• Pedro Prado Moreno asegura que cuando se estableció el modelo de isapres, no se pensó en los alcances sociales.
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Foto: Lautaro Carmona
Pedro Prado Moreno indicó que la propuesta no ataca las desigualdades ni aporta en materia de bien común. “Es sólo crear una guerra entre los sexos”, afirmó

Hace pocos días, entre las variadas medidas planteadas por el Presidente Sebastián Piñera, en materia de avanzar en igualdad con respecto a las mujeres, se anunció que los planes de isapre, que por lo general son muy altos para ellas sobre todo por el factor del embarazo y la natalidad, verán bajar sus costos, ante lo que señaló que era una “deuda pendiente”.

Sin embargo, el jefe de Estado comentó que ese costo sería amortizado por los varones, que verán aumentar el valor de sus planes, situación que no sucede con el Fondo Nacional de Salud (Fonasa), donde los planes tienen el mismo descuento.

El anuncio presidencial ha causado polémica y resistencia entre quienes señalan que esto afectará el bolsillo de las familias y que sostienen que las isapres son las únicas que ganan con  esta posición.

Para tratar esta temática, Radio Mistral conversó con el asesor previsional y que trabajó en los albores del inicio del sistema de salud privado, Pedro Prado Moreno, quien tuvo una apreciación bastante dura para con esta propuesta.

“Creo que la esencia del anuncio es positivo, porque viene a reparar una injusticia con las mujeres. Creo que esa reparación, de todas maneras, requiere de una mirada más global, donde creo que lo fundamental es poder tener condiciones más humanas de vida en este país. Pienso que al subirle el costo a los varones se crea una energía social y se genera molestia, pero creo que no nos permite ver otros problemas que son más graves”, acotó.

A juicio de Prado Moreno, hoy las isapres son “un engendro subterráneo, clandestino, que salió apenas mencionado en un decreto 3.500 del año 1980, que dio pie a crear las entidades de salud privada, con sentido muy distinto del que hoy tiene, al igual que lo sucedido con las AFP. En un comienzo, la salud pagaba sólo un 4%, y terminó aumentando en forma paulatina hasta llegar al 7%. Incluso, se dieron situaciones tan curiosas como que los funcionarios públicos presionaron para incorporarse a las isapres, algo insólito, y para que el Estado les diera un subsidio”, argumentó, señalando que la clave en cualquier sistema es que este se humanice.

A su juicio, cuando se plantea subir el precio de los planes para los varones, resulta paradójico y sin sentido. “Lo encuentro absurdo, porque es nuevamente comenzar a dividir. El ser humano nació en una comunión, hombre y mujer, y eso fractura a nuestro país y lo hace confrontarse. Creo que el asunto es trabajar por una dignificación, ya que no hay calidad asegurada en las isapres y los costos los tiene que asumir el país y los usuarios. Los isapres están teniendo utilidades multimillonarias, lo que les ha permitido crear incluso sus propias clínicas”, indicó.

A su juicio, si bien el sistema ha justificado los precios de los planes de las mujeres por el factor reproductivo, Prado Moreno asegura que no tiene una correlación, teniendo en cuenta que las tasas de natalidad en Chile han bajado considerablemente. “Esta ha llegado apenas a un 1,7%, cuando debería estar en un 2,5%, porque hoy tener un hijo además tiene un costo muy alto, porque está la sala cuna, luego el colegio y eventualmente en el futuro estudios superiores. Por ende, creo que este sistema completo no está basado en humanizar, porque cuando se concibió el sistema no se pensó en esos aspectos sociales”, indicó.

“Pienso que al subirle el costo a los varones se crea una energía social y se genera molestia, pero creo que no nos permite ver otros problemas que son más graves”. Pedro Prado Moreno, asesor previsional

Quien incluso dudó sobre la implementación de este sistema fue el propio Augusto Pinochet, según recordó Pedro Prado Moreno. “Cuando le llevaron el proyecto del modelo económico neoliberal, el general Pinochet no estuvo de acuerdo. Él anticipó que unas pocas personas se iban a hacer dueños del dinero de los trabajadores y que harían lo que quisieran con esos fondos. Finalmente, fueron los civiles lo que lograron convencerlo de implementar una política neoliberal, tomándose el Estado, fortaleciendo el individualismo y teniendo un mínimo de seguridad social. Acá hubo presión de civiles, indiscutiblemente”, afirmó.

Si bien sostiene que el sistema de seguridad y de salud hasta antes de Pinochet terminó siendo deficiente y terminó favoreciendo a unos pocos, este experto en materia previsional asegura que terminó pasando prácticamente lo mismo con las isapres. “Ellos tienen que pensar en una rentabilidad moralmente válida. No se puede construir un imperio a costa de la salud de las personas, no puede ser un negocio. La salud debe estar protegida por el Estado chileno. Tenemos que volver a ese sentido de comunidad, buscando el bien común”, concluyó. 3801i

 

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