• Un año 2021 marcado por la incertidumbre es lo que le espera a la actividad turística tras un 2020 para olvidar.
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LAUTARO CARMONA
Un 80% menos de ingresos y hasta un 50% de desempleo, además del cierre de cientos de empresas, son algunos de los números que deja este año para la que ha sido, probablemente, la actividad económica más golpeada por una pandemia que hasta el momento parece no tener fin. Por ello, desde el sector solicitan flexibilizar algunas restricciones, como los viajes intrarregionales o bien avanzar en un plan de rescate integral para el rubro.

2020 será un año difícil de olvidar para el sector turístico.

Y es que desde que se registró el primero caso de Covid-19 en Chile en el mes de marzo, las progresivas restricciones de movilidad que la autoridad de Salud comenzó a implementar, golpearon directamente al turismo en momento en que éste recién comenzaba a recuperarse de los efectos del estallido social de octubre de 2019.

A partir de allí, la actividad turística ingresó en una etapa virtualmente de parálisis. Y si bien algunos servicios siguieron funcionando como es el caso de la hotelería –aunque con niveles mínimos – otros sencillamente debieron entrar en una suerte de hibernación obligada.

Todo ello, ha dejado a un sector gravemente herido y lo que es peor, sin expectativas de que la situación pueda mejorar en el futuro próximo.

“Todo lo que tiene que ver con ingresos valorizados disminuyeron prácticamente en un 80% con respecto a años anteriores  debido a la inmovilidad de la actividad”, señaló al respecto, la presidenta de la Cámara Regional de Turismo, Laura Cerda.

Y si bien, durante el año, un porcentaje no menor de empresarios turísticos de la región, lograron acceder a las medidas que dispuso el gobierno para ir en ayuda de las pymes, como el crédito Fogape, la dirigente gremial es clara: “estas medidas no han sido suficientes y no serán suficientes para soportar un año que viene igualmente largo, pensando que la vacuna recién va a poder estar hacia septiembre de 2021”.

Cifras devastadoras

El derrumbe del turismo durante este año 2020, se refleja también en otras cifras igualmente impactantes.

Según explica Helen Kouyoumdjian, vicepresidenta de la Federación de Empresas de Turismo de Chile, Fedetur, el rubro en un año normal, -y tomando en cuenta todas sus actividades anexas - ha llegado aportar con más de 11 mil millones de dólares a la economía nacional.

Este año sin embargo, “vamos a terminar, con suerte, en 3 mil millones de dólares. Y ese monto corresponde básicamente a los meses de enero, febrero y parte de marzo, antes de entrar en confinamiento. Desde ahí, ya no hubo más ingresos”, comenta.

Por su parte, la directora regional de Sernatur, Angélica Funes, señaló que debido al confinamiento voluntario de las personas “en los primeros meses de pandemia bajó el movimiento en los recintos, pues las cifras del INE indican que desde abril a septiembre la ocupación presentó una baja sostenida de casi el 82%”.

Ello incluso, aún “cuando la autoridad sanitaria no decretó el cierre de los hoteles, y éstos tuvieron público, principalmente de personas que procedían de otras regiones y llegaban a la zona por tratamientos médicos, además de trabajadores de paso”, agrega.

Gastronomía en crisis

Ahora, dentro de los subsectores de la actividad turística, sin duda el rubro de la restauración sufrió de lleno el impacto de la inmovilidad producto de la pandemia.

Y si bien muchos apostaron por la modalidad de delivery para poder subsistir, ello nunca alcanzó a cubrir directamente las pérdidas que sufrieron, ante lo cual, el cierre se hizo inevitable.

Marcos Carrasco, presidente de Hotelga IV Región, reconoce que “este ha sido el año más difícil de toda la historia para el sector”, dejando en evidencia números igual de dramáticos que evidencian el golpe que han debido enfrentar como gremio.

“Disminución de un 80% de las ventas, cierre definitivo de un 20% de locales afines, perdida de personal calificado, endeudamiento sistemático para poder subsistir, pagos pendientes a proveedores, repactación de pago de Cotizaciones Previsionales, repactación y postergación de créditos bancarios, aumento de costos, y sobre todo, incertidumbre, es lo que nos ha tocado vivir como sector este 2020”, señala. “Jamás pensamos tener un año tan complicado”.

Pero sobretodo, dice “nos cuesta muchísimo entender, por qué nuestro sector debe cerrar sus puertas, considerando que perfectamente podemos funcionar con todos los protocolos establecidos, como lo hacen otros sectores productivos”.

Plan de rescate

En efecto, tal como señala el vocero del gremio de hoteles y restaurantes, los empresarios turísticos hacen hincapié en que el rubro ha cumplido cabalmente con la implementación de todos los protocolos sanitarios para poder seguir funcionando y entregar a los visitantes plenas garantías de poder pasar una experiencia segura.

“Contamos con reconocimientos que validan que cumplimos con los protocolos sanitarios exigidos. Durante este periodo de pausa, toda la industria se ha puesto de cabeza a trabajar en eso”, asegura la vicepresidente de Fedetur, Helen Kouyoumdjian.

Sin embargo señala, si el Estado decide que el sector no puede operar –“aun cuando no hay mayor evidencia de que el turismo implique un mayor nivel de contagio”, dice – el Estado debiera pensar en elaborar un plan de rescate “para sostener la industria, hasta que pueda volver a trabajar. Uno de esas dos alternativas tendría que darse: permitir cierta flexibilidad,  cierto flujo controlado (de personas) o un plan de rescate económico por parte del Estado”.

Sin embargo expresa la presidenta de la Cámara Regional de Comercio, Laura Cerda, “no ha habido una respuesta especifica de compromiso con una ayuda financiera para nuestro sector. No se ha avanzado con la ley de rescate al turismo que se está solicitando (…) Así es que es un balance negativo, en términos económicos. No sabemos y no tenemos ninguna proyección de posibilidades de mejoramiento si no hay un apoyo directo al sector”, afirmó.

 

El otro damnificado: el empleo

Las malas cifras que muestra el turismo de lo que ha sido este 2020, se reflejan también en la pérdida de puestos de trabajo que hoy alcanzan cifras cercanas a un 50% de desempleo en la actividad. Números dramáticos que incluso, de no mediar auxilio, podrán seguir subiendo.

“Esta es una cuestión que es inédita para nuestro sector y para cualquier sector la verdad. Pero también vemos con mucha preocupación a las personas que están bajo la ley de protección del empleo, donde hay alrededor de otro 25% de trabajadores, y si la actividad no se reactive ahora en estos días, o se busca una solución a esto, esas personas van a perder su empleo, y podemos llegar entonces hasta un 75% de desocupación”, advirtió la vicepresidenta de Fedetur.

 

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