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La consejera regional Ángela Rojas advierte que la situación es grave para la agricultura y la ganadería, y teme por el abastecimiento de agua potable en la provincia de Choapa. En tanto, Aguas del Valle explica que no habrá problemas de suministro debido al trabajo y la inversión realizada.

Cada vez que hay sequía los agricultores y crianceros son los primeros en ver afectados sus recursos. Las plantaciones se secan, y la falta de alimentos y bebida para los animales redunda en la muerte del ganado menor, según detalla la consejera regional de Choapa, Ángela Rojas.

“La sequía siempre significa muerte de caprinos y las cifras en la región varía de 500 mil cabezas en años buenos y baja a 200 mil en años malos. Son las cifras del censo y la producción es cíclica”, explicó.

Sin embargo, la gran diferencia de la sequía que hoy flagela a la zona meridional de la región es que  “nunca, o en muy pocas oportunidades, el ganado mayor se ha estado muriendo de hambre y sed. Esto es sintomático de que esta sequía es mucho más terrible que las anteriores”, advierte.

La consejera es clara en indicar que la falta de agua revela su peor cara en la comuna de Combarbalà y la provincia del Choapa. Y según sus registros, está es la peor sequía en 130 años: no ha llovido y no hay nieve para alimentar con su deshielo a los embalses, lo que se suma al efecto de las sequías anteriores, dice. 

“Esta sequía es mucho más terrible  que las anteriores. Tenemos registros del año 1845 y las precipitaciones y caudales de los ríos nunca habían sido tan malos como éstas.  Este es el peor año de sequía en 130 años y es acentuado por todos los ciclos que venían anteriormente”, dice.

Según datos aportados por el  informe hidrométrico del mes de julio de la Dirección General de Aguas (DGA) -el del mes de agosto será entregado durante esta jornada-,  la estación Cogotí 18, ubicada en Combarbalá, revela que en lo que va del 2019 había caído 17,4 mm de lluvia, muy por debajo del promedio (1981 al 2010) en que  las precipitaciones alcanzan 136.8 mm, lo que significa un déficit de  87%. 

En Choapa la situación sería aun más grave. La estación Huntil, ubicada en Illapel, muestra que en lo que va del año ha llovido 18,5mm, lo que representa un déficit de un 88%; mientras que en Salamanca, la Estación Coirón evidencia una precipitación de 26,0 mm en este 2019, lo que representa un déficit de 89%

La consejera indica que el panorama para los agricultores se ve sombrío.

“Lo que vamos a ver más adelante es que los ríos no tendrán agua y eso significa que los agricultores no podrán regar sus producciones”.

Según detalla, en la provincia del Choapa el 90% son pequeños agricultores, agricultores de menos de 5 hectáreas, que se abastecen  de los ríos Choapa, Chalinga e Illapel. 

La consejera teme que la falta de agua signifique la pérdida de las plantaciones de los agricultores, en su mayoría de uva pisquera,   “eso es mortal para un pequeño productor. Si se pierde una producción significa que nunca más se puede reponer”.

Pero también advierte que tendrá efectos en la economía local: “El caballero del almacén no tendrá clientela y se verá afectado, el señor de la micro y el taxi tampoco tendrá ingresos, entonces se va a producir una recesión inmensa en estas comunas. Eso no será solo el período de sequía, hasta marzo- abril, si no que tendrá efecto de todo el año”.

El consejero por Choapa, Cristian Rondanelli concuerda con lo expuesto por la consejera “hoy están regando solo un 15% los agricultores, eso significa que es netamente para que la planta no muera y esto va a traer un problema económico a la zona”, a lo que añade otra arista de la sequía,” y tenemos que ver cómo va a afectar a la pequeña, mediana y gran minería que consume agua”. Sin embargo, señala que se está trabajando de forma mancomunada  con distintas carteras.

“Durante la semana estuvimos reunidos con el seremi de Obras Públicas, Pablo Herman; el seremi de agricultura, Rodrigo Órdenes y el delgado de la CNR, Jadid Daud para ver diferentes medidas que tomar”, indica.

Pese a las advertencias de los consejeros,  el informe hidrométrico del mes de julio revela que en el caso de los embalses, Cogotí se encuentra en un 50% de llenado, con 67, 7 millones de m3; Culimo en Quilimarí, está en un 54% con 5,4 millones de m3; El Bato en Choapa tiene 13, 53 millones de m3 embalsados, con un 53% de llenado;  mientras que Corrales hasta julio tenía 20,49 millones de m3 con un 41%. 

Más apoyo desde Santiago

El consejero regional por Choapa señala que se necesita más apoyo desde el Gobierno Central. Sin embargo, enfatiza que una situación que afecta a la región desde hace tiempo  debe ser enfrentada con políticas de mediano y largo plazo. 

Rondanelli recordó que el 2015 se generó un  Plan Hídrico con líneas de trabajo a largo plazo las que no se concretaron.  “Eso quedó en el gobierno anterior y no es una crítica. Hay que ver de qué manera que impulsamos política hídrica a nivel país y que traspase los gobiernos”, dice.

Desde la Asociación de Municipios Rurales los dardos sobre la gestión para enfrentar la sequía van dirigidos hacia el Gobierno Central.

El alcalde de Combarbalá y presidente de la Asociaciòn de Municipios Rurales de la región, Pedro Castillo,  insiste en que “el problema está con Santiago. El Gobierno, anunció la construcción de tres nuevas líneas del metro, 60 kilómetros de metro para Santiago, (1 kilómetro de metro tiene un valor de 70 mil millones de pesos), lo que estamos peleando desde el mes de enero de este año es que se nos entregue 1280 millones de pesos, lo que equivale a que estamos pidiendo para la región entera de Coquimbo, 0,01 kilómetros de metro, casi como una migaja”.

Castillo insiste en que hay tres acuerdos que se asumieron y no se han cumplido. “Mantener los cupos del Pro Empleo, entregar inmediatamente los recursos de emergencia aprobados y la  aceleración de los recursos PMU y PMB, para la estimulación de fuentes de trabajo. El Gobierno Central, no ha cumplido con la Región de Coquimbo.

Agua potable asegurada

La consejera Ángela Rojas señala que la sequía redundará en falta de agua para la bebida en los meses de verano en la zona sur de la región. 

Sin embargo, el  subgerente zonal Limarí-Choapa de Aguas del Valle, Alejandro Salazar, recuerda que desde hace más de una década que la región está sufriendo una sequía estructural.  “Eso nos ha llevado a reforzar nuestros sistemas”, dice, y  explica que para abordar la sequía se ha destinado durante los últimos seis años más de $36.000 millones en inversiones y gastos (extra a las inversiones habituales); además del trabajo en alianza con las juntas de vigilancia de los ríos de la región para asegurar la disponibilidad del recurso hídrico, el que opera con normalidad.

“En el caso de Choapa, hemos reforzado fuentes, construido tranques, conducciones, plantas elevadoras, entre otras obras y en el momento más crítico de la sequía en 2014-2015  levantamos  una conducción de 17 kms de largo para poder llevar agua desde el río Choapa a Illapel con una inversión de más de $4 mil millones, la cual está disponible  para ser operada en caso de ser necesario, por lo cual no prevemos discontinuidad del servicio en el corto plazo” dice.

“Adicionalmente a ello hemos arrendado y comprado  derechos de agua para robustecer nuestra producción en periodos en donde los administradores de la cuencas han realizado desmarques o restricción de cuota de extracción de agua desde los ríos”.

Salazar señala que es “absolutamente necesario que la sequía se aborde  mancomunadamente y   es fundamental seguir  trabajando en conjunto con las autoridades y entidades que administran el agua no sólo en Choapa sino en toda la región, para  así poder seguir garantizando el agua para consumo humano”.

 

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