amanecer no necesariamente llega antes por el sólo hecho de retroceder las manecillas del artefacto de uso cotidiano o sus predecesores.

Lo cierto es que esta modalidad, que define la extensión del horario de verano por nueves meses, encierra una serie de cambios en variados aspectos de la vida de las personas, lo que fue avalado por el seremi de Energía, Álvaro Herrera.

“Hay estudios que indican que el cuerpo sufre diversas alteraciones cuando existen cambios de horario y también en lo que respecta al uso de la energía. Pero para poder determinar los husos horarios, desde el Ministerio se recurrirá fundamentalmente a las comisiones evaluadoras. Incluso, hace algunos años, la Universidad de Chile emitió un estudio donde indicó cuales eran los mejores husos por regiones, sobre todo considerando aquellas zonas más lejanas, pero las decisiones no se toman en forma antojadiza o por el qué dirán”, afirmó al programa Abriendo El Día de Radio Mistral, la 95.1.

Estos antecedentes son relevantes porque los actuales husos vigentes en Chile dicen relación con el Decreto Supremo 253 vigente desde 2015, y que estableció que entre 2016 y 2018 tendrían vigencia las medidas que en la actualidad se utilizan.

Pero en ese contexto, el Gobierno deberá definir los husos horarios que tendrá el país durante la presente administración. En ese contexto, la ministra de Energía, Susana Jiménez, ya había señalado con anterioridad que “nuestro compromiso es que durante agosto próximo demos a conocer los husos horarios para 2019-2022, de tal forma que haya suficiente tiempo de difusión y conocimiento y se minimice su impacto”.

Al respecto, el seremi de la cartera en la región de Coquimbo indicó que “la decisión del Gobierno no estaría apuntando a hacer modificaciones sustanciales o cambiar la utilización de husos horarios de invierno o verano. Lo que podría cambiar o modificarse es el horario en el que comienza el horario de invierno, que podría adelantarse a abril y modificarse la cantidad de meses que podría extenderse”, acotó.

¿EFECTIVIDAD?

Si bien es cierto se ha señalado que el propósito de estas instancias es generar un mayor aprovechamiento de las horas de luz durante el día, otro punto pasa por el uso de las diversas energías, sobre todo la eléctrica.

En ese contexto, el seremi Álvaro Herrera reconoció que lo que se busca no es ahorrar energía, sino maximizar los recursos disponibles. “Incluso, según estudios, no se logra ahorrar más que el 0,88% en el horario de verano, por ende es muy poca la diferencia. Claro, si nos remontamos a comienzos de siglo, esto sí tenía un efecto sustantivo e importante. En la actualidad, la decisión no pasa por un tema de eficiencia energética, eso hay que tenerlo en consideración porque los tiempos cambiaron y no tiene relación con el tema económico”, acotó.

Otro asunto pasa por las diferentes realidades que se viven en las diferentes comunas del país, ya que el huso horario invernal involucra un impacto y que existan una cantidad de días en los cuales el sol salga después de las 8 de la mañana. En la región de Coquimbo son 55 días, una cifra apreciable que iguala a la Región Metropolitana pero que está lejos de los 5 días de Arica y de los 78 de Los Lagos, los extremos.

Este aspecto también fue tratado por el seremi Herrera. “La idea es acomodar esta política de gobierno incorporando la opinión ciudadana. Por ejemplo, lo que sucedió en Magallanes, que mantiene un huso horario permanente y especial durante todo el año, fue producto del diálogo. Se sentó un precedente en esta materia, por ende cualquier iniciativa puede ser considerada”, concluyó.

"En la actualidad, la decisión no pasa por un tema de eficiencia energética, porque los tiempos cambiaron y no tiene relación con el tema económico”. Álvaro Herrera, seremi de Energía

EN LA PRÁCTICA

Hay muchos factores en los que puede incidir el cambio de horario que tendremos este sábado, como la eficiencia energética, los efectos en la salud de los personas y la menor exposición a la luz. Esto puede tener una alta incidencia en las mañanas y en los alumnos, el ausentismo y rendimiento escolar, la seguridad pública, los desplazamientos, la tasa de accidentabilidad y productividad en el mundo agrícola, entre otras situaciones.

Verónica Vilches, profesional que vive en Coquimbo y que tiene una hija que estudia en Cuarto Año Medio, señaló que otra cosa es la realidad respecto al tema y la teoría. “Yo estoy absolutamente en desacuerdo con estos cambios de horario. Tenemos menos de 10 horas de luz natural por día, y un niño puede aprender así, durmiendo y alimentándose mal porque la falta de luz le tiene el cuerpo aletargado y además irritable porque la calidad del sueño se altera. Y a eso, sume que en Coquimbo amanece con neblina que aumenta el riesgo de accidentes por la baja visibilidad”, aseguró.

Sobre lo corto que es el periodo del horario de invierno, señaló que “es una molestia, porque es solamente hasta el 11 de agosto y me parece que el argumento del ahorro de energía no es una razón de peso. A mi hija no le alcanza el día para hacer sus actividades escolares y para mí también es una incomodidad”, argumentó 3801i