Crédito fotografía: 
Lautaro Carmona
El misterioso hecho, que ocurrió el pasado domingo en el sector de Alfalfares, en la comuna de La Serena, cobró la vida de un joven de 29 años, en extrañas circunstancias que están siendo investigadas por las policías. En ese contexto, diario El Día buscó la opinión de expertos para explicar un hecho que se hace recurrente en el afán de algunos de “hacer justicia por sus manos”, y que sería una de las tesis que explicarían un deceso por el que sus familiares exigen justicia.

Se trata de uno de los casos más enigmáticos del último tiempo en la Región de Coquimbo. Hablamos de la muerte de un joven de 29 años edad, Carlos Manuel Franco Gahona, cuyo cuerpo apareció sin vida en el sector de Alfalfares. Recordemos que los hechos habrían tenido lugar cerca de las 13:00 horas del pasado domingo, pero recién se dieron a conocer a la luz pública el pasado lunes, cuando la hermana de Carlos, Ana María Franco, se acercó a nuestro medio para denunciar un hecho que resultaba desconocido hasta ese momento.

Mucho hermetismo ha habido de parte de las policías, que siguen diligencias tendientes a esclarecer la naturaleza exacta de lo que pasó. Sin embargo, han surgido testimonios de vecinos que respaldan la tesis de la posible “detención ciudadana”.

Durante la semana pasada, diario El Día se dirigió hasta el sector donde habría fallecido Carlos Franco. Hubo hermetismo, algunas respuestas escuetas y testimonios que dan luces de lo que pudo haber pasado.

En efecto, testigos reconocen que se oyeron gritos de una persona que pedía desesperadamente ayuda porque “lo iban a matar”. Otros lugareños reconocen que hubo un “exceso” en las acciones, ya que según fuentes extraoficiales, al llegar las policías al lugar, Carlos ya estaba muerto y en condiciones desfavorables, atado de pies y manos y sometido a múltiples golpes en su cuerpo y cabeza.

Se habla de personas que tras lo ocurrido, debieron presentar declaraciones a la PDI, pero sin ser detenidos, lo que abre un halo de misterio en torno al hecho y reabre otra arista. ¿Tienen derecho las personas a tomarse la justicia por sus manos? La situación es compleja, pues si bien existe la posibilidad de la defensa propia, una reacción desproporcionada podría terminar en un delito.

Y esto es alarmante, ya que incluso vecinos del sector de Alfalfares han efectuado anuncios en redes sociales, donde “amenazan” a los antisociales con tomar acciones muy severas a la hora de abordarlos si son sorprendidos llevando a cabo hechos reñidos con la ley. ¿Es válido más allá del delito en cuestión?

UNA DELGADA LÍNEA



El abogado experto en derecho penal, Carlo Silva, destacó que está dentro de las hipótesis contempladas en la ley que existan detenciones ciudadanas, pero bajo circunstancias muy específicas.  “Es decir, cuando una persona se ve enfrentada a un delito flagrante y sale en defensa de sus derechos o cuando alguien ve que un tercero está pasando por una situación de esas características. En ese momento, se puede proceder a la detención del sujeto en cuestión, pero sólo para ser puesto a disposición de las policías o de la autoridad. Es lo que hacen los guardias de supermercados cuando retienen a la gente que comete hurtos ante espera de la llegada de Carabineros”, subrayó. 

Sin embargo, recalca que “lo que no puede ocurrir es que la detención ciudadana se extienda de manera desproporcionada y además en cuanto a la fuerza que ese ejerza. Debe limitarse a lo necesario para poder retenerle y ser entregado a la policía”, insistió.

Silva explica que “es muy delicado cuando una turba golpea a otra persona sin ningún tipo de reparo, porque se produce una indeterminación y no se sabe quien incurrió en golpes o quien finalmente quitó la vida de ese individuo”.

Sobre eventuales tipificaciones, Silva señaló que “pueden existir delitos de lesiones, pero cuando hay resultado de muerte hay un homicidio, no cabe ninguna duda. El problema será determinar quien fue el autor de la herida mortal. Es un tema complejo y se va a iniciar una investigación, no me cabe duda y habrán imputados”, argumentó.

UN FENÓMENO QUE SE REPITE



La psicóloga y subdirectora de Admisión de la Universidad Central,  Marisol Urrutia, en conversación con diario El Día, aseguró que “las personas han llegado a tomar el camino de reunirse y buscar soluciones. Estamos frente a importantes cambios sociales y paralelamente se da una falta de legitimidad de todo nuestro sistema y la forma en que trabajan nuestras policías, a lo que se suma la sensación de impunidad. Y es así como las personas empiezan a sentir una inseguridad que favorece que se junten y reaccionen de esta forma, pero claramente una manera es esperar que llegue la policía y otra donde se atenta contra un individuo”.

A juicio de Marisol, esto se debe a que las personas “ya no confían en la justicia. En ese sentido, hay una demanda social que tiene directa relación con el endurecimiento de las penas, pero tiene que ver directamente con el desarrollo moral de la sociedad. Nos cuesta ponernos en el lugar del otro y estamos cada vez más inmiscuidos  en nuestras propias realidades, no somos empáticos. Sin duda, el valor más importante siempre va a ser la vida, pero ante situaciones límite hay personas que podrían llegar a olvidarlo”.

Además, la psicóloga recalca  que “el tener que cambiar nuestros estilos de vida, estar encerrados y que exista una sensación de impunidad puede crear conductas que no son las más adecuadas”.

Leer también: Las tesis que toma fuerza en misteriosa muerte de Carlos Franco 

 

Suscríbete a El Día y recibe a diario la información más importante

* campos requeridos

 

 

Contenido relacionado

- {{similar.created}}

No hay contenido relacionado

Cargando ...

 

 

 

 

 

 

 

 

Diario El Día

 

 

 

X