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Actualmente la norma lumínica se aplica en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, donde principalmente se concentra el desarrollo de la astronomía. Sin embargo, en los últimos años se ha revelado que esta contaminación ha aumentado.

 El próximo jueves 22 de julio finalizará la Consulta Pública sobre el Anteproyecto de la Norma Lumínica, elaborado a partir de la revisión del Decreto Supremo N°43 de 2021 del Ministerio del Medio Ambiente, que establece una norma de emisión para la regulación de este tipo de impacto ambiental. Su objetivo es extender el cuidado del firmamento ante la contaminación por luz a todas las regiones del país, buscando proteger los cielos oscuros, la biodiversidad y la salud de las personas. 

Este tipo de contaminación es producida por la luminosidad artificial de los sistemas de alumbrado de exteriores, tales como la iluminación de las calles, parques, plazas, industrias, estadios o la publicidad que, por su dirección, intensidad o color, produce impactos ambientales negativos.

Situación en el norte del país 



Actualmente la norma lumínica se aplica en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, donde principalmente se concentra el desarrollo de la astronomía. Sin embargo, en los últimos años se ha revelado que esta contaminación ha aumentado rápidamente, impactando no sólo la observación del cielo, sino también a la biodiversidad.

En ese sentido, la seremi del Medio Ambiente, Claudia Rivera explicó que “la contaminación lumínica es un tema ambiental y social, porque genera diversos impactos en la salud de las personas y en la biodiversidad, por ejemplo, alterando nuestros ciclos de sueño. Las aves también se ven afectadas en la forma cómo se alimentan, en su reproducción y en sus procesos migratorios. En este sentido, desde hace 23 años la norma lumínica existe en la Región de Coquimbo y ahora queremos ampliarla a todo el territorio nacional para beneficiar la observación astronómica, y las actividades turísticas; además nos permitirá cuidar el patrimonio natural de los cielos oscuros, protegiendo a las personas, a la fauna y a la ciencia”.  

Para Guillermo Blanc, Astrónomo del Observatorio Las Campanas y Presidente de la Fundación Cielos de Chile, la revisión de esta norma es una excelente noticia para seguir desarrollando investigaciones que ayuden a aprender del espacio exterior. “Chile posee uno de los laboratorios naturales más espectaculares del mundo que le permite a toda la humanidad poder estudiar el universo y entender nuestro lugar en él. Por ello, proteger los cielos oscuros del norte de Chile en el Desierto de Atacama es un compromiso que el país tiene con toda la humanidad, para permitir que podamos seguir estudiando el universo desde nuestro país por generaciones”.  

La propuesta busca un cumplimiento gradual, a través de los recambios naturales que deberán efectuarse al alumbrado de exteriores al término de su vida útil. Además se contempla que, en aquellas Áreas de Protección Especial por su vinculación con la astronomía o la biodiversidad, se deberá cumplir la norma de manera anticipada, desde la entrada en vigencia para luminarios instaladas desde esa fecha y con un plazo de hasta 5 años para luminarias existentes.

 

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