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El DÍA
Entre los rubros productivos afectados por la falta de trabajadores destaca la agricultura, cuya vacancia laboral en la última temporada se ha traducido en un promedio de 100 personas contratadas menos en cada una de las diversas tareas vitales para asegurar la cadena de producción y distribución de los alimentos.

La baja fuerza laboral que hoy registra el mercado del trabajo es visto como un obstáculo por aquellos gremios pertenecientes a los sectores productivos más afectados por la crisis sanitaria, como el comercio, el sector gastronómico, la construcción o la agricultura.

En efecto, en este último rubro, la vacancia laboral llega a un 50% menos de trabajadores, que a nivel nacional se resume en 150 mil personas menos.

Las cifras, dadas a conocer por la Sociedad Agrícola del Norte, SAN, se originan a raíz de una encuesta realizada en el mes de junio a más de 100 agricultores, cuyo objetivo fue conocer, a nivel macro, el impacto en la Región de Coquimbo sobre la falta de trabajadores en las labores del agro, como las cosechas, siembras o distribución, entre otras tareas.

Y si bien, la ausencia de trabajadores en este sector, ha permitido la priorización de tareas y el uso de nuevas tecnologías como drones para las fumigaciones, lo cierto es que esta situación preocupa al gremio.

Según María Inés Figari, presidenta de la SAN, el 94,3% de los agricultores manifiesta haber tenido problemas con respecto a la contratación de la mano de obra para labores agrícolas en la temporada 2020-2021.

“Influye en esta situación que las personas en el campo están alejadas de centros hospitalarios y prefieren cuidar su salud, también incide en la falta de apertura en guarderías infantiles, colegios y finalmente por la pandemia del Covid-19 que ha incrementado el miedo a salir o realizar tareas con más personas, prefiriendo varios, actividades de teletrabajo. Lamentablemente en la agricultura los trabajos se deben efectuar en forma presencial”, señaló la presidenta de la SAN.

 

Mejores salarios

Ahora, si se lleva a números la disminución de la mano de obra en la última temporada, comparada con las anteriores, el promedio es de 100 personas que no se han logrado contratar en diversas tareas como podas, cosechas, mantención, empaque u otras acciones que resultan vitales para la cadena de producción y distribución de los alimentos agrícolas.

En ese sentido, uno de los puntos a destacar es la mejora que se observa a nivel general, de los salarios que se están pagando esta temporada respecto a la temporada anterior.

Por ejemplo, las personas en la cosecha de uva de mesa han llegado a un promedio entre 40 y 60 mil pesos con un peak histórico de 80 mil por día. En la temporada pasada de cítricos se pagó 50 pesos por kilo cosechado y hoy se está pagando 100 pesos por kilo de producto, llegando a un ingreso de 50 mil a 60 mil pesos diarios por trabajador. En promedio una persona cosecha entre 250 a 400 kilos diarios. Mientras que en labores de poda se pagan 200 a 400 pesos por árbol.

No obstante, la escasez de personal se mantiene, condición que no tiene visos, al menos en lo inmediato, de cambiar.

Por ejemplo, el presidente de la Multigremial regional, Marcos Carrasco, advirtió que sin lugar a dudas “la falta de mano de obra repercute en esta recuperación económica, la cual estamos tratando de que se produzca”.

Y en ese sentido, apuntó al efecto, negativo a su juicio, que han generado las ayudas estatales en la evolución del mercado laboral, afirmando que “debiéramos apuntar a que la gente que hoy día tiene la capacidad de trabajar, lo haga. Yo creo que hay que frenar un poquito este tema de los bonos y que aquellos trabajadores que están bajo la suspensión laboral se integren al trabajo porque hoy día están las condiciones para eso”.

 

Cuello de botella

El académico y director de la Escuela de Ciencias Empresariales, Pablo Pinto, advierte que actualmente hay un millón de empleos a nivel nacional, y 55 mil a nivel regional, que se requieren para asegurar el crecimiento económico en los próximos meses.

El problema dice, es que “en la medida en que no estén disponibles, efectivamente eso puede generar un cuello de botella muy fuerte en aquellas actividades que requieren de presencialidad o que requieren de trabajadores calificados y no calificados”.

A esto se agrega, afirma, otros problemas que ahondan en el déficit de mano de obra. “La mano de obra mutaba o migraba de una comuna a otra comuna, o de otra región a otra región. Pero con las restricciones a la movilidad que hubo y que todavía algo queda presente de eso, podría afectar ese libre tránsito en movilidad”, recalca.

 

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