En el mes de octubre la Corporación Servicio Paz y Justicia (Serpaj) efectuará la devolución al Sename regional de la administración de la Residencia André Jarlan, ubicada en La Pampilla en Coquimbo, al no contar con presupuesto para seguir con el proyecto.
La medida dejará a 19 niños y niñas, que van entre los 7 y 20 años, con síndrome de Down, con condición del espectro autista o que poseen problemas neurológicos y psiquiátricos, a la deriva por lo que deberán ser trasladados a otros recintos del Sename en el país, al no contar la institución en la zona con un lugar donde poder albergarlos.
Evelyn Sandivari, directora del recinto, manifestó que la subvención que asigna el Estado a la residencia, que llega a los $12 millones, no alcanza a cubrir los requerimientos que estos niños de necesidades especiales demandan en salud , sumado al pago de remuneraciones del personal adecuado para su optima atención.
“Tomando de esto de una manera “responsable”, al no poder cubrir los gastos mes a mes, estamos informando esta terrible noticia. Sobre todo que en dos años y medio de nuestra administración los niños han tenido grandes avances, pese a sus limitaciones cognitivas”.
Sandivari sostiene que el traslado de los menores a otros centros va a ser muy duros para ellos , por el vínculo que han creado.
“Es uno de los centros únicos en el norte del país, y a lo mejor único en el país, especializado para recibir niños con discapacidad cognitiva severa. Ellos son altamente vulnerables y en situación de abandono familiar y también por la sociedad”.
Agrega que muchos tribunales envían niños que no tienen este tipo de problemas a la residencia, pero que si sufren problemas conductuales y no se logran adaptar.
“Muchos de los menores que llegan tienen reacciones violentas, lo que significa deterioro de la infraestructura del lugar, y golpes a sus compañeros más débiles y a las mismas tías”
Sandivari manifiesta que estos niños lamentablemente han tenido un continuo “peloteo”.
“Fueron dejados por sus familias. Ahora este que era su hogar, como no funcionó en términos financieros, son derivados para diferentes lugares separándolos de sus afectos. Como no tienen a nadie cercano, nadie reclama. Pero ellos sienten que esta es su casa y el resto de internos son su familia, al igual que las tías”.
FUTURO INCIERTO. El diputado Miguel Ángel Alvarado, quien visitó el lugar y comprobó las condiciones en que viven, mostró su preocupación por el futuro de los niños y niñas de la Residencia.
“Se está violentando la dignidad de los niños y los funcionarios. Aún no sabemos qué sucederá con este centro y los 20 niños que reciben su atención. Ellos son una familia y tememos que puedan ser separados y reubicados en otros centros. Por ello, sostendré en los próximos días una reunión con la directora nacional del Sename, Solange Huerta, para hacerle llegar estas inquietudes y otras que pude recibir en la visita que realicé”.
Alvarado expresó que ha preguntado qué pasará con los menores y nadie ha sabido darle una respuesta concreta.
“Es verdad que existen proyectos para este lugar, pero necesitamos una respuesta ahora. Estos problemas que vemos en Serpaj son un reflejo de las dificultades, tanto económicas como administrativas, que viven a diario quienes se dedican a la protección de la infancia. Por eso, más allá de lo discutido en las últimas semanas, debemos ser capaces como Estado de inyectar los recursos y poner mayor voluntad política para que el Sename y sus organismos colaboradores puedan entregar atenciones de calidad. Los niños así lo esperan”.
COLEGIO MÉDICO. Con el fin de llevar atención médica, brindar acompañamiento y, sobre todo, entregar alegría, el Colegio Médico Regional La Serena realizó un operativo para los niños del hogar.
Rubén Quezada, presidente del Consejo Regional La Serena, al enterarse del cierre del recinto señaló que “son niños con necesidades especiales de atención, tanto por su vulnerabilidad social como por su situación de salud, con requerimientos de atención neurológica y psiquiátrica constante”. El dirigente señaló además que están evaluando las acciones a seguir para tratar de impedir que este centro se cierre, ya que aquello significaría una merma “importante en la calidad de vida de estos niños”.
Proyecto de mejoramiento de residencia
Para Verónica Zarate, directora regional del Sename, el cierre se debe a que Serpaj avisó que no continuará administrando la residencia, porque esta institución colaboradora no cuenta con los recursos para suplementar la subvención que se le entrega.
“Este recinto tiene una infraestructura que data de los años 80 y ha presentado varias dificultades. Si bien en el año 2015 se hicieron reparaciones, con los temporales de este año se generaron problemas con las cañerías de agua. Existe una licitación en curso para ver si una institución colaboradora se interesa en dar continuidad a la atención de estos niños. Además, que si se produce el cierre este sería temporal, para poder generar un proyecto que está en etapa de rediseño y que una vez salga y se construya una infraestructura adecuada. Por ahora los niños al producirse el cierre esperamos que se vayan a una residencia juntos, ya que sabemos que son como una familia", indicó.