Desde el año 2008 hasta el 2015 la producción del recurso ostión en la localidad costera de Coquimbo sufrió diversos golpes producto de los vaivenes de la economía internacional, el mercado peruano y una serie de emergencias climáticas. Esto hoy va quedando atrás y tanto empresas, pescadores, trabajadores del sector y autoridades locales, proyectan el repunte definitivo de la actividad.

La localidad costera de Tongoy ubicada en la comuna de Coquimbo es reconocida a nivel nacional por sus atractivos turísticos, pero también por la gran bahía que se extiende hasta el sector de Puerto Aldea y donde se desarrolla uno de los principales nichos de producción de ostiones de Chile. Actividad que logró un posicionamiento en el mercado nacional e internacional desde hace ya más de 20 años.

Sin embargo, durante el transcurso del tiempo los acuicultores han sufrido altos y bajos en su labor debido principalmente a factores productivos y climáticos, que dieron duros golpes a la economía local originando que varias empresas ligadas al rubro decidieran cerrar sus puertas en la actualidad. Mientras, que de los 1.200 puestos laborales directos    que se generaban el año 2008, hoy solo llegan a poco más de 200 y se entrelazan con la labor que realizan los pescadores cultivadores.

De  lo anterior bien sabe Benita Vega, quien desde hace 16 años trabaja incesantemente en la actividad ostionera de Tongoy y se transformó en una destacada dirigente sindical. Siendo ella testigo de los vaivenes de esta actividad que hoy le llevan a continuar sus labores en la empresa Invertec Ostimar, al ser la única que se dedica hoy al cultivo de ostiones a gran escala en la localidad. 

Benita recuerda que el año 2008 se vivió una de las primeras crisis del ostión en Tongoy, cuando se originó una fuerte caída de las cosechas producto de la crisis económica que golpeó a los mercados internacionales, de la mano a la entrada de la producción ostionera peruana al negocio y a un bajo precio. Ocasionando esto una fuerte competencia que impactó en los productores acuícolas y la mano de obra local. “Este fue el primer duro golpe a la actividad en Tongoy”, señaló la dirigente sindical.

Desde el citado año en adelante comenzó un fuerte descenso de la producción de ostión que en aquel entonces llegó a más de 20 mil toneladas, propiciada también por una serie de desastres naturales que terminaron por hacer tocar fondo a la actividad del ostión. Tal cual sucedió el año 2011, cuando fuertes marejadas producidas por el tsunami que afectó a Japón golpearon las costas locales y destruyeron una serie de cultivos causando pérdidas por US$4 millones.  

Este fue otro duro golpe a la principal actividad económica de Tongoy, y el posicionamiento del ostión peruano internacionalmente siguió afectando al mercado local. Pero fue el año 2015 cuando nuevamente la naturaleza se ensañó con la localidad, y las marejadas del mes de agosto y el tsunami de septiembre  arrasaron con gran parte de los cultivos de ostión que solo alcanzaron a las 2 mil toneladas de producción.“Tras esto la mayoría de las empresas existentes en Tongoy cerraron y se pensó en lo peor”, relató Benita Vega, presidenta del Sindicato de la empresa Invertec Ostimar y conocedora de la actividad ostionera local. Así, fueron varios factores los que contribuyeron a la crisis del sector. 

 

DECIDIDOS A NO CAER

Fue en este escenario que el Gobierno salió a reimpulsar esta actividad productiva con la inyección de recursos y subsidios para retener la mano de obra junto a empresarios y trabajadores del ostión. No obstante y como se mencionó, en Tongoy cerraron varias empresas, como Mares de Chile, Inversiones Loanco y Pesquera Alcar, que fueron absorbidas por Invertec Ostimar que hoy se enfoca en diversificar los canales de distribución y dar valor agregado a sus productos.

Así, hoy se está reimpulsando la actividad ostionera y es también propiciado por una baja en la disponibilidad y comercialización del ostión peruano que  motivó un alza del valor comercial del recuso en los mercados internacionales, y principalmente en Europa, Asia y Oceanía; zonas hacia donde apunta Tongoy. “Nos estamos recuperando mediante el desarrollo de productos con valor agregado por un lado, la introducción del formato media concha congelado y fresco en el mercado mundial, lo que fue nuestro gran logro. Por otro lado, el control de los costos productivos, permitió a la empresa aguantar los tiempos de crisis”, aseguró Hans Schurter, gerente de la empresa Invertec Ostimar.

El empresario hoy está enfocado en el repunte de la actividad, lo que permite proyectar exportaciones por 300 toneladas de producto congelado y con retornos de US$ 7,5 millones, quien además dio a conocer la adquisición de la planta de procesadora Pacific Seafood existente en Coquimbo, y donde se generan actualmente 200 puestos de trabajo directos, que dependen del cultivo. “La proyección es duplicar también está cantidad en dos años, es decir, de 400 empleos directos actuales considerando la labor extractiva, llegaremos a unos 800”, detalló Schurter.

Además, el gerente de Invertec Ostimar señaló que el mercado nacional produce formatos que el Perú no desarrolla con facilidad, siendo los productos locales  más competitivos. “Por ejemplo Chile tiene la autorización sanitaria para exportar producto fresco a Europa, cosa que desde Perú no se puede. Nuestros productos se encuentran en fase temprana de crecimiento, por lo tanto, creemos que la demanda será cada vez mayor”, precisó.

Respecto a los valores de mercado, internacionalmente hoy se paga hasta 25 dólares el kilo de ostión congelado, desconchado y con coral. Además, en promedio se vende a 13 dólares el kilo del recurso a media concha. En tanto, los productores menores como los pescadores artesanales, indican que los valores de comercialización actual pueden llegar a los 260 pesos por unidad.

 

DESDE EL GOBIERNO

Como se indicó, la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, además de los ministerios de  Economía y  del Trabajo y Previsión social fueron activos participes en el actual resurgimiento del mercado del ostión en Tongoy, mediante una serie de beneficios dispuestos para recuperar los cultivos y mantener la mano de obra.  

Al respecto se refirió el Subsecretario de  Pesca y Acuicultura Raúl Súnico, quien  destacó que  “para superar las emergencias hemos trabajado y recuperado gran parte de la capacidad productiva con un esfuerzo enorme de los pescadores artesanales y la industria. Hoy existe un alto precio internacional del ostión y tenemos que redoblar los controles para no sobreexplotar los recursos. Esto con el objeto de que la actividad sea sustentable en el tiempo”, consignó.

A sus palabras se sumó el Seremi de Economía Miguel Ángel Cuadros, quien se refirió a la realidad que atraviesa hoy el sector ostionero de Tongoy, y aseguró que el repunte de la actividad se debe a que los bancos naturales existentes en el Perú se agotaron, “y gracias al apoyo entregado por CORFO y el Fondo de Fomento a la Pesca. Concurrimos con ayuda para reactivar a esta actividad y se está logrando”.  Es así como Cuadros afirmó que este año se posee una muy buena captura de semillas, por lo tanto, se asegura un periodo muy importante respecto a la cantidad de ostiones que se comercializarán, junto con la mejora en los precios internacionales del producto. “Estamos en una situación expectante y favorable”, finalizó el seremi de Economía.

 

MEJOR FUTURO

Gran parte de la oferta laboral existente en la localidad Tongoy se concentra en la actividad ostionera, y la presidenta del Sindicato de Trabajadores de la empresa Invertec Ostimar Benita Vega, manifestó que se espera contar durante el próximo año con más fuentes de trabajo, siendo esto valorado por todos.“Hemos pasado por muchas crisis y los puestos de trabajo disminuyeron notablemente. Sin embargo, las expectativas actuales son altas y el mercado está repuntando. Por ello  esperamos que la oferta laboral aumente de la mano al crecimiento de las exportaciones. Esto es bueno para todos y hacia allá se debe avanzar”, manifestó Benita.

Un futuro auspicioso también avizoran los pescadores artesanales de Tongoy, quienes en su mayoría se dedican al cultivo del ostión y comercializan el recurso principalmente en el mercado nacional. Pero hoy ven como una oportunidad poder darle valor agregado a los productos y lograr también su exportación al extranjero.

Esta es la visión que posee el presidente del gremio Leonardo Carvajal, quien agradeció la ayuda entregada por las autoridades tras las crisis del año 2015, y sostuvo que “estamos viviendo un buen momento y se debe extender. Tenemos cerca de 200 socios y el negocio está muy bueno respecto a años anteriores, y como artesanales queremos apuntar el mercado internacional para mantener el trabajo en buenos niveles.”, concluyó  

Símil impresión posee el seremi del Trabajo y Previsión Social Rodrigo Bravo, quien aseguró que el escenario actual representa el enorme desafío de trabajar para afrontar el aumento de la producción de semillas, que permite generar empleo y desarrollo para Tongoy y la región de Coquimbo.

Además, el titular regional del Trabajo también agregó que es fundamental desarrollar el valor agregado en la industria del ostión, y dijo que “debemos seguir desarrollando lo necesario para mantenerse en los mercados internacionales como Francia y España. Recordemos que hoy los consumidores exigen productos de calidad y elaborados, por lo que seguiremos trabajando para impulsar la actividad en esta zona”. 

Es así como Tongoy y su principal actividad productiva están repuntando, y los esfuerzos tanto desde el sector público como privado deben pujar para logar su estabilidad y sustentabilidad definitiva en el tiempo. 

 

 

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