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Lautaro Carmona
Cuando las restricciones se vayan levantando comenzarán a operar algunos negocios que debido a los aforos actuales no pueden hacerlo. Los negocios han debido soportar los cierres gracias al trabajo de la temporada estival.

Ante el complejo escenario de la pandemia en los rubros productivos, el sector turístico de la región de Coquimbo decidió ponerse a trabajar para enfrentar el impacto de los confinamientos. Para eso, desde el primer semestre de 2020 una alianza público-privada permitió preparar a empresarios y trabajadores en la operación segura y cumplir los protocolos recomendados por la autoridad.

A través de una universidad se hizo un plan de capacitación para que las visitas se hicieran con seguridad. Además, se creó un sistema de códigos QR para los menús de restaurantes y se instaló una serie de señaléticas para reforzar los mensajes de autocuidado.

La medida atrajo la atención de los chilenos: más de 400.000 permisos de vacaciones hubo durante el verano para visitar la región. Eso permitió que las 22.000 familias que viven del turismo en la zona tuvieran sustento, apoyado además con medidas como el fondo concursable PAR Turismo.

“Se trabajó bastante de la mano con los distintos gremios, con los distintos sectores, de toda la región y en sus tres provincias (...) Aquí en la región se logró por ejemplo generar un permiso especial para lo que es el astroturismo, ya que el toque de queda había afectado bastante ese rubro y en febrero logramos ese pase especial para que pudieran operar durante la noche, lo que benefició a pequeñas empresas familiares”, recordó el intendente Pablo Herman.

Una idea que refuerza la directora regional de Sernatur, Angélica Funes: las empresas del rubro turístico “tienen muy claro cuáles son los protocolos sanitarios, tanto en la gastronomía como en alojamientos, así como también los touroperadores y las agencias de viajes. Hoy en día están preparados para el momento en que puedan volver a reactivar sus funciones”.

Cuando las restricciones se vayan levantando comenzarán a operar algunos negocios que debido a los aforos actuales no pueden hacerlo. Los negocios han debido soportar los cierres gracias al trabajo de la temporada estival.

“El verano que pasó nosotros nos preparamos bastante mediante distintas alianzas público-privada justamente para poder disponer de diferentes herramientas, desarrollando un programa piloto a nivel nacional donde capacitamos a más de 650 empresas para articular todo lo que tiene que ver con los protocolos sanitarios y transformarnos en un destino seguro (...) Eso fue muy positivo para la industria para enfrentar los meses en los que tuvimos que estar parados”, explicó Manuel Schneider, gerente de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo.

 

 

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