• Antes del ataque incendiario de septiembre, el monumento se vio afectado por rayados de pintura por parte de desconocidos. Foto: El Día
  • El monumento también ha sido atacado en las madrugadas del 12 de octubre, cada vez que se conmemora el descubrimiento de América.
  • Esta es una de las imágenes más antiguas que se tienen de la estatua, en 1955, cuando estaba instalada en el sector del Espejo de Agua. Foto: Ramón Poveda
La estatua del refundador de La Serena, que fue víctima de un atentado vandálico este año, ha tenido varias anécdotas desde que llegó a la ciudad en 1952, procedente de España.

La noche del domingo 11 de septiembre de este año, un inusual hecho ocurrió pasadas las 22:00 horas en La Serena. Desconocidos incendiaron la estatua de Francisco de Aguirre, ubicada en la entrada de la ciudad, por la Ruta 5 Norte. El fuego fue provocado por un grupo de vándalos que comenzó a hacer desmanes en el sector de la rotonda, en la avenida que lleva el nombre del refundador de La Serena, desórdenes que terminaron con la estatua incendiada por completo. Los mayores daños fueron en la zona de la cabeza.

Sin embargo, lo llamativo sería luego que parte de la comunidad no lamentó mucho lo sucedido, al menos por las redes sociales o en el foro de diario El Día en internet. “Sólo chilenos con falsas raíces, desconocedores de la historia, amantes de los genocidios y del sadismo, pueden lamentar este hecho. De todas maneras, preferiría que la autoridad retirase la estatua y le dé un buen uso a los metales”, opinó por ejemplo Eddie, mientras que Paula manifestó que “a los que conocemos la historia y quién fue este señor, creo que nunca mereció una estatua”, haciendo mención a las numerosas muertes de indígenas en la zona a manos de los españoles, en la época de la Conquista. 

Aunque igual hubo cibernautas que condenaron la acción vandálica. “No importa si el personaje en cuestión fue bueno o malo, lo que sí importa es que de todas formas es parte de nuestra historia, nos guste o no, y por tal motivo permanecerá siempre y la estatua es una obra de arte”, remarcó Pilar. En tanto, Juan escribió “qué lástima que existan estos hechos vandálicos, que en nada contribuyen a la paz social”, mientras que en opinión de José Miguel, “todos los hechos que pasan el 11 de septiembre no son más que obra de imbéciles antisociales, que lo único que hacen es poner en peligro a todos”.

Pero, ¿quién era Francisco de Aguirre, cuya figura hasta el día de hoy divide a los serenenses? Nacido en Talavera de La Reina, España, en el año 1500, fue un militar (miembro de las tropas imperiales de Carlos I) que participó en la conquista de Chile y del noroeste de Argentina. Asignado como gobernador de nuestro país tras la muerte de Pedro de Valdivia  (a quien conoció en las guerras de Italia), fue también gobernador del Tucumán en tres oportunidades y refundador de La Serena (Chile) y fundador de Santiago del Estero (Argentina). 

Nombrado teniente gobernador de la zona entre el río Choapa y Atacama, Valdivia le encargó la reconstrucción de La Serena destruida por los indígenas en el norte, ya que había demostrado mano dura en la guerra contra los aborígenes y en el castigo de ellos. El 26 de agosto de 1549, Aguirre refundó la ciudad, levantando un fuerte para defenderse de los ataques, para después ponerse al frente de su tropa y marchar en persecución de los indígenas a quienes derrotó. El norte de Chile quedó libre de peligros desde ese entonces, pero también casi despoblado y con menos mano de obra.

El escritor argentino Antenor Álvarez escribió en una oportunidad sobre Francisco de Aguirre que “sufrió persecuciones debido a su severidad y soberbia. Ambicioso de gloria, llegó a ser el más grande de los conquistadores de la epopeya del Tucumán, de actuación preeminente en la historia de tres naciones americanas... Murió en el valle de Copiapó en 1581, olvidado de sus contemporáneos, rodeado únicamente de tribus indígenas que velaban y cuidaban su soledad. Hasta los pueblos que fundó y mandó fundar lo olvidaron durante siglos”.

La historia cuenta que en abril de 1576 regresó a Chile y se estableció modestamente en la ciudad de La Serena, donde tenía su encomienda y se dedicó a las labores de campo. Estando allí, el pirata inglés Francis Drake quiso atacar la ciudad, siendo su hijo, Hernando de Aguirre, quien lideró la defensa de la zona y evitó el asalto y saqueo de la misma. Francisco de Aguirre murió en La Serena en 1581  y sus restos fueron enterrados en la iglesia matriz (actual Catedral), pero se desconoce el lugar exacto de su tumba, debido a las diversas modificaciones que ha tenido el templo y a la pérdida de la mayoría de las actas del cabildo anteriores a 1680.

 

CONFUSIÓN DEL PERSONAJE

A través de información recopilada por el blog Urbatorivm, se indica que al parecer existió un interés en homenajear al segundo fundador de la ciudad, en el marco de los preparativos para el festejo del IV Centenario de La Serena en 1944. A pesar de las actividades realizadas con este motivo, igual no fue sino hasta 8 años después que los serenenses pudieron contar con la famosa estatua dispuesta en la avenida que lleva el mismo nombre del conquistador.

La iniciativa de poner a disposición de La Serena un monumento para Francisco de Aguirre fue tomada por el Gobierno de España en 1952, cuando tenía lugar la etapa final de ejecución del Plan Serena. Ese mismo año, además, la ciudad de Talavera de la Reina también rindió un homenaje a su hijo advenedizo por estas tierras, con un artístico cuadro conmemorativo de baldosas.

La obra en homenaje a Aguirre le fue encargada por la Dirección General de Relaciones Culturales del país hispano al artista escultor Juan Adsuara Ramos (1893-1973), que era académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Antes estaba instalada cerca de la Estación de Ferrocarriles, sobre la fuente del Espejo de Agua. En el citado blog se especifica que algunas postales fotográficas posteriores a su inauguración confirman que aparece en el cercano Parque Pedro de Valdivia. 

En un principio la estatua no tenía placa informativa, lo que motivó algunas críticas ciudadanas porque se prestaba para creer que podía corresponder en realidad a Valdivia por el nombre del parque, y no a Aguirre. La obra conmemorativa llegó así a Chile hacia los últimos días del Gobierno de González Videla, siendo inaugurada en el aniversario serenense de 1952. Su traslado a la Alameda es posterior. Se le construyó un pedestal rectangular de roca de granito blanco, justo al principio del bandejón central de la Alameda. 

 

CRÓNICA DE LA ESTATUA

Desde Barcelona, el diario “La Vanguardia Española” del martes 27 de mayo de 1952 dio cuenta de la estatua cuando estaba siendo producida en el taller del artista Adsuara: “El obsequio del Gobierno español se hace para corresponder al gesto del Presidente de la República de Chile, don Gabriel González Videla, quien puso especial empeño en que, con ocasión de la reconstrucción de La Serena, su ciudad natal, se imprimiese a las nuevas construcciones un marcado carácter español. Al atender este deseo del Presidente de la Dirección General de Relaciones Culturales, envió a Chile al arquitecto don José Manuel Valcárcel”.

 

 

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