El ministro de Agricultura, Luis Mayol, dio a conocer en Santiago los aviones que inyectarán yoduro de plata en la atmósfera, lo que aumentaría en un 10% las probabilidades de lluvia

Para la segunda semana de mayo se prevé la realización del primer bombardeo a las nubes de la Región de Coquimbo, una actividad cuyo objetivo es incrementar las probabilidades de precipitaciones, principalmente de nieve, para así enfrentar de mejor manera la escasez hídrica.

En Santiago, ayer el ministro de Agricultura, Luis Mayol, dio a conocer los aviones Piper Navajo de la empresa RG Aircraft que inyectarán yoduro de plata en las nubes. Felipe Martin, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Riego (CNR), entidad que coordina este programa, indicó que estos aparatos deben tener una capacidad para volar sobre los 11 mil pies y soportar las condiciones adversas que existen al interior de un sistema frontal. Además, debe contar con sistemas de detección de tormentas y de radares para ubicar las nubes ideales para ser estimuladas.

La firma del respectivo contrato, entre el Estado y esta compañía, en el caso de la región, de acuerdo a Martin, se efectuará dentro de los próximos días. En Atacama este acto administrativo se realizó el miércoles.

En este documento, entre otros puntos, se estipula “el número de horas de vuelo, el tipo de aplicación que se debe hacer, los meses de duración y el monitoreo, o sea, todas las condiciones para hacer una buena siembra”, precisó Martin. Con esta medida, cuya inversión se estima en unos $450 millones al año, se pretende incrementar en, por lo menos, un 10% las probabilidades de precipitaciones.

Se prevé que estos aviones operen durante 6 meses al año con un sistema permanente de siembra. Es por ello que la CNR, desde la firma del contrato, pasa a cumplir un rol de supervisor. Con este objetivo “se está coordinando con la Dirección General de Aguas todas aquellas estaciones meteorológicas para poder medir las condiciones pluviométricas que se estén generando”, aseveró Martin. Esto último permitirá, por ejemplo, comparar los niveles de caudales que se generen en las cuencas bombardeadas, de las que no serán intervenidas, como también para conocer si hay un quiebre de la tendencia histórica en cuanto a la cantidad de agua caída.

Mayol precisó que “con este programa se busca paliar la crisis hídrica en el corto plazo”. No obstante, añadió que se continúan “desarrollando medidas de largo plazo para disminuir los efectos de esta situación y aumentar de manera transversal la disponibilidad de agua”. El seremi de Agricultura, Juan Francisco García, expresó que “si se logra en estos 3 años demostrar la efectividad de este programa, por eso es importante el seguimiento y monitoreo, se estaría pensando en el bombardeo como una política de Estado”. Es decir, se contaría con financiamiento público permanente para este fin.

García añade que en otras zonas, como en el Valle del Cachapoal, en la Región de O´Higgins, desde hace 8 años que se realiza la estimulación terrestre de nubes, demostrándose un incremento de un 15% de las precipitaciones respecto a años anteriores y de las cuencas aledañas. 1702i

 

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