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El cierre de fronteras por la pandemia se transformó en una oportunidad para las bandas locales que se dedican al cultivo, procesamiento y comercialización de drogas, especialmente la marihuana. Con esto, han aumentado las “mexicanas” y la violencia en zonas aisladas.

El hallazgo del cuerpo de un joven de 25 años en el sector de Mincha encendió nuevamente las alarmas sobre el nivel de violencia con que operan las bandas delictuales dedicadas al narcotráfico en la Región de Coquimbo.

Si bien las investigaciones deberán esclarecer lo ocurrido, no se descarta que se haya tratado de un homicidio provocado por el enfrentamiento entre clanes criminales, debido a la forma y la dinámica con que operaron los autores.

Según explicó el subprefecto Patricio Lillo, jefe de la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado de Los Vilos, además de las bandas asociadas al cultivo y posterior comercialización de marihuana, existen otras dedicadas a las quitadas de droga o “mexicanas”, las que de forma violenta irrumpen en las plantaciones para robar las sustancias de otros grupos y así generar ganancias. “En ese sentido es cuando resultan estos hechos que son lamentables, porque al intervenir dos bandas dedicadas al mismo hecho es donde se producen estos choques, algunos con heridos de bala”, precisó el subprefecto Lillo.

 

La forma de operar

Las características propias de la región, tanto por su clima como geografía, la convierten en una zona productora de cannabis a nivel nacional, por lo mismo, todos los años se lleva a cabo el Plan Cannabis, donde con el uso de helicópteros y la cooperación de otras brigadas, la PDI ha logrado detectar plantaciones desde la Región de Coquimbo hasta Biobío, así como la detención de sujetos dedicados al narcotráfico.

El jefe de la Brianco indicó que “desde un tiempo a la fecha las bandas se han especializado en el transporte de sustento para personas que cuidan las plantaciones, las que regularmente están alejadas del ámbito social, utilizando quebradas de difícil acceso”.

Estas plantaciones son alimentadas mediante mangueras, a través del sistema de riego por goteo, con semillas de rápido crecimiento, lo que les permite tener cultivos en todas las estaciones del año, las que son cuidadas por jóvenes -regularmente armados- que son captados por las bandas.

En medio de este proceso, y en plena temporada de “secado” de la droga a comercializar, se producen las quitadas y por consiguiente, conflictos armados entre los grupos delictuales.

De acuerdo a la información recabada por la Brigada Antinarcóticos de Los Vilos, las bandas dedicadas a la “mexicana” están compuestas por personas de la zona, así como desde Valparaíso, siendo principalmente clanes familiares de nacionalidad chilena, aunque no descartan la participación de personas extranjeras.

Una situación que se ha incrementado durante la crisis sanitaria en la región, puesto que por el cierre de fronteras, la región pasó a ser zona de cultivo y de desarrollo económico para las organizaciones, las que han buscado la forma de abastecerse de droga a nivel nacional.

Asimismo, también ha aumentado la violencia. “Las bandas que se dedican a las quitadas de droga mayormente no tienen un gasto asociado al cultivo propiamente tal, entonces lo que hacen es irrumpir violentamente en las plantaciones, tratar de neutralizar a la persona que las está cuidando y llevarse, en definitiva, gran parte del valor económico de esas plantaciones”, explicó.

 

Incautaciones

Pero frente al aumento de los cultivos y de las bandas dedicadas a este delito, también se incrementó el esfuerzo y trabajo de las policías que se enfocan a desarticular las organizaciones criminales y sacar de circulaciones las sustancias ilícitas.

En ese contexto, desde la Brianco de Los Vilos, por el Plan Cannabis se incautaron en el 2019 28.049 plantas vivas, además de 144 kilos 529 gramos. El 2020 fueron 14.834 plantas vivas y 104 kilos 890 gramos y desde abril a diciembre del 2021 se han incautado 51.454 plantas vivas y 608 kilos 600 gramos.

Aumento en el último año que también registro el OS7 de Carabineros, que junto a la Sección Aeropolicial de La Serena, durante el Plan Cannabis temporada 2020-2021 en la provincia del Choapa, presentaron un incremento de un 90 % (31.697 plantas) respecto a la temporada 2019-2020 -cuando se llegó a incautar 16.663 plantas- afectando el patrimonio de estas organizaciones criminales en casi $25.000.000 millones de pesos.

“El trabajo oportuno realizado por Carabineros, permitió detener a 6 imputados, quienes fueron aprehendidos mientras custodiaban las plantaciones, encontrando en su poder armas de fuego y munición. Además, la existencia de campamentos artesanales instalados en estas plantaciones cada vez se hace más común, ya que, en algunos casos son utilizados por sujetos que no son de la comuna, pero que a cambio de altas sumas de dinero, son contactados para encargarse del cultivo y resguardo de las plantaciones durante toda la temporada, en este último caso a fin de evitar las ser detectados por las policías y evitar las denominadas “quitadas de drogas” por parte de bandas rivales”, especificó el Capitán Gustavo O’Ryan, jefe del OS7 Coquimbo.

 

Problemática social

Situaciones que se han visto en aumento en localidades rurales de las provincias de Limarí y Choapa, donde los jefes comunales han detectado una problemática que buscan atacar con diversas iniciativas.

Cristian Gross, alcalde de Los Vilos, reconoció que se trata de una problemática compleja de abarcar, sin embargo, afirma que han estado diseñando programas asociados a seguridad y solicitando mayor presencia policial para reforzar el trabajo en los sectores rurales.

“El tema de la drogadicción y el tráfico hay que abordarlos desde una dimensión más integral, creo que están produciendo más delitos, en nuestra comuna por ser de paso se ha visto que hay personas de otros lugares que vienen a delinquir y hemos visto episodios bastante graves en cuanto a situaciones en particular”, comentó.

Por otro lado, el edil de Monte Patria, Cristian Herrara, admite que existe un aumento del microtráfico “en poblaciones y sectores urbanos”, pero también en zonas aisladas, algo que preocupa.

“Antes uno sabía de esta situación en lugares de mayor población, pero también se ha extendido a sectores rurales. Tenemos un trabajo a través de nuestra mesa de seguridad, donde hemos ido planteando a las policías y trabajando con la comunidad para ir denunciando a microtraficantes que generan una preocupación en la comunidad del orden público”, señaló Herrera.

 

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