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Si bien muchos músicos han retomado su agenda de presentaciones en vivo, aún quedan aspectos por mejorar, como aumentar el aforo de los conciertos, pues otras actividades, como el deporte o el transporte de pasajeros cuentan con autorización para una mayor cantidad de usuarios.

Volver a los escenarios como antes, pues el público está preparado para asistir de manera responsable a los espectáculos. Esa es la premisa común de los artistas y productores nacionales, dos de los rubros más afectados por las medidas de restricciones de movilidad y aforos durante la pandemia.

Lo anterior, ya que los espectáculos musicales en vivo fueron una de las primeras actividades en cancelarse o suspenderse cuando se declaró la crisis sanitaria en 2020 y aún no han vuelto con la frecuencia y despliegue habitual. Sin embargo, actividades como el fútbol, el transporte público y el comercio, operan con sus recintos a capacidad completa.

Así, la emergencia y la reducción en la agenda de shows en vivo de los artistas nacionales y locales han derivado en la pérdida de numerosos puestos laborales, sobre todo en las áreas técnicas, escénicas y de producción. Es por ello, que los artistas creen que, luego de dos años de pausa y gracias al avance de la vacunación y a una ciudadanía más responsable, están las condiciones para que el publico vuelva a los espectáculos masivos.

Últimos en volver 



Rolando Espejo, propietario de Espejo PRO, productora de Santiago que organiza espectáculos musicales y artísticos en Hotel y Casino Enjoy y a lo largo de todo el país, manifiesta que “nuestra industria fue la primera en parar, primero con el estallido social y luego con la pandemia, y seguramente seremos los últimos en volver”.

En el caso de Espejo PRO, debieron sufrir la suspensión de la mayoría de los espectáculos que tenían programados para este verano, lo que ha afectado directamente al equipo de la productora. 

Es la realidad de la industria de espectáculos, pues como detalla Espejo, muchas empresas del rubro han quebrado, obligando a sus trabajadores, como técnicos de sonido e iluminación, roadies, fotógrafos, escenógrafos, entre otros, a reinventarse en otras actividades, viendo mermados sus ingresos, afectando a sus familias.

La cantante nacional Carolina Soto, quien recientemente se presentó en la ciudad de Vicuña junto a Denisse Malebrán en el espectáculo “Divas en Concierto”, organizado por el municipio local en el marco del Carnaval Elquino y que contó con todos los aforos y medidas sanitarias, señala que “hoy podemos hacer presentaciones pequeñas, porque se han reducido los aforos, las salas de espectáculos no pueden funcionar como siempre”.

En este sentido, Carolina coincide en que tanto los artistas como quienes trabajan detrás de los escenarios, se han visto inmensamente afectados producto de las restricciones. “Ha sido muy dramático. Hay mucha gente detrás de los artistas, como ingenieros en sonido, tramoyas, roadies, iluminadores y hay muchos que están sin trabajo. Yo tengo un staff grande, pero hemos tenido que reducirlo, en pos de seguir trabajando, porque no hemos podido dar trabajo a todos y nos ha perjudicado enormemente”.

Si hay una certeza, es que el público ansía volver a los eventos de manera presencial y está lo suficientemente preparado como para asistir manteniendo todas las medidas sanitarias y de seguridad. 

En el caso de Mojo Booking, agencia que programa conciertos y giras y realiza marketing de numerosos músicos chilenos, entre ellos, Lucybell, Los Tres, Carlos Cabezas, Manuel García, Weichafe y BBS Paranoicos, sus artistas se han mantenido realizando presentaciones en vivo en diversos lugares del país. Sin embargo, también han debido suspender shows cuando las fases del Plan Paso a Paso lo exigen. 

Juan Ignacio Cornejo, de Mojo Booking, afirma que “con el retorno de la música en vivo el segundo semestre del año pasado pudimos comprobar que la gente tenía muchas ganas de salir a ver conciertos y eso quedó demostrado con los shows de Coldplay, Dua Lipa y Bad Bunny. Nuestra actividad contribuye no solo a la entretención, sino a la salud mental del público. Pero en vez de fomentarla, nos restringen como a nadie”.

Eduardo Caces, bajista de Lucybell, afirma que la situación sanitaria ha mantenido en vilo a todos los artistas nacionales y cuenta que “como banda, como músico y como colega de otros músicos nos vimos enfrentados a algo que nos pegó un combo en el mentón y una patada en el suelo. Todas tus posibilidades de hacer tu trabajo, conectarte con la gente se vio cortada por una situación que no tiene control”.

Desigualdad en el trato 



Artistas y productores coinciden en que al sector artístico y del espectáculo se le ha tratado de una manera distinta que otras actividades o rubros, como el fútbol o el transporte de pasajeros.

“Tú vas a los estadios y están llenos, el Metro está lleno, los malls están repletos, sin embargo, nosotros que hacemos eventos con estrictos protocolos, como lo exige la ley, no nos autorizan a hacer espectáculos”, lamenta Rolando Espejo. La situación es compleja, pues como señala el productor, ni siquiera existen restricciones de aforos, sino que, de plano, no se pueden realizar shows de artistas en vivo. 

Carolina Soto coincide con esta perspectiva y expresa que “tú ves los estadios y están llenos, con una persona al lado de la otra y no los fiscalizan, los aeropuertos están llenos, los aviones están llenos. Entonces piensas que no miden con la misma vara a todos. Es algo super injusto”.

Por su parte, Juan Ignacio Cornejo va más allá y plantea que “es una discriminación que ya nadie cree que sea casual. Es evidente que es una decisión consciente de las autoridades hacia las expresiones artísticas”.

En este sentido, el productor manifiesta que “no se comprende cuál es la justificación para tener aforos reducidos y exigencia de distanciamiento social cuando vemos que, en el estadio, el transporte o los centros comerciales la gente está amontonada. En un avión pueden viajar 250 personas una al lado de la otra y en un teatro de cientos de m2 puede ingresar la misma cantidad de personas”. 

De la misma manera, Eduardo Caces afirma que “tú ves otros recintos en los que se congrega mucha gente y la vara con que se mide la música no es la misma con la que se mide el deporte. En la cultura tenemos que dar un paso adelante, en que los representantes del sector musical hagan valer su voz, pues es una industria que debemos defender, sobre todo por las bandas nuevas”.

El retorno a la presencialidad



En los momentos más complejos de la pandemia, cuando aún muchas comunas del país vivían en cuarentena o fases más estrictas de confinamiento, muchos artistas nacionales optaron por realizar shows online, con venta de entradas, para mantenerse activos en los escenarios y volver a conectarse con sus fans.

Sin embargo, debido a los altos costos económicos que implica para los artistas, sumado a que ya están las condiciones para regresar a los escenarios de manera presencial, esta modalidad ya es insostenible.

Rolando Espejo indica que “se han realizado conciertos presenciales a modo de prueba, en los que realizaron testeos a los asistentes y luego se efectuó la trazabilidad y hubo cero contagios. Entonces, cuando están las condiciones y están los malls repletos, las playas repletas, por qué no se pueden realizar conciertos”. 

 “Con el tiempo, como Lucybell, tuvimos la suerte de volver a los escenarios, pero también tuvimos la mala noticia de que muchos shows se cayeron. Eso cala muy fuerte en el ánimo y en lo económico”, señala Eduardo Caces.

En esta dirección, para el bajista, es esencial que se maneje y se entregue toda la información necesaria, “con bases científicas, a través de buena información, para que la gente sepa que nadie corre peligro en un concierto”.

Siguiendo en la línea de los criterios de las autoridades para permitir cierto tipo de actividades masivas y tratar de manera desigual al ámbito artístico, Juan Ignacio Cornejo apunta a es importante ser claros en la información que se transmite al público, para dar la tranquilidad de que, siendo responsables y manteniendo las medidas sanitarias, los riesgos de asistir a los shows presenciales son mínimos.

Cornejo asegura que “me tocó verlo en el verano, que gente con entrada comprada le escribiera a las RRSS de algunos de los artistas con que trabajo y avisara que prefería quedarse en la casa para no contagiarse. Lamentablemente el miedo vende bien en la tele y es algo que también tenemos que revertir”.

 

 

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