El último caso de la joven coquimbana que se quitó la vida en el norte, agobiada por una crisis personal de la que no pudo salir, puso otra vez en el tapete el tema de los problemas que llevan al suicidio.

En su perfil del Messenger decía ‘adiós, ya no aguanto más’. Pidió ayuda a gritos y nadie lo supo ver. Soy tan culpable como todos, por no revisar y preocuparme de cómo estaba, de cómo se sentía, de no darme cuenta que borró su Facebook”. Así escribió una amiga de Alejandra Durán Galleguillos (32), en un grupo de internet que se creó especialmente para ayudar a encontrar a esta joven coquimbana, que finalmente apareció muerta el domingo 5 de agosto en la Región de Atacama.
Fue una historia estremecedora con un final amargo, ya que la ex funcionaria de la municipalidad de Coquimbo por 16 años, que actualmente trabajaba en el INE de Copiapó, se quitó la vida al parecer por una profunda depresión de la que jamás logró salir a flote. De hecho, durante los 8 días que estaba desaparecida, la familia hizo desesperados llamados para quien tuviera información acerca de su paradero, consignando que “actualmente cursa un cuadro depresivo sin tratamiento”. Aunque después sus parientes no quisieron hablar más del tema, se presume que fue esa la razón para atentar contra su vida.
En junio de este año también se escribió otra historia de suicidio que causó remezón en la zona, al tratarse del caso de una serenense de 29 años, Rocío Madariaga Rivera, esposa del periodista de TVN Juan Carlos Zapata. Ella había sido dada por desaparecida el domingo 10, mientras iba a buscar en un jeep a su padre al aeropuerto de Santiago. Finalmente, apareció en una quebrada al día siguiente de una extensa búsqueda, que comenzó su propio marido por las redes sociales. El caso de la desaparición de la joven, que trabajaba como psicóloga, acaparó la atención de la prensa nacional. Después que se supo la mala noticia, la cuenta de Twitter de Juan Carlos Zapata se llenó de consuelos por tan sensible pérdida de la mujer con que estaba casado desde hacía 4 años.
El periodista también se dio el tiempo para agradecer a quienes ayudaron en la búsqueda de Rocío, junto con expresar varios mensajes por el deceso de su amada. “Gracias a todos quienes ayudaron a ubicar a mi Rocío. Gracias a ustedes la encontré y nos pudimos despedir. Infinitas gracias de corazón”, posteó. Junto con ello, agregó “qué más quisiera que responder uno a uno el cariño. Mi mariposa volará a La Serena donde descansará al lado de su madre”. Se supo que la psicóloga había perdido a su progenitora hace un par de años, asunto que le habría provocado una fuerte depresión que nunca pudo superar.

TRISTEZA E INFELICIDAD
¿Tanto afecta la depresión que puede llevar al suicidio? La pregunta que se plantea necesita obligatoriamente dilucidar el concepto de ¿qué es la depresión? La Organización Mundial de la Salud la describe como una psicosis (ideas delirantes, definición muy simple de este término) afectiva, en la que el ánimo se muestra marcadamente deprimido por la tristeza e infelicidad, con algún grado de ansiedad.
En esta definición encontramos diferentes puntos en los cuales podemos poner atención, principalmente el que es de conocimiento general, que la depresión se asocia a un estado de ánimo disminuido, tristeza e infelicidad. Podemos adicionar otras características a las antes mencionadas, relacionadas con el insomnio o hipersomnia (sueño durante el día), sentimientos de culpa o exagerada responsabilidad ante un hecho, dolores físicos generalizados o en algunos casos, focalizados en áreas específicas del cuerpo, una pérdida en la concentración y en la toma de decisiones.
Estas características no se deben presentar aisladas, ya que si una persona sufre de insomnio, por ejemplo, no significa que tenga depresión, se debe entender que el cuadro de depresión debe tener todas estas características presentes y una de las más relevantes y en la cual debemos poner atención son los pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida recurrente sin un plan específico, una tentativa o un plan específico para matarse.
Según el psicólogo Alejandro Hidalgo Arévalo, de la Universidad de La Serena, que actualmente trabaja en Vallenar y ha estudiado profundamente el tema, “esta última característica es en la que debemos poner más atención a la hora de conocer o tener referencia de una persona que presenta un cuadro depresivo e incluya este tópico, ya que es el cual nos puede alertar ante la necesidad de ayuda urgente por parte del psiquiatra para el tratamiento farmacológico y el psicólogo para la terapia y psicoeducación hacia la familia”.
“Una vez explicado un poco el concepto de depresión y algunas de sus aristas, quizás podríamos ya dar curso a una posible respuesta para la pregunta principal, ¿cómo evitamos que intente el suicidio? La principal actividad es la comprensión. Debemos entender que cada persona en su unicidad es diferente, y que cada cual vive sus procesos y dolores de diferente manera. Es común que muchas se sienten incomprendidas. Esto se traduce en encerrarse más en su propia soledad”, consignó Hidalgo.
El profesional agregó que “el gran problema de un individuo que tiene depresión es que siente y cree que está todo perdido, que no existe un futuro para sí. Es ahí donde el círculo cercano se debe hacer presente, tanto en el acompañamiento como en la comprensión de la situación. Ello se complementa con el tratamiento terapéutico, el cual se debe cumplir a cabalidad, esto generaría que el trastorno se pueda, en una primera instancia detener en su avance, el cual puede desencadenar en el peor de los casos en la toma de una decisión tan radical como intentar un suicidio, siendo lo más nefasto, que este intento sea llevado a cabo con éxito, como es el caso de la joven de Coquimbo”.

 

 

BUSCAR UNA SOLUCION
Una persona depresiva debe entender que esto se puede superar con el tratamiento adecuado y con el acompañamiento familiar. Según el psicólogo Alejandro Hidalgo, “de no existir, se deben buscar las redes de apoyo que existen tanto a nivel personal (amigos, compañeros de trabajo) o de apoyo social (consultorios, fundaciones, grupos de autoayuda)”.
“También se tienen que evitar los factores de riesgo que hacen que la depresión se haga presente (estar solo, situaciones que recuerden la pena, personas que signifiquen tristeza) y buscar y potenciar factores protectores (actividades al aire libre, viajar, conocer espacios nuevos). En general, alguna actividad sana y de esparcimiento que evite evocar los recuerdos o situaciones de pesadumbres”.

 

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