• Foto: Andrea Cantillanes
    Foto: Andrea Cantillanes
Populares en la década del noventa, los teléfonos públicos han ido disminuyendo su presencia en las ciudades debido al aumento del uso de celulares y la poca rentabilidad que generan. Sin embargo, son vitales en emergencias, ya que no pierden conectividad.

Pleno desierto, un poblado casi desolado y una camioneta que avanza hasta el único teléfono público del lugar. El anciano conductor  se baja del antiguo vehículo y llama a su hijo y se escucha la frase “De Cachiyuyo pueh”. 


Es que ya a finales de los ochenta y en toda la década del 90, la comunicación a distancia era casi un privilegio y muchas personas hacían fila para poder utilizar las famosas cabinas telefónicas que se encontraban en las esquinas o en diversos locales comerciales. Sin embargo esos modernos aparatos, en aquellos años, han ido disminuyendo su uso y despareciendo de las calles. 


Si en el año 2004 había un teléfono público por cada 847, ya en el 2009 el mismo teléfono tenía que   abastecer a 993 chilenos y en el 2014 sólo se contabilizaban 8.811 teléfonos públicos. Mientras en las llamadas,  de las 114 mil que se realizaban en el año 2004, en el 2009 estas alcanzaron las 62.278 y en el 2014, sólo se alcanzaron las 16.049 llamadas.


Hoy aún es posible ver algunos aparatos telefónicos en las principales calles de cada ciudad como por ejemplo entre Cordovez y Cienfuegos, en La Serena, todos en funcionamiento y también en supermercados y centros comerciales. 

SU SALIDA DE LAS CALLES. Las empresas de telefonía explican que una de las principales razones por las cuales los teléfonos públicos han ido desapareciendo de las diversas ciudades del país, situación que ocurre de manera globalizada, es el aumento explosivo de la telefonía móvil.


En Chile están activos más de 26 millones de celulares que no sólo permiten comunicarse, sino que además conectarse a internet y las redes sociales, sacar fotografías o escuchar música. 


Al consultar en las calles de la ciudad, muchas personas desde hace varios años ya no ocupan estos aparatos y usan sus celulares. Bryan Labarca  y Emmanuel Navia  son dos amigos que utilizan las nuevas tecnologías para comunicarse. Fanáticos de las redes sociales, aseguran que muy pocas veces han utilizado un teléfono público, especialmente por alguna emergencia.

“Lo he usado de vez en cuando, especialmente cuando se me acaba la batería y necesito llamar a alguna persona urgente”, señala Bryan. Mientras que Emmanuel agrega que como no todos los números telefónicos se aprenden de memoria, sabe los de sus padres y a ellos “llamo cuando no tengo saldo en el celular y necesito avisarles algo o que llamen a otra persona”.


El uso de teléfonos públicos,  genera demasiadas incomodidades,  desde el simple hecho del uso obligado de monedas, que algunos aparatos  en mal estado se traguen tu dinero y también que el tiempo de llamada es escaso. 


Diversas compañías telefónicas han señalado que en el 2020  ya no tendrán ningún equipo en las calles, tal como GTD Manquehue o Telefónica del Sur. Incluso muchos de ellos son vendidos para los amantes de la colecciones de objetos antiguos con precios que fluctúan desde los 50 mil y pueden llegar hasta los 250 mil pesos.


Por otra parte, el costo de mantención de cada teléfono público (desde 50 mil a 100 mil pesos) y el costo de arriendo por los sitios donde se instalan, por parte de los municipios, no hacen conveniente a estos aparatos ni generan rentabilidad económica.

VITALES EN SITUACIONES DE EMERGENCIA. Consultados por la situación actual de los teléfonos públicos, desde la empresa Movistar señalan que la telefonía pública es un servicio necesario “y que complementa las necesidades de comunicación de grupos transversales”.


La compañía a comienzos de los años 90 mantenía 6.500 equipos, en el 2000, cuando la telefonía pública alcanzaba récords, se instalaron más de 12.800 aparatos. Hoy el parque alcanza sólo 5 mil teléfonos públicos monederos en todo el país. Éstos se encuentra distribuidos  en sectores de alta afluencia como los malls,supermercados, terminales de buses, aeropuertos y especialmente en lugares de escasos ingresos, “donde el teléfono público sigue teniendo alta conectividad”,explican desde el Departamento de Comunicaciones de Movistar.


 Señalan que a pesar del costo de mantención y el poco uso  de la comunidad, no serán eliminados de sus servicios, ya que cumplen un importante rol de conectividad en  medio  de emergencias como desastres naturales u otros, ya que no pierden comunicación y no se cae o colapsa  la señal como en los teléfonos celulares.


“Un claro ejemplo de eso fue lo que ocurrió para el 27F de 2010, el terremoto zona norte del 2014, incendio en Valparaíso y la inundaciones del 2015, en el norte;  donde los teléfonos públicos dejaron claro su rol social y necesario al operar en todo momento a nivel nacional”.


 Por otra parte, también permiten llamar de forma gratuita a carabineros con el 133, Bomberos 132, o por violencia intrafamiliar el 149, explican desde la compañía.

 

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