Seco, pero no tan seco como el 2019, así se proyecta el año 2020 en cuanto a precipitaciones, según expertos y aunque señalan que es muy pronto para aventurarse a un pronóstico certero, los análisis realizados indicarían que las lluvias serán escasas. Es por ello que el agua de los embalses de la Provincia de Limarí, que están en un 50% de su capacidad, se utilizará de forma conservadora, pesando en el peor escenario posible, es decir, que existan nulas o escasas lluvias.
Luis muñoz, meteorólogo del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas, Ceaza, explicó que “las mayores certeza las tendremos en marzo”, no obstante, “los pronósticos a largo plazo estarían apuntando que el año 2020 sería un año seco por tercer año consecutivo”.
El profesional sostuvo que si bien, por el momento, es difícil afirmar que el año 2020 sea tan seco como el año 2019, “debido a un análisis estadístico de la historia de las precipitaciones en la región es que 2020 sean bajo lo normal”.
“Las mayores certeza las tendremos en marzo, no obstante, los pronósticos a largo plazo estarían apuntando que el año 2020 sería un seco por tercer año consecutivo”, Luis Muñoz, meteorólogo de Ceaza.
“Para los próximos meses se espera que ninguno de los dos fenómenos esté presente (niño o niña) sino que estemos en una condición neutra, bajo las condiciones de el niño y la niña en su fase neutra es que es más complicado hacer un pronóstico estacional de lluvias, porque estando en esta fase comienzan a ejercer mayor fuerza otro tipo de fenómenos, otras oscilaciones de gran escala”, agregó el meteorólogo de Ceaza.
Pablo Álvarez, académico del departamento de agronomía de la Universidad de La Serena y director del Laboratorio de Prospección, Monitoreo y Modelación de Recursos Agrícolas y Ambientales (Prommra) de la universidad indicó que “pronosticar que va a pasar en este invierno la verdad es que es un poco aventurado ya que en mayo y junio recién se podría saber sobre las condiciones”.
No obstante, los regantes se han puesto en el peor escenario posible para no repetir los errores de la pasada gran sequía, (2010ª 2014), así lo confirmó Álvarez, señalando que “es mejor suponer que la situación va a ser compleja y prepararse para ello y por lo tanto tener una reserva”.
Queda agua suficiente
Respecto al agua acumulada en la Provincia de Limarí, Pablo Álvarez destacó que el sistema Paloma, que agrupa los embalses Recoleta, Cogotí y Paloma, cuya capacidad es de 1000 millones de metros cúbicos está en un 50% de su capacidad total, “a uno le puede parecer que un 50% es poco, pero son 500 millones de metros cúbicos, que es una cantidad importante”.
El directo de Prommra añadió que además estos recursos hídricos se están utilizando de forma conservadora. “Se está utilizando alrededor de 1/3 de lo almacenado disponible para distribuir, de esa forma cautelan que haya agua suficiente para la siguiente temporada, porque lo que hay hoy día lo dividen en tres partes, reparten 1/3 y quedan 2/3 guardados, entonces están cautelando para las condiciones de más precariedad, guardar agua, pensando en lo que viene”.
"Una cosa súper importante en comparación a la sequía del 2010 a 2014 es que en este momento el agua almacenada está siendo mucho mejor cuidada, los regantes han aprendido y están aplicando el aprendizaje doloroso de la sequía anterior”. Pablo Álvarez, director laboratorio Prommra.
“En el caso de sistema Paloma está todo calculado para que se opere mediante tercios, entonces si el próximo año lloviera cantidades parecidas a la de este lo más probable es que se repartiera más o menos una cantidad parecida a la de este año con un 20 o 25% menos . Así siempre va a ir disminuyendo pero de un orden cercano a un 30% de lo que se repartió la temporada anterior”, explicó el académico, agregando que “una cosa súper importante en comparación a la sequía del 2010 a 2014 es que en este momento el agua almacenada está siendo mucho mejor cuidada, los regantes han aprendido y están aplicando el aprendizaje doloroso de la sequía anterior”.
Álvarez explicó que con esto se asegura que “si este año fuera bien complicado, tuviera una condición tan crítica como la del 2019, exista el agua para desarrollar una actividad económica y mantener el agua de bebida de la población bien, con restricciones, pero no en una condición tan crítica como para decir que no hay agua para la bebida o la actividad económica”.
Dificultades en el Secano
Si bien el agua acumulada en los embalses sería suficiente para sobrellevar una sequía, el profesional proyectó dificultades en el secano y en la cuenca de Combarbalá “los río Cogotí, Pama y Combarbalá, tienen una condición bien compleja por lo que requiere de un mayor apoyo.
Además “dentro de la condición de dificultad o precariedad hídrica, las zonas de secano son las que la pasan peor, entonces comunidades agrícolas, territorios que no tienen la capacidad de ser regados, por supuesto que tienen una condición bastante más complicada porque ellos solo dependen del agua de lluvia y en un año que además llovió poco que ha tenido altas temperaturas la cantidad de agua requerida además es mayor entonces no hubo lluvia, se demanda más agua ,el balance es aún más negativo”.
En el resto de la región también existen dificultades es así como los embalses de Choapa son los más descendidos, “la capacidad de almacenamiento de los embalses en Choapa es bastante menor en comparación a Elqui y Limarí, ahora hay alrededor de un 30% de capacidades, es decir menos de un tercio del agua guardada y lo más probable es que lo que queda se consuma el resto de la temporada. Las comunas de La Higuera y Canela, al igual que Combarbalá, están con una situación compleja”.