• La pizza cuatro esquinas es uno de los platos emblemáticos del lugar emplazado en la calle Larraín Alcalde
  • Las Pizzas de metro son un clásico de Ragú
Crédito fotografía: 
José Alejandro González
El establecimiento celebrará un nuevo aniversario el próximo 7 de septiembre. Gracias a sus contundentes platos, que han mantenido tamaño y sazón a lo largo del tiempo, la clientela es fiel y no dudan en recomendarlo.

Conocido por las pizzas de un metro de largo, así como por las pastas y salsas caseras, el restaurant Ragú se ha consolidado como uno de los referentes de la comida italiana en la ciudad de La Serena tras casi 12 años de funcionamiento.

Un recorrido impregnado de esencia familiar, mucho cariño y gran compromiso por parte del equipo de trabajo, de acuerdo a lo que manifiesta la dueña del local Patricia Olave, quien conversó con El Día sobre el lugar que considera como un hijo más y que ha visto crecer con mucho esfuerzo, pero también con satisfacción.

Claves para mantenerse

Presentar recetas diferentes y preparar pedidos al gusto del cliente son puntos fuertes del local emplazado en la calle Larraín Alcalde 3078, lo que le ha permitido afianzarse dentro de la oferta gastronómica serenense. Esto también hace que se demoren un poco más en servir, ya que cada plato tiene un tiempo de preparación de 20 minutos en promedio.

“Les explicamos esto a quienes nos visitan, pero igual se quedan y vuelven porque garantizamos una preparación casi personalizada, además trabajamos prácticamente al día, hacemos masas en la mañana o en la tarde y toda la producción es casera”, apunta.

El Trietto de pastas es muy popular, pues tiene ñoquis, raviolis y fetuccinis con diferentes salsas y todo es casero

Platos emblemáticos

Tríos de pastas, raviolis rellenos, lasagna, entre otras recetas tradicionales de la comida italiana son parte habitual de la carta, pero sin duda, uno de los platos que más buscan es la pizza de metro.

“Como al segundo año de funcionamiento  empezamos a ver que pedían mucha pizza para llevar por cumpleaños o reuniones de grupos, y ahí decidimos vender una más grande, de un metro de largo y 35 centímetros de ancho que empezó a tener mucho éxito. Después hicimos la pizza cuatro esquinas que es cuadrada, tiene cuatro sabores y también le ha ido bien”, destaca.

Más de una década

Patricia asegura que el restaurant es como un hijo para ella, ya que los primeros cinco años  le dedicó mucho de su tiempo, el que además dividía con sus labores de madre.

“Lo comparo con un hijo porque cuando ellos tienen cinco o seis años puede caminar más solitos y eso representa un alivio. Más o menos en ese tiempo comencé a soltar un poco, contraté a un cajero que comenzó a ayudarme y así fue creciendo el equipo”, añade.

Finalmente, sobre lo que a su juicio ha sido importante para permanecer por más de una década funcionando, asegura que la dedicación en cada preparación, la contundencia de las recetas, y el equipo de trabajo, hacen la diferencia.

“A mí los clientes me conocen de toda la vida, entonces tienen la confianza de buscarme y decirme si es que el sabor de algún plato cambió  o ven algo que no les gusta”, indica.

La lasagna es uno de los clásicos en la cocina italiana

Territorio conocido

El local partió en el año 2007 bajo la gerencia de Patricia y una amiga, quien se quedó por un año en la ciudad, pero luego se fue. Sin embargo, la influencia familiar y el concepto de la gastronomía italiana perduraron, ya que ambas tienen ascendencia de ese país.

Patricia proviene de la comuna de Cauquenes en la Región del Maule y allí su abuela (nacida en Italia) tenía un hotel, por lo que desde muy pequeña estuvo dentro de las cocinas y ayudando en lo que podía. “En ese lugar aprendí cómo se trabaja en realidad”, dice.

Si bien tuvo un restaurant en la ciudad de Copiapó durante nueve años, la emprendedora decidió trasladarse a La Serena en búsqueda de cambios y apostar por el rubro gastronómico nuevamente, pero esta vez con un establecimiento más pequeño, que no implicara tanto estrés y enfocado en otro tipo de cocina, más artesanal.

 

¿De dónde proviene el nombre?

“Yo nunca supe al tiro por qué, pero siempre lo tuve en la mente”, dice Patricia al consultarle sobre el origen del nombre de su restaurant, Ragú, que en la cocina es un guiso carnes que se puede comer solo, o acompañado de salsas.

“En el año 2010 se registró un terremoto y en Cauquenes fue trágico porque hubo un tsunami. En un momento mi mamá me llama y me dice, te vas a morir con lo que te voy a decir. Para esa época, mi Nonna ya estaba fallecida y el hotel se había vendido, por lo que mi mamá guardó en la bodega de su casa muchas cosas, entre esas una caja con ollas que se cayó el día del terremoto y cuando mi mamá las recogió se dio cuenta que tenían escrito “Ragú”. Mi mamá me contó que cuando éramos chicas íbamos al hotel y mi nonna siempre nos decía que teníamos que ayudar en la cocina, entonces seguramente revolvía en esas ollas, y el nombre me quedó grabado", rememora. 

Patricia Olave está contenta al ver que su emprendimiento está consolidado. No tiene planes de expansión, pues prefiere mantener la producción casera

 

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