Las lluvias tardías en el mes de octubre y las intensas precipitaciones en abril fueron la causa de esta catástrofe, afectando a cerca de 150 cooperados

A los estragos que ha provocado en la agricultura la década de sequía que vive la región, ahora se suman los efectos negativos que las heladas y la botritis han producido en la producción de uva pisquera. Según datos aportados por la Cooperativa Capel, a la fecha serían 147 los productores afectados en la zona por este concepto, los que han registrado pérdidas de un 34% y un 57% respectivamente, sumando cerca de $585 millones de pesos en total.

Paradójicamente, fueron las lluvias tardías de octubre y las precipitaciones tempranas en otoño las que generaron estos inconvenientes. En el caso de las bajas temperaturas, uno de los territorios con más afectación ha sido la provincia de Choapa, donde  24 cooperados  han tenido pérdidas de consideración. Su expectativa era cosechar 1.683 toneladas de uva pisquera y sólo lograron cosechar 1.326.

En el valle de Elqui, en tanto, los afectados fueron 29 cooperados, que esperaban cosechar 546 toneladas y sólo lograron llegar a 268 toneladas.

Por su parte, en Río Hurtado, fueron 15 los cooperados los que tuvieron daños, cuya expectativa era cosechar 1558 toneladas y cosecharon 1011.

En el resto del Limarí, sufrieron daños 4 cooperados, cuyas expectativas eran cosechar 219 toneladas y cosecharon 55.

En total fueron 72 cooperados afectados por las heladas, que esperaban cosechar 4.007 toneladas y que cosecharon 2.661 toneladas, llegando a pérdidas totales por 1.346 toneladas, lo que representa un 34% de pérdida estimado, lo que se traduce en $175 millones menos.

Según explica Francisco Hernández, presidente de la Asociación de Productores de Pisco y presidente de la Cooperativa Agrícola Pisquera Elqui Limitada (CAPEL), los problemas iniciaron tras las intensas nevadas en octubre de 2015, lo que trajo consigo la ocurrencia de heladas.

“Eso se tradujo en que muchos cooperados tuvieron distintos grados de afectación, algunos tuvieron un daño menor, pero hubo algunos que tuvieron pérdida total”, indica.

Ante esta situación, dice, en el mes de diciembre comenzó las gestiones para ver la posibilidad de conseguir apoyos que permitieran la recuperación de los agricultores, que en su gran mayoría viven de los recursos que les otorga la producción de uva pisquera “porque veía que el año se nos iba a pasar muy rápido e iba a llegar el mes de julio y algunos cooperados iban a quedar sin cuota, porque la cuota del año anterior se termina de pagar en mayo”.

Al respecto, agrega que “yo recurrí a Santiago, a las autoridades regionales, Indap, Corfo, a distintas entidades gubernamentales para poder buscar algún apoyo, fui muy bien recibido, pero no hubo una ayuda concreta para nadie”, enfatiza.

Eso significó, agrega, que tuvieran que iniciar gestiones internas y el tema se ubicó como prioridad dentro de la Cooperativa.  “A medida que pasaba el año, enero, febrero, marzo no logramos nada y llegó abril, donde nuevamente se vuelven a producir lluvias en el sur de la región”.

Ahí se sumó otro problema, en pleno otoño es precisamente donde se desarrolla el periodo de vendimia y las tres lluvias ocurridas en la región generaron un nuevo inconveniente, la botritis o pudrición de la uva.

“A mucha gente la pilló desprevenida, porque hace tiempo que no teníamos un otoño poco regular y además que veníamos saliendo de un año de alta incidencia de oídio, por una primavera y un verano muy húmedo. Eso significa que hay varias bayas de la uva ya con un grado de afectación, se parten, se secan, entonces, cuando viene una lluvia en esas condiciones, se produce una mayor humectación del grano y se genera el hongo de la botritis y se produce la pudrición del racimo y mucha gente también se vio afectada con pérdida total”.

En este sentido, hubo un perjuicio mucho mayor, principalmente en la provincia de Choapa, donde los afectados llegan a 72 cooperados, cuya estimación de cosecha era de 5.218 toneladas, pero solo lograron cosechar 2.274 toneladas, es decir, casi un 50% de mermas.

En Elqui  y Limarí el daño fue menor, afectando a 3 cooperados, cuya estimación de cosecha era de 356 toneladas, de los cuáles solo lograron sacar 143 toneladas.

En total fueron 75 cooperados cuya expectativa de producción era de 5.573 toneladas, logrando  cosechar 2.417 toneladas. Esto representa un 57% de pérdida estimado, con una afectación económica de $410 millones de pesos.

“Ante este escenario y sumado a los que habían sufrido las heladas, tratamos de conseguir apoyos para lograr alguna ayuda, pero tampoco fue posible obtener nada a nivel central”.

Por ello, debieron adoptar medidas de emergencia al interior de la Cooperativa mediante recursos propios. “A través de una cooperativa de ahorro y crédito les estamos asignando, de acuerdo al grado de afectación que tengan los cooperados, un crédito de manera que puedan mantener su ingreso medianamente estables para los próximos meses. Son créditos con un año de gracia en el caso de los cooperados que sufrieron la pudrición y un crédito por dos años de gracia en el caso de las personas que sufrieron heladas. Esto ha permitido a mucha gente poder continuar en el giro, pero ha sido una solución directamente de la Cooperativa Capel”, puntualiza.

El trabajo ahora, dice Hernández, está enfocado en que los agricultores logren continuar con sus producciones para no ver mermada una industria que se instala como una de las más tradicionales de la Región de Coquimbo.

 

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