• Los especialistas del Ceaza señalan que tendrán mucho más certeza de este escenario en el Boletín Climático de abril, cuando se tenga mayor confianza respecto a aquellas condiciones
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El Día
De acuerdo a los datos dados a conocer por los especialistas, se espera que en el trimestre marzo-abril-mayo se experimenten precipitaciones normales. Sin embargo, adelantan que hacia fines de otoño y hasta mediados de invierno podríamos tener condiciones normales a lluviosas en la Región de Coquimbo.

En su informe del mes de marzo, el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) informó que según los antecedentes que arrojan los modelos a la fecha el fenómeno de El Niño con características débiles podría extenderse hasta el mes de agosto e incluso iniciada la primavera, lo que da la opción de que se generen lluvias tardías en la región.

“Inicialmente, en febrero los modelos nos mostraban que el fenómeno se presentaría hasta el trimestre abril/mayo/junio. Pero la última actualización de los centros internacionales de pronóstico nos muestra que el evento se podría extender hasta el invierno”, explicó Luis Muñoz, meteorólogo de la entidad.

El experto agrega que no se pueden descartar probables efectos hasta la primavera, en el escenario de una extensión de El Niño, lo que traería consigo precipitaciones tardías “porque con su retirada aún quedan algunos efectos en la atmósfera”.

No obstante, Cristian Orrego, coordinador del área de meteorología del CEAZA, señaló que dado que no es un Niño intenso, es menos claro el efecto que puede tener en la zona. “Por el momento, basados en este índice y en lo que dicen los modelos mundiales estamos esperando precipitaciones normales a sobre lo normal en los próximos meses, aunque nada tan intenso como 1997 o 2002”, precisa. 

"Hacia fines de otoño y hasta mediados de invierno podríamos tener condiciones normales a lluviosas en la región”- Luis Muñoz, meteorólogo del Ceaza

De acuerdo al informe, se espera que en el trimestre marzo-abril-mayo se experimenten precipitaciones normales. Sin embargo,  Muñoz adelanta que “hacia fines de otoño y hasta mediados de invierno (trimestre mayo-junio-julio) podríamos tener condiciones normales a lluviosas en la Región de Coquimbo. Esta situación se estaría actualizando en el Boletín Climático de abril, cuando se tenga mayor confianza respecto a aquellas condiciones”, indica.

Los modelos

 Según explican los especialistas del CEAZA, para ratificar la ocurrencia del fenómeno de El Niño es necesario registrar su presencia por cinco trimestres consecutivos. “Seguimos en una fase cálida asociada al fenómeno de El Niño, confirmándose su presencia debido a que los pronósticos indican que el trimestre enero, febrero y marzo se mantendrá cálido, gracias a esto es que se cumplirán los cinco trimestres consecutivos bajo esta condición”, explica Muñoz.

20 pronósticos se revisan para dar una aproximación del fenómeno durante los próximos  6 a 9 meses.

En este sentido,plantea que para confirmar la ocurrencia del fenómeno de El Niño se debe considerar “una serie de parámetros, siendo el principal el Índice Oceánico El Niño (ONI), el cual corresponde al promedio de tres meses de la anomalía de temperatura superficial del mar de océano Pacífico ecuatorial, de un área conocida como zona Niño 3.4. 

Para determinar que El Niño está presente es necesario que se registren al menos 5 trimestres móviles con un ONI positivo, con un valor mayor o igual a +0,5ºC. Otros parámetros que se utilizan son el Índice de Oscilación del Sur (IOS), el Índice de Radiación de Onda Larga Saliente (OLR), el contenido calórico bajo el océano “y otros más, que permiten determinar si el océano está acoplado con la atmósfera”, puntualiza Muñoz.

Por su parte, Cristian Orrego explica que se realizan cálculos estadísticos, es decir, se analizan los números históricos para realizar un pronóstico.

“Asimismo, se realizan análisis dinámicos, referidos a simulaciones de modelos de la atmósfera de largo plazo, que contemplan desde 3 a 6 meses. Se estudian más de 20 pronósticos que se revisan en conjunto para dar una aproximación de lo que se espera que pase con el fenómeno durante los próximos  6 a 9 meses”.

Un grado de incertidumbre

En todo caso los expertos advierten que si bien se han logrado grandes avances tecnológicos que hoy se utilizan en la previsión del tiempo, aún se estaría lejos de alcanzar un nivel de precisión mayor, por la naturaleza cambiante e inmanejable de estos fenómenos. Al respecto, el modelador matemático del CEAZA, Arno Hammann, asevera que los pronósticos meteorológicos presentan varios problemas desde el punto de vista de la física (turbulencias, por ejemplo), porque no existen teorías completamente precisas, junto a otras complicaciones.

Al respecto, Luis Muñoz recalca que “los sistemas atmosféricos que generan precipitaciones y otros efectos, como sistemas frontales, anticiclones, núcleos fríos en altura, tienen vida propia, todos interactúan con todos”, puntualizó.

 

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