El padre Víctor Mora conoce de cerca las necesidades y lo que piensan los jóvenes que estudian en los colegios de la congregación salesiana de Iquique a Punta Arenas. Esto porque antes de transformarse en sacerdote estudió en el colegio salesiano de Talca. Es por ello que ahora recorre el país destacando el trabajo que desarrolla la Fundación Don Bosco que él preside. En entrevista con radio Mistral (95.1 ) y que hoy reproducimos en diario El Día el religioso destaca que esta entidad surgió como respuesta a las necesidades de los propios jóvenes de un sector vulnerable de Santiago que necesitaban ayuda al estar atrapado en el flagelo de la droga. Es por ello que admite que hasta ahora la congregación era ampliamente reconocidos en el ámbito educativo, pero en los últimos años viene cumpliendo un rol social más trascendente.
Es por ello que en su visita realizada a la Región de Coquimbo, el sacerdote comentó que, en el marco de su labor como salesianos “queremos dar a conocer esa acción, pues consideramos importante que se haga en forma oportuna. Esta labor se conoce en los colegios, a nivel nacional, pero lo social es relevante pues debemos atender a niños, jóvenes y adolescentes con alta vulnerabilidad. En Santiago y la Región de Valparaíso apoyamos a menores en situación de calle y drogadicción. Por esto, quiero decir que los salesianos podemos hacer un trabajo más significativo”.
-¿Qué trabajos han podido desarrollar, en el marco de su foco en la acción social?
“Durante el primer semestre realizamos una colecta a nivel nacional, autorizados por el Ministerio del Interior. En efecto, en nuestro colegio Salesianos La Serena estamos revisar nuestras obras para poder concretar las tareas que llevaremos adelante. Actualmente, en regiones estamos trabajando en Alto Hospicio, también en Calama mediante la apertura de un colegio y otras actividades”.
-¿Cómo buscan acercarse a la Región de Coquimbo?
“Lo primero es dar a conocer lo que estamos realizando y que existe la fundación. Y segundo, respondemos frente a las necesidades que hay. Para esto, hemos tenido reuniones con los laicos salesianos, para determinar las carencias que hay en La Serena. Nosotros no vamos con un proyecto armado; esto implica comprometer a la gente de la zona y mirar la realidad e identificar como viven los jóvenes en su entorno. Así, podremos saber si hay situaciones problemáticas y como podemos ayudarlos, a partir de lo que sucede en la realidad”.
HISTORIA.
La Fundación Don Bosco tiene 19 años de historia, la que nace por la necesidad de los jóvenes de 22 ó 23 años que se encontraban en situación de drogadicción, y que le solicitan a un sacerdote en la comuna de La Florida, en Santiago, que les ayudase a rehabilitarse. En ese momento, es cuando se crea un programa y todo empienza. El padre Víctor Mora conoce bien esta historia.
-¿Qué tan difícil es llevar adelante programas de rehabilitación cuando se ha criticado que en muchas ocasiones estos no han solucionado las problemáticas de fondo?
“Creo que en esto debemos tener mucha vocación. Los educadores y los profesionales que trabajan con nosotros se mueven fundamentalmente en eso para reinsertar a estos muchachos. No sólo basta que podamos trabajar con el niño, sino que este se pueda reinsertar en su propia familia, porque sino es muy difícil poder acompañarlo. Incluso, nosotros los adultos sino sanamos nuestra heridas y no generamos vínculos con nuestros seres más cercanos, se hace más complejo”.
“Nosotros no llegamos con un proyecto armado; esto implica comprometer a la gente de la zona”. Víctor Mora, sacerdote y presidente de la Fundación Don Bosco
-¿Cómo opera la fundación hoy en día?
“Actualmente, la parte más vulnerable se encuentra en Santiago Sur, Quinta Normal, San Bernardo, Puente Alto, La Florida, La Cisterna, sumando Valparaíso y Reñaca Alto en Viña del Mar. Nuestra idea es precisamente dar a conocer la fundación y poder generar espacios de concreción, viendo la realidad. Los salesianos estamos desde Iquique hasta Punta Arenas, y poco a poco se van creando centros comunitarios, donde no necesariamente hay menores involucrados en la drogadicción, pero sí se les ayuda a prevenir caer en estas situaciones”.
-¿Se han conocido casos de consumo de drogas en los colegios salesianos?
“Más que en los colegios, creemos que las drogas son algo transversal. Quizás en nuestros establecimientos hay casos, pero no son ajenos, porque los chicos que estudian con nosotros son parte de la sociedad y también viven el día a día”.
-Usted antes de ser sacerdote estudió en los Colegios Salesianos. ¿Cuál es el valor de conocer toda esta historia por dentro?
“Yo estudié en el Colegio Salesiano de Talca, y creo que esto responde al llamado del Papa Francisco, que no es quedarse quieto, sino ir a las periferias, para responder al llamado que tienen principalmente los jóvenes, ya que muchas veces van quedando relegados ante las oportunidades”.
RECUADRO...
La esperanza por la venida del Pontífice
-¿Cómo enfrentan la visita del Papa Francisco a diversas zonas de nuestro país?
“Tenemos esperanza, luego de ver lo que el Santo Padre presenta como mensaje. Es un llamado a la unidad, a la reconciliación y al encuentro, lo que no es sólo para los que profesan la fe católica, sino que es una invitación a todos”.
-Respecto a los cambios educativos en materia de inclusión, ¿cuál es la postura que han tomado los colegios salesianos?
“Creemos que el proceso que ha ido llevando adelante el Estado es una oportunidad para que con la misma calidad que teníamos antes podamos atender a las familias más vulnerables. La idea es poder prestar una ayuda, un servicio y una oportunidad de calidad en los distintos lugares donde nosotros estamos, especialmente en los colegios técnico- profesionales, para que puedan salir muy bien preparados al mundo e incluso tengan la posibilidad de llegar a la universidad”. 3801i