• A.G.A. (24) fue formalizado en la comuna de Los Vilos, donde se leyeron detalles de su confesión a la policía.
  • En Canela los vecinos aseguran que aún existe miedo y la teoría de que hay “alguien detrás” del homicidio cobra fuerza.
  • José del Tránsito Pérez Cortés (89) fue visto en público por última vez el 18 de septiembre en un desfile cívico en Canela, con motivo de las Fiestas Patrias.
  • La comunidad pide justicia por la muerte de Tránsito Pérez. Fotografías, lienzos y flores adornan la entrada de su casa.
Crédito fotografía: 
Lautaro Carmona
Tras entregar su declaración a la Policía de Investigaciones el joven A.G.A. imputado por la muerte de José del Tránsito Pérez, reveló que su objetivo era asesinar a algunos funcionarios de Carabineros y posteriormente al anciano y así vengarse “de todas las personas que le hicieron daño, ya que a raíz de esto sufrió mucho y no se había desarrollado como una persona normal”. En Canela Baja el miedo continúa y la teoría de un posible homicidio por encargo cobra fuerza entre la comunidad.

Su idea inicial era asesinar a algunos funcionarios de Carabineros y luego seguir con don José del Tránsito, pero era más fácil comenzar por la víctima más débil, para vengarse de todos quienes le había hecho daño. Un intento de razonamiento crudo y difícil de asimilar fue el que hizo el joven de 24 años de edad, identificado como A.E.G.A., apodado “El Comando” y conocidos por otros como “El Soldado”, tras ser detenido en la Región de Antofagasta, luego de ser sindicado como el presunto responsable de la brutal muerte y descuartizamiento de un anciano en la comuna de Canela.

Fueron algunas de las declaraciones que entregó el imputado a los detectives de la Policía de Investigaciones, luego de firmar su confesión del crimen que estremeció a la zona norte, en el que entregó detalles de cómo habría actuado para dar muerte al recordado y querido “don Tránsito”, quien fue despedido a fines de septiembre en la plaza de la comuna, ya que no había espacio en la iglesia para la cantidad de vecinos que llegaron a su funeral.

120 días de plazo para la investigación determinó fijar el juez de garantía, atendiendo a la petición de la Fiscalía.

Los polémicos dichos fueron leídos en la audiencia de formalización por parte del fiscal jefe de Los Vilos, Rodrigo Gómez, con los cuales el persecutor logró obtener la medida cautelar de prisión preventiva para el detenido con problemas psiquiátricos, quien para el juez de Garantía fue considerado “un peligro para la seguridad de la sociedad”, atendiendo al delito y sus agravantes.

 

EL OBJETIVO

“De manera libre y espontánea”, el joven admitió a los policías que su plan original era asesinar a un carabinero que trabajaba en el retén de Canela, quien le habría “hecho daño”. No sabía el nombre, pero lo tenía completamente identificado. Conocía su domicilio, su rutina diaria y sabía con quienes vivía.

Pero no era su único objetivo, también tenía planificado matar a otros uniformados, quienes lo habrían golpeado y en algunas oportunidades lo detenían sin motivo, “le botaban las cosas que llevaba y lo molestaban por ser tartamudo”, leyó Gómez en la audiencia.

Su plan completo era deshacerse “de todas las personas que le hicieron daño, ya que a raíz de esto sufrió mucho y no se había desarrollado como una persona normal”. Dentro de ese grupo estaba José del Tránsito Pérez Cortés, de 89 años, un reconocido personaje de Canela Baja, a quienes todos calificaban como “un buen vecino y una persona muy activa”.

LARGO CAMINO A LA VENGANZA.

Oriundo de Antofagasta, llegó a los 14 años a Canela Baja con su madre, luego de que esta iniciara una relación con un hombre de la localidad. Comenzó a conocer a la comunidad y entre ellos a José del Tránsito, un anciano sociable, que solía compartir con los vecinos en su casa ubicada en calle Estanislao Ollarzú.

“Comencé a visitar a Tránsito, lo empecé a ayudar con la carga de leña y de a poco nos hicimos amigos. Tenía problemas en la casa con mi madre y mi padrastro, por lo que empecé a visitar más a este señor, que de vez en cuando me hospedaba y daba alimento”, relataba la declaración que el mismo A.G.A. reconoció haber entregado a la PDI.

Con el paso de los días la cosa cambió, “comenzó a hacerme tocaciones, lo que en principio no me llamaba la atención, pero continuaba y me tocaba las piernas, por debajo de la ropa, e incluso hasta los genitales. Para que yo me dejara me daba una luca (…) veíamos películas pornográficas, nos masturbábamos, yo no lo tocaba a él, pero él a mí sí y había otros niños del pueblo que también iban a la casa de don Tránsito y también se les lanzaba”, fueron algunas de sus palabras, que además molestaron profundamente al entorno familiar de la víctima.

Hasta los 18 años estuvo frecuentando la casa del anciano, pero después asegura haberse ido con la intención de buscar trabajo y ahorrar dinero, pero empezaron los problemas, indica que comenzó a tener problemas en su vida sexual y posteriormente volvió a Canela y empezó a perpetrar robos a los vecinos, hasta que fue denunciado por intento de violación, con lo que decidió irse nuevamente a Antofagasta.

EL CRUDO RELATO DEL CRIMEN

Aseguró que siempre tuvo intenciones de matarlo, “sobre todo por lo que me hizo cuando era chico”, así que en semana de Fiestas Patrias decidió volver y completar su venganza. “Llegué a Canela antes de que comenzaran las fiestas. Fui a la casa de Tránsito, quien me recibió sin problemas, me quedé en su casa, él se fue a acostar y decidí ir a su pieza. Estaba acostado boca arriba y de una, sin provocación, le pegué cuatro combos en el cuello. Hubo un instante en el que despertó, debió ser en el primero, pero seguí pegándole hasta que quedó inconsciente. Agarré un colchón y lo puse sobre su cara, preocupándome que se le acabara el pulso. Luego llegué a la bodega y saqué un serrucho. Esperé unas horas y comencé a cortarlo”, indica lo leído por el fiscal.

Los detalles que siguieron sólo encrudecieron el relato del imputado, quien explicó a los policías paso a paso cómo seccionó el cuerpo del anciano para esconderlo. Cada parte la envolvió en frazadas y ropa, las cubrió en cinta adhesiva y dentro de un bolso las llevó a una vivienda deshabitada, cerca de la casa del anciano, y las arrojó a un pozo séptico junto con el arma.

Su intención era que la familia y los vecinos de la víctima pensaran que estaba de viaje. Buscó un bolso más grande, ya que el torso no cabía, y lo dejó en el patio, con la intención de enterrarlo. Limpió el lugar, se deshizo de las evidencias y fue a conseguir entre los vecinos algunas herramientas para enterrar lo que quedaba del cuerpo, pero no lo consiguió.

 

DETENCIÓN EN EL NORTE.

Lo que le quedó fue escapar. Tomó un bus y llegó a La Serena, pasó la noche en la capital regional y al día siguiente volvió a Antofagasta, con la intención de ir más al norte, pero los pasajes a Arica e Iquique no estaban a su alcance, por lo que decidió irse hasta Mejillones.

“Llegué a un taller de un señor que arrendaba vehículos, vi la noticia de la muerte de Tránsito, pero no vi mi cara y me quedé más tranquilo, un compañero me dijo que conocía un dato de una pieza donde cobraban 80 mil pesos y él me hizo el contacto, fue ahí cuando los funcionarios de la PDI me ubicaron”, indica al fin de su declaración.

Una transacción en una Caja Vecina fue lo que alertó a la Policía de Investigaciones, que en ese entonces ya había ampliado el encargo de la búsqueda a todas las unidades, luego de que testigos lo situaran en el lugar de los hechos el día anterior, asegurando algunos de ellos que lo vieron discutir con el anciano.

En coordinación con las brigadas de la región del norte lo detuvieron y fue cuando contó lo sucedido, firmó su declaración y posteriormente contó todo su plan inicial a los detectives, asegurando que una vez que saliera de la cárcel iba a completar su venganza y realizar “el trabajo sucio”.

 

“ALGUIEN ESTÁ DETRÁS”

A las 11:15 horas comenzó la formalización y con media hora de recesos, el juez de Garantía Ignacio López determinó fijar la medida cautelar de prisión preventiva y un plazo para la investigación en 120 días, poniendo término al encuentro a las 13:45 horas.

Aún intentando asimilar todo el relato de “El Comando”, los asistentes salieron de la sala. La familia del imputado fue la primera en retirarse, mientras los cercanos a la víctima hablaban con el fiscal. No quedaron contentos, pese a que el primer paso formal del proceso de persecución penal concedió la privación de libertad para el imputado, tras una larga conversación con el persecutor en el frontis del Juzgado de Garantía de Los Vilos, los familiares de Tránsito aseguraron a El Día que “es todo mentira”.

Las declaraciones que más los indignaron fueron las referidas al abuso sexual, antecedentes que pusieron en duda de forma categórica, por la diferencia física entre el detenido y su víctima, “mi tío era chiquito y el tipo es un muchacho grande, que siempre alardeaba de su fuerza”, indicaron, agregando además que don Tránsito siempre se relacionó con jóvenes que aseguran nunca haber notado nada extraño en la conducta del anciano de 89 años.

Entonces, ¿Por qué la confesión? Los sobrinos de José del Tránsito apuntan a que hay alguien detrás de la idea de matarlo, que se habría aprovechado de los problemas mentales del joven para acabar con el anciano “que de seguro vio algo que no debía ver y él no callaba. Alguien le dice que diga esas cosas, le están preparando el discurso, le lavaron el cerebro”, dijo Juana Pérez, una de sus sobrinas.

“Como familia creemos que le pagaron para que lo matara”, aseguran, sustentándose en que vecinos habrían indicado que el imputado les había conseguido prestadas algunas cosas, por las cuales pagaría después, “porque iba a recibir plata”.

Sobre su tío, los familiares indican que “era una gran persona y lo están dejando como chaleco de mono para bajar el tono del gran cariño que le tenía la gente, vayan a Canela y entrevisten a los vecinos”, sugirieron. Incluso manifestaron que en la localidad aún hay temor, pese a la detención del presunto autor, “Aún hay miedo ¿Por qué?”, se cuestionó la mujer.

 

PREOCUPACIÓN EN CANELA.

Tal como advierte Juana Pérez, la sensación en Canela aún es de preocupación. “Hay miedo, nadie anda tranquilo, a pesar de que sabemos que fue él y que está detenido, ¿por qué? Eso es lo que me pregunto yo. Es que tenemos la duda de si hay más personas detrás de esto”, sostiene Diosemia Montoya, vecina de don Tránsito.

La mujer pasó por fuera de la casa del anciano hasta donde llegó un grupo de jóvenes a visitar el lugar, “todos lo conocían, era un muy buen vecino”, comentaron a un equipo de El Día que llegó al lugar tras la audiencia.

“Los vecinos te recordaremos siempre. Vuela alto, amigo de los amigos, vecino querido”, se lee en un cartel escrito a puño de los mismos locatarios de Canela e instalado en la reja de la casa de la víctima, junto a fotografías y flores que adornaban la entrada, completamente cerrada, como nunca antes.

Diosemia Montoya aún no asimila lo sucedido y las dudas y comentarios en torno al caso la confunden más. Sobre el supuesto abuso sexual indicó no haber escuchado nada, “no lo sabía, pero uno lo conocía así no más, siempre se veía con hartos jóvenes, uno pasaba por acá y siempre estaba conversando con chiquillos, pero más allá de eso no puedo decir nada. Nos cuesta creerlo, porque era un hombre bueno y si de verdad pasó algo, lo debió tener muy oculto”, dijo.

Los mismos comentarios se generalizan en Canela Baja, donde la teoría de un homicidio por encargo incluso se ha conocido a través de medios de comunicación locales. En un almacén cercano, Leticia Espíndola nos indica que ella no suele ver noticias, “pero si he escuchado comentarios. Pueblo chico, infierno grande en todo caso, se tergiversan varias cosas acá”, nos advierte.

Leticia conoció a los involucrados hace menos tiempo. Llegó desde Bolivia hace pocos años, pero tiene buenas opiniones de Tránsito, y ninguna queja de “El Comando”, “decían que era agresivo, pero a mí nunca me faltó el respeto. Da pena, pero si es culpable tiene que pagar”, indica. Sobre los supuestos abusos, sostiene que “ahora he escuchado esas cosas, pero antes no”.

 

SIGUE EL PROCESO.

Todo tendrá que demostrarse en las audiencias. La última instancia fue la formalización, donde se le comunica de manera oficial al imputado sobre la investigación en su contra, aún se presume su inocencia y él no ha declarado a viva voz sobre los hechos ante un juez, solo ante la policía.

Las investigaciones continuarán y con los relatos de testigos y las evidencias del caso podrá dilucidarse el fin de la historia, que pese a la revelación de nuevos detalles, sigue manteniendo con dudas a la familia de la víctima y a toda una localidad de la Región de Coquimbo en la incertidumbre. 6301iR

> Dato Clave

Daño orgánico cerebral, psicosis orgánica, trastorno de personalidad orgánico y retraso mental moderado fue el diagnóstico mental al imputado en 2011, por el cual se sometió a un tratamiento que luego abandonó.

 

> Cronología

18 DE SEPTIEMBRE

José del Tránsito Pérez Cortés (89) fue visto por última vez en público en un desfile en el centro de la comuna de Canela con motivo de las Fiestas Patrias. Luego de perderse todo rastro del anciano, la familia presenta una denuncia por presunta desgracia.

19 DE SEPTIEMBRE

El adulto mayor fue asesinado en su casa y el autor del crimen utilizó un serrucho para cortar sus extremidades y su cabeza, escondiendo los restos.

23 DE SEPTIEMBRE

Atendiendo a la denuncia por presunta desgracia, carabineros en compañía de sobrinos de la víctima encuentran el torso del anciano al interior de un bolso, en el patio de su casa. Más tarde la PDI encontró las otras partes del cuerpo en una vivienda deshabitada.

02 DE OCTUBRE

Un joven de iniciales A.E.G.A, (24) fue detenido en Mejillones, luego de ser situado en el crimen con declaraciones de testigos. El detenido reconoce su participación y revela un plan de venganza a funcionarios de la PDI.

03 DE OCTUBRE

La PDI entrega detalles del caso a la prensa, mientras el imputado pasa a control de detención en la comuna de Los Vilos, ampliando el proceso hasta el día 05 de octubre, para cuando se fijó la formalización.

05 DE OCTUBRE

En presencia de familiares de la víctima y el imputado la Fiscalía formaliza la investigación a A.G.A., entregando detalles de la declaración expresada por el joven a la PDI. El imputado queda en prisión preventiva y el plazo para la investigación en 120 días.

 

Antecedentes psiquiátricos y declaración en el debate

El imputado había enfrentado procesos anteriores, pero la justicia lo sobreseyó por una serie de problemas psiquiátricos. Daño orgánico cerebral, psicosis orgánica, trastorno de personalidad orgánico y retraso mental moderado, fue el diagnóstico por los cuales se sometió a un tratamiento en 2011 y que luego abandonó.

En ese sentido, “¿es válida la declaración prestada sin defensor, sin la información completa y con indicios de trastornos psiquiátricos?”, se cuestionó en la audiencia el abogado defensor Gerardo Tagle.

El profesional indicó posteriormente a El Día que para esta parte del proceso penal no ameritaba la toma de declaración, sino sólo su detención y que fuera puesto a disposición del juzgado. Sobre los problemas de salud mental, indicó que “tienen que estudiarse y ser investigados de manera seria para ser presentados ante el tribunal”.

Por otro lado, el fiscal Rodrigo Gómez sostuvo que estos antecedentes demostraban que existía un plan para cometer el homicidio, sustentando la teoría de que actuó con premeditación, además de la alevosía y ensañamiento del delito, por lo cual, pese a los problemas psiquiátricos, “no deja de ser un peligro para la seguridad de la sociedad la libertad de este señor”, razón del detalle entregado por la Fiscalía.

 

 

 

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