La vida para la señora Cecilia no ha sido fácil. Ha tenido que luchar, junto a su marido, toda la vida para sacar adelante a sus cinco hijos. Llevan 40 años de matrimonio, con altos y bajos, pero no se quejan. Así les ha tocado.
Sin embargo, un día todo cambió. Y de golpe. Por la mañana, antes de sentarse a comer, le golpearon su puerta, allá en Las Compañías, en el pasaje Pompeya. Sorpresa al encontrarse con su hermano Luis, de 60 años, tirado. Lo dejaron ahí para que ella lo cuidara.
No supo qué hacer. Lo entró, lo abrazó, cuidó y protegió. Han pasado tres meses desde aquel día. Y cuenta que han tenido que pasar por momentos complicados, principalmente en lo económico, ya que ella dejó de trabajar para cuidarlo. También para cuidar a su marido, Héctor, que sufre de diabetes. Viven con su pensión pero no les alcanza. Menos cuando gran parte del dinero hay que gastarlo en pañales. No tiene los medios para cuidarlo.
“Fue su hija quien lo trajo. Ella lo dejó en la puerta de la casa. Golpeó y se fue. Dijo que se haría cargo cuando mi hermano estaba en el hospital - cuando lo encontraron en su casa también del sector de Las Compañías, a unas cuantas cuadras de donde hoy se encuentra, estuvo hospitalizado más de dos semanas debido a la lamentable situación en la que lo encontraron, casi arrastrándose, sin hablar y desnutrido, cuya imagen se hizo viral en las redes sociales y que diario El Día publicó con una nota- y también se lo dijo a la asistente social, pero no cumplió. Se lo llevó a la casa 10 días y luego lo trajo. Ya han pasado tres meses y no sé qué hacer, puesto que tuve que dejar mi trabajo para cuidarlo, pues sufre de la memoria y no sabe lo que hace. También tengo que cuidar a mi marido que tiene diabetes y ha tenido muchas complicaciones en el último tiempo”, cuenta Cecilia Marín, ya desesperada por la situación, “ya que no tengo los medios para tenerlo y cuidarlo. De verdad que no sabemos qué hacer”.
Reconoce que ha golpeado muchas puertas. Que está esperando que muy pronto le salgan a Luis los papeles de su pensión, lo que sería muy bueno para la situación económica que están viviendo como familia. Aunque aclara que no sabe cuánto tiempo deberán seguir esperando para que le resulte ese trámite.
“Ya no doy más. Cuando pasó todo esto hablé con la asistente social y me dijo que lo habían ayudado, pero fue cuando vivía solo en su casa, antes que llegara acá. Las hijas no quieren hacerse cargo”.
Antes que su hermana se hiciera cargo, Luis Marín vivía en condiciones inhumanas al sobrellevar sus días entre desperdicios en su casa ubicada en el sector de Las Compañías, en calle La Reconquista con La Conquista.
Aquella vez, los vecinos alertaron de la situación en la que se encontraba, pues vivía sólo y desde hacía mucho tiempo rodeado de basura y desperdicios que le habían dejado trabajadores de una constructora, los cuales, aprovechándose de su condición, lo usaban como bodega.
Hoy Luis tiene una vida mucho más digna. Pero aun así los problemas no cesan para la familia. Es que debido a su situación mental se arranca. Lo hace apenas pueda. Oportunidad que tiene y aprovecha para salir y caminar sin rumbo fijo.
“Muchas veces ha salido como a las 10 de la mañana y recién por la tarde lo encontramos. Damos aviso a Carabineros por cualquier cosa que pueda pasar. Perdió la memoria hace mucho tiempo. No le ha tocado fácil, puesto que de chico sufrió una meningitis y también tiene epilepsia, entonces por los golpes creemos que está así. No sé. Hoy (ayer) lo llevamos al hospital para lo que lo revisaran, ya que tenía hora, y está sano de su cuerpo, pero tiene problemas en su cabeza, de memoria, y eso es lo que nos tiene más complicados”, cuenta Héctor, apoyado en un bastón para sostenerse debido a su avanzada diabetes.
La casa de Luis se encuentra en el mismo sector, a un par de cuadras de donde está viviendo hoy, pero aun así pasaron años sin verse con su hermana.
“Somos hermanos, pero no lo veía hace mucho tiempo. Le preguntaba porque no venía para la casa si no tenía para comer, pero la memoria ya la había perdido. Su casa hoy está vacía y sin luz ni agua. Luis está todo el día como ido, sentado en el sillón, en su cama, sin hacer nada. Balbucea cuando quiere algo y cuando ve la puerta abierta, arranca. Me da pena verlo así. Además, usa pañales y en las noches se los saca y me deja todo mojado. Ojalá que las autoridades hagan algo y nos puedan ayudar, ya que la verdad es que no sabemos qué hacer”.
Así lo encontraron hace unos meses, antes de ser hospitalizado y llegar a la casa de Cecilia: