• El cultivo se distribuirá en el área de manejo y explotación de recursos bentónicos de Tongoy (AMERB) a cargo de la Asociación Gremial de Pescadores y Buzos Artesanales de Tongoy.
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Con la siembra de las primeras 50 mil semillas comenzará la implementación de un cultivo experimental de ostra japonesa en la Bahía de Tongoy. El cultivo se distribuirá en el área de manejo y explotación de recursos bentónicos de Tongoy (AMERB) a cargo de la Asociación Gremial de Pescadores y Buzos Artesanales de Tongoy.

Esta semana se sembraron 100 mil semillas de ostras japonesas para cultivo experimental en Bahía Tongoy.

La iniciativa forma parte de las prácticas de adaptación al cambio climático que ejecuta el Proyecto “Fortalecimiento de la capacidad de adaptación del sector pesquero y acuícola chileno al cambio climático” (ACCPA), que ejecuta la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura y el Ministerio del Medio Ambiente y es implementado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).

Con la siembra de las primeras 50 mil semillas comenzará la implementación de un cultivo experimental de ostra japonesa en la Bahía de Tongoy. El cultivo se distribuirá en el área de manejo y explotación de recursos bentónicos de Tongoy (AMERB) a cargo de la Asociación Gremial de Pescadores y Buzos Artesanales de Tongoy.

 

50 mil semillas se sembrarán para comenzar la implementación de un cultivo experimental de ostra japonesa en la Bahía de Tongoy.

 

El objetivo del proyecto

Como respuesta a los impactos que el cambio climático tendrá en el sector de la pesca y acuicultura, entre ellos, la disminución de la disponibilidad y accesibilidad de recursos pesqueros, el proyecto quiere potenciar la diversificación productiva como medida de adaptación al cambio climático, con la implementación del cultivo de especies exóticas al interior de áreas de manejos.

Luego de sembrar la segunda partida de 50 mil semillas el próximo 13 de mayo, en la próxima temporada estival se espera cosechar las ostras adultas, coincidiendo con la llegada masiva de turistas que disfrutan de la gastronomía local.

Durante este año 2019 se implementará y realizará el seguimiento del plan operativo de la experiencia piloto de cultivo de ostra japonesa en el AMERB de Tongoy, que se extenderá hasta marzo de 2020 y, como parte de las actividades, se realizaran talleres de trasferencia tecnológica, técnicas y gestión del sistema de cultivo experimental de ostra japonesa. En total a través de esta práctica de adaptación al cambio climático se capacitarán más de una docena de pescadores artesanales del gremio de Tongoy de los cuales el 30% son mujeres, incorporando así, la componente de género en la fuerza productiva acuícola de Tongoy como medida de adaptación al cambio climático en la pesca y acuicultura regional.

 

Tongoy como polo de cultivo para exportación

A esta iniciativa, también se suman otras público privadas como la de Cultimar, una empresa de cultivo ubicada en Tongoy y filial de Fundación Chile.

Allí, cerca de 180 millones de semillas de ostra se producen anualmente, un cultivo detrás del cual hay más de 30 años de innovación en acuicultura resultando en un producto de alto estándar: ostras grandes, carnosas, de un color violáceo y sabor apreciado por los consumidores de numerosos mercados.

 

Tecnología en el cultivo de especies

Desde Fundación Chile comentan que en la institución trabajan hace más de 30 años en el área acuícola para incorporar nuevas especies de peces y moluscos en la matriz productiva de la industria local. “Hemos desarrollado la tecnología de cultivo de más de 20 especies. Manejamos a los reproductores y su reproducción para disponer de juveniles para los centros de cultivo”, explican.

Y la ostra japonesa llegó con ese fin a Cultimar de la mano de la fundación: poder reproducirla en cautiverio para luego fomentar la ostricultura local. “Se trata de una especie que se come poco en Chile, pero que es la más consumida internacionalmente”, dice Barros.

 

El proceso detrás de la siembra

A priori, las semillas de ostra son generadas en la planta de Cultimar, en Tongoy. Una vez que han alcanzado una talla (2 a 3 milímetros), tamaño que les permite resistir el traslado y cambio de ambiente, las semillas chilenas de ostra inician un viaje cuyo principal destino es Canadá, y específicamente las apacibles playas de Columbia Británica. Las cajas de semillas son trasladadas en avión y desembarcan en Vancouver, desde donde son distribuidas a los distintos centros de cultivo. Después de un año y medio de engorda, gran parte es exportada a otros mercados, con el rótulo de “producto de Canadá”, aunque la genética es chilena.

Proceso similar ocurre en Brasil, México, Sudáfrica y Namibia, mercados donde las semillas de ostras producidas en Chile han ganado la competencia de la calidad.

Su destino final son comercios, ferias gastronómicas y restoranes de todo el mundo, donde estas ostras son reconocidas como un producto premium y consumidas en distintos formatos: frescas, apanadas, en sopa, a la parrilla y hasta en sándwich.62-01i

 

 

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