Como todos los años, el Día del Patrimonio Cultural, que se celebra el último domingo del mes de mayo, atrajo a una gran cantidad de visitantes a museos, monumentos –reconocidos como tal y de otros-, evocándose incluso algunos del tipo intangible, predicándose, en consecuencia, acerca de su valor destinado a reafirmar el compromiso de todos a protegerlo, conocerlo e identificarse con él.También nuestro diario local impulsó el evento y otros tantos se hicieron eco de tan importante acontecimiento.Por cierto, los principales diarios capitalinos se abocaron a destacar  -que duda cabe- lo propio de Santiago, con menciones, supongo seleccionadas previamente, de lo ocurrido en regiones.Total, dígase lo contrario, continúa considerándose la cara visible de Chile. Se olvidan que la mayor parte del patrimonio nacional se ubica mucho más allá de sus límites metropolitanos.Pasada la celebración del mentado día de nuestro patrimonio,tal como señala el verso, “tras la paletada, nadie digo nada”, vale decir, como siempre, el tema quedó en último lugar de las prioridades nacionales.Uno de esos diarios santiaguinos destina los domingos parte de sus contenidos para referirse a notables autores o noticiosos eventos culturales, alejados de la realidad nacional.Otros utilizan numerosas páginas para el deporte (léase el fútbol) y la TV nos apabulla con programas otro tanto, incluyendo hasta los mínimos detalles de partidos de lejanos países, sus héroes peloteros, incluyendo hasta la tabla de posiciones. Se me argumentará que ese deporte forma parte de nuestro patrimonio (¿intangible?), pero, ¡válgame Dios!Nunca acostumbré a practicarlo frente a una pantalla, menos de un televisor, tablet o celular.Me pregunto cuándo los grafitis también se convertirán en patrimonio. También afectaron a Pompeya, ciudad romana cubierta por las cenizas de la erupción del  volcán Vesubio, a fines del último milenio a.C, que todavía  amenaza a la moderna urbe. Al recorrer sus calles, milagrosamente conservadas, pude apreciar los antiguos grafitis, ahora protegidos con especial cuidado de los actuales vándalos, tan similares a los actuales. He oído acerca de una nueva campaña en La Serena para eliminarlos. Pero soy un impenitente pesimista… positivo. 

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