La leña ha sido históricamente el combustible más utilizado por las familias que habitan el sur de Chile. En el 2013 su uso representaba el 17% de la matriz energética, hoy el 24%. En marzo de este año, se presentó la Política de uso de la leña y sus derivados para calefacción, coordinada por la División de Eficiencia Energética del Ministerio de Energía. En esta, se diagnosticaron situaciones que determinan que la leña es uno de los causantes de los impactos ambientales en nuestras ciudades.

Al respecto, cerca de un 60% del consumo de energía en los hogares, colegios, servicios públicos e industrias proviene de la leña, y para solucionar este problema, se propuso actualizar la reglamentación térmica residencial e incentivar las construcciones energéticamente más eficientes.

Otro tema, es el uso de leña más sustentable y de calidad. Hoy existe un mercado informal, en donde se vende sin cumplir con las exigencias forestales y por no existir una normativa sobre la calidad de la leña ni por su combustión en condiciones de humedad, hacen que se considere como causante de la declaración de varias ciudades del sur como zonas saturadas.

Como solución, se propone crear un sistema de mayor información respecto del mercado de leña y otros derivados, fomentando su uso sustentable, estableciendo normas para regular los estándares de producción, venta y consumo, generando las condiciones e incentivos para que los actores de este mercado puedan cumplir las exigencias, se invierta y desarrolle en nueva tecnología y haya más capacitación. Asimismo, se busca crear centros de acopio y secado, que permitan conocer el origen de la leña, su calidad y que cumpla con las normativas pertinentes.

Finalmente, se propone el incentivo del uso de derivados de la madera y de nuevas tecnologías eficientes para la calefacción, una institucionalidad que coordine y fomente la investigación y generación de nuevas técnicas, y una educación ciudadana destinada al uso correcto de la leña como combustible.

La aplicación de esta Política será relevante para la descontaminación, por lo cual, no pueden ser solo ideas en un documento, sino que las autoridades y los ciudadanos, deberán hacer que se transformen en verdaderas acciones en favor de las ciudades y el medioambiente.

Enrique Gillmore Carmona

Abogado

Máster en Derecho Ambiental y Recursos Naturales

 

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