• El subdirector nacional de Indap, Luis Bravo, estuvo en la región recorriendo y juntándose con numerosos crianceros para explicar los fundamentos del Plan Caprino.
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De visita en la Región de Coquimbo, la autoridad dio a conocer los principales lineamientos de este programa, que contempla una inversión total de 8 mil millones de pesos por los próximos cuatro años y con el que se busca cambiar el paradigma de la actividad criancera, incorporando nuevas técnicas de producción, adaptadas a la actual situación de escasez hídrica y cambio climático.

Más del 60% de la ganadería caprina en Chile, se concentra en la Región de Coquimbo, actividad de la cual dependen miles de familias del mundo rural, quienes se dedican a la producción de carne, leche y sobre todo, queso.

Este rubro, históricamente ligado a las actividades productivas tradicionales de la Región de Coquimbo, se ha visto gravemente perjudicado sin embargo, debido a la fuerte sequía que ha afectado a la zona durante más de diez años.

Es por ello que, ante la escasez hídrica y los efectos anexos del Cambio Climático, como la disminución de las precipitaciones y el avance de la desertificación, se hace necesario abordar la actividad con nuevas estrategias que le permitan sobrevivir a las inevitables modificaciones que está sufriendo el medio ambiente.

Es en este escenario que el gobierno, a través del Ministerio de Agricultura e Indap, están llevando adelante el Programa de Fortalecimiento Caprino Lechero, conocido también como “Plan Caprino”, estrategia que, en conversación con Diario El Día, el subdirector de servicio, Luis Bravo, entrega los principales lineamientos de dicho plan.

“Tuvimos una reunión con el intendente Pablo Herman en relación a levantar los avances que tiene el Plan Caprino. También firmamos un convenio con la Asociación de Municipios Rurales del Norte Chico para realizar este diagnóstico y así ver y tener claro quiénes puedan ser susceptibles de recibir ayuda de este plan. Hemos trabajado bastante y siempre en coordinación con los dirigentes crianceros, porque ellos son el principal aporte para tener una pertinencia local en cada una de las comunas en las que se ejecuta el plan”.

Cambio de paradigma

Según explica Luis Bravo, el programa de asistencia a la ganadería caprina se aplicará con un horizonte de aquí a cuatro años, y contempla la inversión de 2 mil millones de pesos por cada año. En total, se calcula que se invertirán hasta 8 mil millones de pesos en capacitar a los crianceros en nuevas técnicas productivas.

“El objetivo es que los usuarios de Indap, crianceros que tradicionalmente se dedican a la crianza de cabras y a la producción de leche para queso, frente al desafío del Cambio Climático, puedan de alguna manera realizar su actividad de una forma sustentable y que puedan persistir en un su negocio por muchos años”, señala.

Y es que como es de público conocimiento, la actual producción ganadera basa su existencia en el uso por parte de los animales, de las praderas naturales para su alimentación, recurso que hoy, ante la falta de agua y la erosión de los suelos, es cada vez más escaso.

Por ello indica, el plan contempla ante todo, un “cambio de paradigma” en la actividad.

“Este es un proceso que tiene que tiene que ocurrir y por eso este plan se proyecta a cuatro años, para que una cantidad importante de usuarios puedan ir adquiriendo nuevas tecnologías de producción, las cuales van a ir acompañadas con nuestro apoyo, tanto en inversiones como con asesorías”.

En todo caso aclara, este cambio “no podrá hacerse de un día para otro, y por eso el trabajo se debe hacer en conjunto con los crianceros y con los municipios. Esto se hace en terreno, con la comunidad local, no desde un escritorio, pues este plan viene a hacer los ajustes necesarios para poder continuar con la actividad, que es tan importante para la región”.

¿Y después de los cuatro años?

Básicamente la modalidad de trabajo que propone el Plan Caprino contempla dividir a sus beneficiarios en tres grupos: aquellos más “adelantados” que rápidamente pueden incorporar nuevas técnicas de producción “y en donde va a haber una focalización importante de recursos de los que ellos van a permitir sacar mucho provecho”, explica Bravo.

Otro segmento corresponde a aquellos que requieren de cierta preparación previa para incorporarlos al Plan Caprino y sus acciones, mientras que un tercer segmento –el más grande y rezagado– requerirá ser foco de inversiones mayores para poder incluirlos en el Plan Caprino a futuro. 

Pero, ¿qué pasará luego de cuatro años, al finalizar el programa? Según el subdirector nacional de Indap, no sería necesario extenderlo más en el tiempo.

La razón que explica ello dice, es que este plan “se complementa muy bien con los planes regulares de Indap”.

“Esos usuarios van a poder continuar aplicando los modelos productivos que hayan adquirido con el plan, complementando lo aprendido a través de los programas regulares de Indap que existen aquí en la región. Esto tiene una proyección en el largo plazo”, explica.

 

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