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El Día
La familia de Carlos Andrés Baldovino Bello (28), funcionario asesinado en Illapel en el mes de junio, plantea que el imputado, quien argumenta legítima defensa, no pudo actuar solo, por lo que están solicitando que se indague en un presunto “colaborador” del sujeto quien habría estado con él al momento de los hechos. Por lo pronto, el pasado miércoles el tribunal rechazó revocar la prisión preventiva al posible responsable del crimen, y todo apunta a que el juicio oral se llevaría a cabo en el mes de enero del 2020.

El día miércoles 25, en el juzgado de Garantía de Illapel se llevó a cabo la audiencia de revisión de las medidas cautelares del imputado por el homicidio de un gendarme en la misma comuna. La defensa, pretendía revocar la prisión preventiva, pero el tribunal desestimó la solicitud, por lo que ahora el presunto responsable de la muerte del uniformado deberá esperar en el encierro la resolución que será conocida tras el juicio oral que se realizaría en el mes de enero del 2020. 

Los hechos

Fue el sábado 15 de junio cuando el “confuso incidente”, tuvo lugar en la capital de la Provincia de Choapa. El hecho se produjo a eso de las 01:00 horas en calle Diego Portales donde Carabineros encontró un cuerpo sin vida en las afueras de un domicilio. Los funcionarios se entrevistaron con el dueño de casa identificado con las iniciales A.C.T., de 33 años, quien en ese momento indicó que minutos antes un sujeto habría entrado al inmueble mientras él dormía junto a su familia. En su declaración, aseveró que al sorprender al sujeto lo agredió con un cuchillo en el tórax y al salir de la vivienda, éste se desplomó falleciendo en el lugar.

Se trataba de una situación grave, la que generó mayor connotación pública luego que se identificara a la víctima. Era nada más y nada menos que un funcionario de Gendarmería de Chile de nombre Carlos Andrés Baldovino Bello de 28 años quien trabajaba en el Centro de Detención Preventiva de la comuna.

Desde un comienzo se instalaron las dudas, y fue la familia del joven gendarme y sus compañeros de institución quienes alzaron la voz. ¿Por qué Carabineros creyó sin cuestionar nada lo manifestado por el individuo dejándolo en libertad?, ¿Cuál fue la razón por la que el Ministerio Público no solicitó un control de detención? La respuesta fue categórica: había primado la tesis de la legítima defensa.

El vuelco en el caso

En la familia del joven, oriundo de Osorno, la madre, Lorena Bello, no podía creer que “el asesino de su hijo”, hubiese quedado en libertad, por lo que hicieron todo lo posible para que “llegar a la verdad”, ya que no daba crédito a que su hijo hubiese estado cometiendo un acto ilícito, o hubiese  entrado por la fuerza a otro domicilio tal como señaló el imputado.

La Fiscalía ordenó investigar a la PDI, para esclarecer los hechos y a principios de agosto tuvieron las pruebas suficientes para formalizar por el delito de homicidio al imputado. Con esto, la tesis de la legítima defensa se fue debilitando. En la audiencia de formalización del 5 de agosto, el imputado quedó en prisión preventiva por el presunto delito de homicidio, estableciéndose un plazo de investigación de 70 días.

Todavía no está claro cuál fue el motivo de la concurrencia del gendarme al lugar, y no se descarta que haya sido para comprar alcohol u otra sustancia. Tampoco se ha establecido fehacientemente la dinámica de los hechos, al no existir testigos presenciales. Por lo pronto, lo único que se sabe a ciencia cierta es que la víctima tenía 2 gramos de alcohol por litro de sangre en su cuerpo al momento de ser asesinado, algo que, según la Fiscalía hacía muy difícil que pudiese efectuar alguna agresión y luego defenderse.

Nuevos antecedentes de la defensa.

El abogado defensor del denunciante Ignacio Díaz ha intentado en dos oportunidades revertir la cautelar de la prisión preventiva, argumentando la conducta agresiva del fallecido y que sí existiría una legítima defensa. La última acción judicial tuvo lugar el pasado 25 de agosto y el tribunal rechazó la solicitud, pese a ello, el abogado, en conversación con El Día, explicó por qué insistirán en la tesis aunque haya sido desestimada en dos oportunidades por parte del Juzgado de Garantía.

“De acuerdo a nuestros antecedentes, este joven tenía diversas causas relacionadas a su agresividad, había estado involucrado en riñas, peleas e incluso existía un caso de violencia intrafamiliar”, manifestó el profesional. Esto, según aseveró, hacía más creíble la versión de su representado de que la persona ingresó de manera violenta a su hogar, evadiendo la barrera de su propiedad privada y propiciando un enfrentamiento con el imputado. “Ahí existió una pelea, y mi defendido se vio superado físicamente por lo que tuvo que defenderse”, expresó el abogado.

Descarta que hubiese existido un conocimiento previo entre los involucrados, y sostiene que todo se debió a un hecho fortuito. “El gendarme conocía al dueño de la botillería, no a mi representado. No sabemos a qué ingresó al domicilio. Estuvo en la botillería que está en el mismo terreno que la casa a la que ingresó luego que le  negaran la venta de alcohol y ahí pasó este episodio”, sostuvo el defensor.

Tesis contrapuesta

Nos pusimos en contacto con familiares del gendarme asesinado. Desde Osorno, la madre, Lorena Bello, manifestó que están atentos al proceso judicial y descarta que haya existido legítima defensa. “Aquí hubo un homicidio. Mi hijo no es una persona violenta, nunca lo ha sido y mucho menos un ladrón. Creo que existió un ataque que no lo pudo realizar una sola persona, porque Carlos era una persona deportista que medía un metro noventa de estatura. El tipo lo mató y no pudo haberlo hecho sólo, eso lo hemos planteado y se está investigando”, indicó la mujer.

Por su parte, el hermano de la víctima Alejandro Baldovino, ratificó esta tesis. “Todo lo que pudimos ver y escuchar en el juicio preliminar donde quedó en prisión preventiva el imputado, las pruebas desestiman la legítima defensa y una pelea cuerpo a cuerpo. Entonces aquí tuvo que haber otra persona que distrajera a mi hermano, o bien ayudara a reducirlo para que este hombre pudiese atacarlo”, precisó el familiar.

Por otro lado, especificó que no hubo en ningún momento uso de la fuerza por parte de Carlos para ingresar a la propiedad privada, ya que el imputado le abre la reja de acceso, y “mi hermano nunca entra a la casa, se mantiene en la puerta. Ahí hay un lapso en que no se sabe lo que pasa y después lo atacan fuera del domicilio”, enfatizó

Una delgada línea 

Pero, más allá de cuántas personas hayan actuado en el hecho, la discusión central del juicio oral será si existió o no la legítima defensa por parte del imputado, hoy en prisión preventiva. Según explica el abogado experto en Derecho Penal, Carlo Silva, en casos como este, la línea es muy delgada. “En nuestro procedimiento penal la legítima defensa actúa de dos formas, de manera justificante, o sea justificando un actuar. Es decir, se afecta un bien jurídico que es la vida, pero se entiende que se actuó justificando las circunstancias especiales del momento”, precisó el abogado, agregando que, “en este caso significa que había un morador, que estaba en su domicilio en circunstancias de legítima defensa privilegiada, repele el ataque que efectúa sólo con el hecho de ingresar. Entonces, en primer término, podría haber una legítima defensa”, indicó.

Sin embargo, la legítima defensa también podría darse de manera incompleta. O sea, que no se den todos los requisitos para que se dé por justificada la conducta. “La legítima defensa establece requisitos, primero que debe haber una agresión ilegítima hacia mí. El segundo requisito es que exista una proporcionalidad entre el ataque y la acción en que se repele el ataque. Me explico, si una persona ingresa a una casa con una escopeta dando tiros, sería racional que el morador repela el ataque con un arma de fuego, pero no es proporcional si una persona entra sin nada en sus manos y el que lo repele sale con un arma y le da 10 tiros. Entonces la línea va a ser muy delgada e interpretable al establecer si esa defensa con un arma blanca fue proporcional y constituye esta legítima defensa privilegiada”, concluyó.

 

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