El 14 de marzo, el Ministerio de Salud comenzó la campaña de vacunación para prevenir el virus de la influenza en todo Chile. Y ya cumpliéndose un poco más de una semana desde su inicio, en la Región de Coquimbo ya se han vacunado 28.775 personas, es decir, que lo ha hecho casi el 11% de la población que está más propensa a contraer la enfermedad según el seremi de Salud, Matías Letelier.
La influenza (también conocida como gripe) es una enfermedad respiratoria aguda, causada por el virus de la influenza, el cual se transmite a través de las gotitas de saliva que genera un enfermo al toser o estornudar. Estas secreciones contaminan las superficies que luego son tocadas por personas sanas quienes, al llevarse las manos a la boca, permiten que entre a las vías respiratorias.
Puede provocar cuadros más graves, como neumonía y otras complicaciones. Según el seremi, los grupos prioritarios son las embarazadas a partir de las 13 semanas de gestación, los niños y niñas entre los seis meses a los cinco años, adultos mayores, personas que tengan contacto con zonas avícolas o criaderos de cerdos, trabajadores de la salud y pacientes crónicos.
Por lo que Letelier hace un llamado para que la mayor cantidad de personas posibles acudan a su centro de salud más cercano para que se puedan vacunar, sobre todo este año donde se tienen los antecedentes de que el virus “viene mucho más influenciado” que los años anteriores.
Sin embargo, las mujeres embarazadas son especialmente vulnerables a sufrir complicaciones por esta enfermedad, debido a los cambios fisiológicos en el sistema inmune y el aparato cardiopulmonar que presentan durante esta etapa.
Según la doctora Katia Abarca, Infectóloga de la Red de Salud UC Christus, “las mujeres embarazadas tienen más riesgo de hacer un cuadro grave y se hospitalizan más por requerir cuidados intensivos”. Abarca agrega que este grupo puede presentar abortos o partos prematuros como consecuencia de la influenza.
Influenza a la vista
Se trata de una enfermedad respiratoria contagiosa. Este virus puede causar una enfermedad leve o grave y en ocasiones puede llevar a la muerte. Es diferente al resfrío, ya que por lo general comienza repentinamente.
Según la médico broncopulmonar del Hospital de La Serena, Alexandra Reyes, identificar la presencia del virus en una persona es relativamente sencillo. Porque cuando se presenta el cuadro, se evidencian los síntomas de una gripe común: dolores de cabeza, fiebre y tos.
Reyes recomienda que si estas señales perduran o aumentan, lo mejor es acudir inmediatamente a un médico para descartar su presencia.
Agrega que el período en que con más fuerza llega la influenza es en el mes de mayo, “en pleno otoño y a poco tiempo de que comience el invierno, por ello es importante vacunarse en esta época”.
Prevención y recomendación general
Al año, miles de personas mueren en el mundo debido a dicha enfermedad y muchos requieren de hospitalización. Para prevenir las condiciones anteriormente mencionadas, es necesaria la vacunación anual contra este virus, pero también existen otros métodos -menos efectivos- que ayudan a la prevención de esta enfermedad.
La doctora Katia Abarca dice que la más importante forma de prevención es la inyección, pero que también existen otras modalidades para intentar no contraer el virus mencionado.
Frente a esto, esclarece que se debe intentar no asistir a lugares con aglomeración de gente y si se tienen síntomas del virus o se tiene algún malestar respiratorio, toser y estornudar aplicando una buena técnica: si no se tiene un pañuelo a mano, taparse con el antebrazo del brazo que menos se use, lavarse las manos recurrentemente y si se suena, botar el papel inmediatamente en el basurero.
La doctora enfatiza que para combatir el virus no se toma antibiótico porque “ningún contagio se combate con antibióticos”, sino que se debe tomar un medicamento llamado oseltamivir, que por cierto requiere receta médica para ser adquirido.
Cuidado futuras mamás
El jefe (S) del Servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital de La Serena, Francisco Gálvez, enfatiza que las embarazadas deben “sí o sí” vacunarse después de la semana número 13 o 14 de concepción.
Según Gálvez, la importancia de vacunarse en dicho período recae en que los recién nacidos no pueden ser vacunados durante los primeros seis meses de vida, “por ende existe un traspaso de inmunidad pasiva hacia el feto que se extiende cuando este nace”.
El ginecólogo agrega que es en la semana 13 o 14 de gestación, donde la placenta ya está constituida, “entonces ya existe la barrera into placentaria que evita una mayor virulencia hacia el feto”. Además, si el tratamiento se hace antes del tiempo recomendado se pueden producir complicaciones con el embarazo, “por lo que recomendamos siempre la vacunación posterior a estas semanas”.
Por último, Gálvez sentencia que cuando una paciente llega al servicio de urgencia con sospecha de influenza, deben iniciar inmediatamente un tratamiento anti viral con oseltamivir ya que no se puede esperar, “porque a diferencia de otros pacientes, las embarazadas tienen que ser hospitalizadas y deben quedar bajo cuidados especiales”.
UNA BUENA ALIMENTACIÓN TAMBIÉN AYUDA
“La alimentación es más importante para prevenir que para curar”, dice la nutricionista Liesel Möller. Para ella, una persona debe consumir como mínimo dos litros de agua al día y las que están embarazadas más aún porque la “demanda de sangre de la guagüita que se está formando también deshidrata”. Sin embargo, mantiene que la cantidad de agua recomendable para una embarazada se debe medir de manera individual, ya que hay que considerar su gasto energético, su peso y estatura.
“A modo de promedio, yo me atrevería a decir que deben tomar tres litros. Y esto no resulta tan difícil ya que cuando estás embarazada te da más sed”.
Otra cosa que sirve mucho para mantener bien las defensas del organismo es siempre consumir frutas y verduras frescas y crudas. La cebolla y el ajo aumentan bastante la inmunidad del organismo y dentro de las frutas, preferir siempre las que tienen alto contenido de vitamina C como lo son el pomelo, la naranja, el limón y el pimentón.
Möller recalca en la importancia de comer los alimentos mencionados anteriormente de forma cruda. Esto, porque sólo en ese estado las frutas y verduras no pierden sus nutrientes.
“Las vitaminas generalmente se disuelven en el agua, entonces cuando uno las mete a cocción los nutrientes que servirán para proteger nuestro cuerpo, la mayoría se pierde”.
La nutricionista enfatiza que lo ideal es consumir, entre frutas y verduras, cinco diarias y de colores distintos, “porque cada tonalidad aporta diferentes elementos”.
Puntualizando, aclara que si se contrajo el virus y la persona ya está enferma, “ojalá no disminuya el consumo de frutas y verduras y que aumente la ingesta de líquidos”, pero que lo más importante es tratar los síntomas con un especialista inmediatamente. 6401IR
Síntomas de la influenza
- Fiebre
- Tos
- Dolor de garganta
- Mucosidad nasal o nariz tapada
- Dolores musculares y corporales
- Dolores de cabeza
- Fatiga (cansancio)
*Algunas personas pueden tener vómitos y diarrea, aunque esto es más común en los niños que en los adultos.