Crédito fotografía: 
Juan Carlos Pizarro
Tras dos años y medio de lucha, recién en el mes de junio el Ministerio Público decidió formalizar al conviviente de Daniela Reyes(17) -quien presuntamente le habría dado muerte- pero no por femicidio, como reclama su madre, María Espejo, sino que por lesiones graves en contexto de violencia intrafamiliar; lesiones menos graves, y amenazas no condicionadas. Algo que la abogada feminista Claudia Cortés no comprende y acusa un actuar negligente por parte de la Fiscalía. Por otra parte, pese a que el imputado no se ha presentado a las audiencias, no se ha dictado orden de captura.

“Siento como si hubiese sido ayer cuando ella estaba ahí, al medio del comedor, jugando con su sobrino”, dice Rosa Badillo, abuela de Daniela Reyes (17), cuando concurrimos hasta su casa en el sector de Las Compañías. 

La acompañaban, su sobrina (Carmen Carrasco  y su hija (madre de Daniela, María Espejo), quienes pese a que sienten que han existido avances en la investigación respecto a lo que aseguran “fue un femicidio” en contra de la joven de 17 años, todavía, habiendo pasado un año y medio, no han obtenido resultados concretos. “Ella murió, me la mataron, y el asesino sigue libre, como si nada”, acota la señora Rosa, mientras mira el pequeño altar que han instalado en el rincón de la casa para recordar a Daniela.  

El comienzo del dolor

Fue el 26 de febrero del 2017 cuando comenzó el dolor para esta familia. Ese día, en la casa de en frente donde la joven se había trasladado a vivir hace seis meses con el individuo identificado como David Espinoza (19), se produjo una pelea que tendría el peor de los finales. Algo que, según reconocieron después los propios integrantes del grupo familiar, veían venir ya que la pareja estaba sumergida en una escalada de violencia, fundamentalmente de él hacia ella y en reiteradas oportunidades Carabineros había tenido que concurrir al lugar. 

Pero ni estas situaciones, ni los consejos de su familia para que terminara con “esa relación tóxica” la convencieron. Los maltratos sistemáticos aquel día llegaron a su punto más alto.  

Era domingo y la pareja habría comenzado una fuerte discusión en su casa. Los gritos se oían en el resto del pasaje, y también en la casa de los cercanos a la joven. Según recuerda su madre, María Espejo, al percatarse de lo que sucedía decidió ir al lugar, ya que temía que pasara a mayores. Al llegar, se encontró con la terrible escena. El sujeto habría estado golpeando brutalmente a su hija.

“Yo vi cómo le pegaba combos en la cabeza, muy fuertes y la agarraba del pelo. Obviamente como madre a lo único que atiné fue a defenderla, para que no le siguiera pegando, y el tipo también me dio algunos golpes a mí. Si hasta la mamá de él trató de meterse, para que yo me pudiera llevar a  mi hija porque me la iban a matar, pero no pude porque justo cuando íbamos saliendo el tipo la agarró y la volvió a meter adentro de la casa, para seguirle pegando, y le pegaba en la cabeza, sólo en la cabeza”, relata la madre, a quien le invade el dolor al rememorar aquellos momentos. 

María Espejo asegura que llamó a Carabineros, pero en el intertanto, tuvieron lugar una serie de  sucesos que agravaron todo y desencadenaron la tragedia.

De alguna forma la víctima, Daniela Reyes, logró salir de la casa en donde había sido golpeada minutos antes, pero no alcanzó a llegar demasiado lejos. Fue encontrada por una patrulla policial convulsionando y botando espuma por la boca a sólo metros del lugar, en donde hoy una animita le rinde tributo. Los policías avisaron a los familiares lo que sucedía mientras era trasladada a un recinto asistencial para posteriormente ser derivada al Servicio de Urgencia del Hospital de La Serena y más tarde a la clínica Elqui donde, debido a complicaciones, falleció horas más tarde. 

La "duda razonable" 

Desde ese día el camino para llegar a la justicia ha sido más largo de lo que esperaban. En la familia no tenían ninguna duda de que el delito sería tipificado como un femicidio, y de hecho, esa era la información que se divulgaba en los medios de comunicación en ese momento. No había otra opción. 

Sin embargo, con el pasar de los días, la investigación dio un vuelco, y si bien el cuerpo de la joven presentaba una serie de lesiones que le podrían haber provocado la muerte, los exámenes toxicológicos develaron que Daniela había ingerido sustancias tóxicas, previo a su muerte, lo que también podría haber sido la causa basal del fallecimiento. Con esto, la duda razonable se instaló y el sujeto quedó en libertad, hasta la fecha. 

El largo camino

Han pasado dos años y medio y la investigación sigue desformalizada. Es decir, pese a la muerte de Daniela Reyes, formalmente el Ministerio Público no ha iniciado ninguna investigación, pese a que han realizado gestiones, como por ejemplo, en su minuto solicitar una orden de detención contra el imputado la que finalmente no fue acogida por el tribunal. 

Es la propia María Espejo, quien reclama que “la fiscalía haya operado con tanta lentitud” y que tenga que haber sido ella, por su cuenta la que recurriera a un abogado particular para que volvieran a indagar en el caso. 

Claro, en primera instancia la autopsia confirmó un edema pulmonar agudo y la investigación policial determinó que la muerte fue producto del consumo de una sustancia tóxica sin participación de terceras personas. Sin embargo, esta hipótesis no la dejó tranquila, por lo que recurrió a los servicios del penalista Ramiro Moya, con quien comenzaron a buscar más explicaciones. 

Solicitaron otro examen toxicológico, el cual demoró, pero una vez que llegó fue revelador. Resulta que en el cuerpo de la joven sólo había dos sustancias: Midazolam y Atropina, un ansiolítico y un alcaloide suministrados en el hospital, con el fin de estabilizar a la paciente cuando había llegado herida aquel 26 de febrero al hospital.

Sin la presencia de otras sustancias en el organismo de Daniela, para María Espejo y su abogado cobró fuerza la teoría de que el edema pulmonar se produjo por los golpes que recibió, los que pudieron “causar una respuesta inflamatoria exagerada” que pudo llevar sustancias al pulmón, derivando en un edema. Esto fue descrito por el abogado Moya a través de un escrito enviado a la Fiscalía en su minuto, con lo cual piden que se investigue un posible femicidio “que lleva una de las penas más graves impuestas por nuestra legislación penal”, se aprecia en el documento al cual Diario El Día tuvo acceso.

"Una cadena de errores"

El abogado Moya,  nuevamente en conversación con El Día, manifestó que en el proceder han existido “una serie de errores metodológicos que han entrampado el procedimiento” y han llevado a que la formalización demore tanto. “Lo primero, fue el tema toxicológico”, sostuvo Moya, y el último sería el que no se haya dictado una orden de detención en contra del sujeto, quien lleva dos veces sin presentarse a la formalización. 

El abogado está convencido que el delito constituye un femicidio, pero se toma las cosas con calma, y es reacio a debelar cuál será la estrategia jurídica que utilizarán junto a sus representados, el 29 de agosto fecha en la que se fijó la nueva audiencia. En lo que sí enfatiza es en que “irán a la segura, ya que esto probablemente termine en un juicio oral”. 

De presentarse, el sujeto esta vez, dice Moya, lo más seguro es que quede en prisión preventiva, y de no hacerlo, “esta vez sí que debería dictarse una orden de detención”, insiste el abogado. 

Discrepancia con la Fiscalía

Según indicó Moya, y ratificaron desde el Ministerio Público, los delitos que son investigados y que serán formalizados son tres: Lesiones Graves en Contexto de Violencia Intrafamiliar; delito de lesiones menos graves y amenazas no condicionadas. Algo que no convence a la familia, quienes creen sí o sí en la tesis del femicidio.

“Desde la Fiscalía nos han dicho que es sólo el primer paso, pero nosotros no estamos de acuerdo con esta posición, por último que sea por homicidio, pero por lesiones me parece que no puede ser. Yo espero que esto se reconsidere”, asegura María Espejo, la madre de la menor. 

De todas formas, no se descarta que esta sea una estrategia de la fiscalía, para después poder reformalizar. “Algo que puede ocurrir en el transcurso del proceso”, según indica la abogada feminista, Claudia Cortés, quien junto a su colectividad ha estado apoyando a María Espejo y su familia, desde el primer momento cuando ocurrieron los hechos. 

Cortés aseveró que en este caso, “existió una lentitud absoluta por parte de la fiscalía respecto al proceder en las diligencias investigativas en el caso de Daniela Reyes, porque de lo contrario ellos podrían haber tipificado directamente como Femicidio. Sin embargo, debido a que el caso se ha dilatado, la fiscalía está buscando una salida más simple, lo que es inexplicable, porque aquí están todos los elementos, está la convivencia, y el delito de odio de por medio, lo que esto constituye perfectamente un femicidio”, enfatizó la profesional. 

Por lo pronto, la colectividad feminista está a la espera de lo que suceda en la audiencia de formalización fijada para el 29 de agosto. Después de esto, entrarán en el proceso, para ayudar a María Espejo y su familia, “a hacer justicia por Daniela”. 

Cronología 

26 de febrero del 2017

Luego de una discusión la pareja de Daniela la golpea, quedando inconsciente. La joven fallece días después. 

28 de febrero del 2017

Daniela fallece y las causas que se dan son envenenamiento por consumo de sustancias tóxicas. 

12 de febrero de 2018

María Espejo, madre de la joven da a conocer exámenes que  muestran que los tóxicos que habían en el cuerpo de su hija eran medicamentos suministrados en el hospital. 

29 de agosto de 2019

Es la fecha que se tiene contemplada para la formalización del individuo, tras dos audiencias fallidas. Pero no se formalizará por femicidio. 

 

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