Crédito fotografía: 
Justo Henríquez
El vecino Justo Henríquez, quien realizó la denuncia a través de redes sociales, tras la publicación del hecho tiene prohibido el ingreso al vertedero.

Hace algunos días, Justo Henríquez, habitante de Vicuña, ingresó como de costumbre hasta el vertedero de dicha comuna, dónde diariamente se dirige para realizar labores de recolección y reciclaje.

Mientras recorría el lugar, se encontró con la sorpresa de que habían más de 30 cajas selladas, con el logo de la Seremía de Educación. Estas estaban llenas de libros nuevos, material educativo para la enseñanza de Mapudungún entre otros textos, razón por la cual decidió denunciar el hecho a través de redes sociales, publicando un video que se volvió viral.

Según relata en su video, las cajas tienen fecha del año 2016 y se trata de textos nuevos, los que prácticamente fueron arrojados a la basura.

Problemas por la denuncia

Tras la viralización del video, Justo denunció que no ha podido volver a ingresar al vertedero, ya que se le ha prohibido el paso tras hacer público este hecho.

Esto le ha generado un tremendo problema, ya que diariamente se dirigía al lugar para recolectar y reciclar diversas especies que allí encontraba, las que posteriormente vendía, para generar recursos para su familia.

Pese a este problema, Justo llevó todos los libros a su hogar ubicado en calle Freire 251 y los está regalando a quienes los necesiten.

Investigación en curso

De inmediato tras conocerse la denuncia, desde la Seremía de Educación se instruyó una investigación para determinar la razón por la cual los libros terminaron en la basura y no llegaron a manos de los estudiantes.

Estos libros podrían corresponder a un colegio municipalizado o particular subvencionado. Incluso podrían provenir desde otra comuna, por esta razón se determinará a través de una investigación las responsabilidades.

En este sentido, funcionarios del municipio de Vicuña se hicieron presentes en el lugar para indagar los primeros antecedentes del caso, consultando por los detalles del hallazgo al vecino que los encontró.

Desde el municipio se llevaron parte de los libros y también se tomó registro de las etiquetas ubicadas en el exterior de cada una de las cajas, las cuales contienen códigos de barra las que pueden establecer la procedencia y destino exacto de los textos escolares.

 

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