Crédito fotografía: 
Lautaro Carmona
Tras el siniestro del lunes por la noche en la feria persa “Las Cenizas”, integrantes de la directiva de los locatarios contabilizaron más de una veintena de recintos con pérdida total, y otros tantos con daños considerables que no podrán volver a funcionar en el corto o mediano plazo, agudizando la crisis económica que han tenido que vivir los comerciantes debido al estallido social y luego a la pandemia. Respecto a las causas del incendio, existen dos hipótesis: un agente generador de calor en el área de origen, o un desperfecto eléctrico, ya que se levantaron muestras de cables de corriente cristalizados en el lugar.

Todavía era difícil respirar en calle O’Higgins. La mañana del martes, desde temprano, a la altura del #564, locatarios del centro comercial “Las Cenizas” comenzaron a llegar para ver con la luz del día cómo habían quedado sus puestos laborales luego que la noche anterior un voraz incendio arrasara con decenas de locales. La incertidumbre y el olor a quemazón colmaban el ambiente.

Don Carlos, trabajador de años en el lugar, era uno de los que esperaba poder ingresar para evaluar los daños, pero debía aguardar la llegada de personal de Bomberos y Labocar de Carabineros, quienes continuaron realizando las pericias para establecer las causas y el origen del fuego.

Sorpresivo siniestro

Pero remontémonos al lunes por la noche. Eran aproximadamente las 21:30 horas cuando Bomberos recibió la alerta de que un incipiente incendio se estaba generando en el sector. En ese momento, todavía no existía claridad respecto al lugar exacto y en las redes sociales abundaba la información errónea. Sin embargo, según relató el comandante de la institución bomberil, Ricardo Bruna, en entrevista con #AbriendoElDía de El Día TV, cuando se constituyeron en el lugar se dieron cuenta de inmediato que se trataba de la Feria Persa “Las Cenizas”, procediendo a realizar el trabajo para evitar la propagación. “Una vez que controlamos que las llamas no se propagaran a otros locales contiguos, y logramos detener el siniestro en general, lo que se dificultó por la cantidad de ropa y elementos combustibles que existían en el recinto comercial, se comenzó con el trabajo de peritajes, que continúa hoy (ayer) para determinar las causas de este incendio”, manifestó Bruna.

Pese a que los informes finales podrían demorar, el comandante expresó que al menos, de acuerdo a lo que pudieron observar los primeros voluntarios que llegaron, el punto de origen estaría identificado. “Se pudo establecer que, entrando por O’Higgins, al costado izquierdo al final, desde allí venía toda la propagación del siniestro”, precisó, aunque agregó que todo debe ser corroborado tras la investigación.

Durante la noche también llegaron locatarios, quienes salvaron “lo poco que pudieron”, antes de que las llamas siguieran avanzando. También concurrió el alcalde de La Serena Roberto Jacob, apoyando a los trabajadores y comprometiendo una pronta ayuda para que pudieran salir adelante, ya que, en muchos casos, a esas alturas, algunos ya sabían que lo habían perdido todo. 

Las hipótesis y el misterio 

Volvamos a la mañana del martes, el día después. Allí, el portón a medio abrir y la espera generaban una tensión tremenda entre los emprendedores que iban llegando. La mayoría con muchos años en el recinto, incluso, algunos vivieron el siniestro del 2012, el que, por cierto, fue mucho menor, afectando sólo a 4 locales. Nada que se pudiera comparar con lo de ahora.

Las elucubraciones respecto a cómo se originó el fuego comenzaban a surgir. De hecho, uno de los cuidadores de otra feria cercana declaró haber visto caer una especie de “bola de plástico en llamas”, lo que habría provocado el incendio. “Vi un resplandor, como si se estuviese quemando algo en el Santa Isabel (supermercado). Después hubo como una explosión y saltaron varias cosas ardiendo, y una de esas cosas fue una especie de bola de plástico que cayó en el techo, y eso provocó el incendio”, expresaba con seguridad don Pedro Reyes, agregando que esta bola justo fue a dar a un local de Tarot, “donde está lleno de alfombras que prendieron altiro”, agregó el hombre, quien prestó la misma declaración a los investigadores.

Cerca de las 09:00 horas se constituyó Labocar de Carabineros y posteriormente Bomberos. En ese momento también se comenzaba a hablar de una reunión con el alcalde Roberto Jacob, la que se concretó alrededor de las 10:00 en las dependencias del municipio y donde asistieron algunos representantes de los locatarios.

En el encuentro el edil expresó que “no los dejaría solos” y que les prestaría toda la ayuda que estuviese en sus manos poder otorgarles. Se coordinó una reunión con el director regional de Corfo, Gregorio Rodríguez, para el día viernes, donde se buscarán soluciones. Pero, por lo pronto, se le entregó a cada uno de los locatarios, dos cajas de mercadería, una gift card, y un vale para un balón de gas. Además, dispusieron dos camiones para que fueran a retirar los escombros y avanzar en la recuperación del lugar.

De mal en peor 

Cuando finalmente se abrieron las puertas del persa cada locatario pudo ver realmente cómo estaba su puesto. Rápidamente se pudo apreciar que el lugar señalado por el comandante Bruna respecto del posible origen del fuego era el más afectado, con todas las estructuras destruidas. Era pérdida total y el panorama desolador. Incluso al nivel de que los comerciantes no podían reconocer cuáles eran sus puestos, o lo poco que quedaba de ellos.

Se vivieron escenas de dolor, como la de Estefanía caminando entre los escombros. “Perdí todo, absolutamente todo. No nos quedó nada”, expresó entre lágrimas, con impotencia. Ella tenía un emprendimiento familiar hace dos años y era su único sustento. “Aquí en un solo local hay como tres millones de pesos en pura mercadería, más la inversión en decoración porque esta es una feria vieja, en la que hay que estar constantemente arreglando. Y no sólo hay dinero, aquí está el corazón de todos mis vecinos y vecinas”, aseguró.

Puso el acento en que, dentro de los locales más afectados, la mayoría de las propietarias eran mujeres, dueñas de casa, que se esforzaban por sacar a sus familias adelante.

Katherine Vigorena es otra de las que perdió su fuente laboral con el incendio. Se quemó la ropa que vendía y el local quedó inutilizable. No se explica por qué han tenido que sufrir tantos golpes durante el último tiempo, “es demasiada la mala suerte”, dice, a propósito de que primero se vieron afectados por el estallido social, periodo en el que debían abrir sólo en determinados horarios y cerrar muy temprano, y luego la pandemia que los obligó incluso a tener que dejar de trabajar. Ahora, cuando todo parecía comenzar a mejorar, el peso del destino volvió a caer sobre ellos, particularmente en los locatarios del persa Las Cenizas. “Nosotros necesitamos ayuda concreta. Nos la ofreció el municipio y esperamos que se concrete. Aquí llevamos como seis años y este es mi único sustento, el único ingreso que yo tengo”, manifiesta Katherine, quien sitúa sus pérdidas en un 90% de lo que tenía.

La señora Angélica asegura ser “la más antigua de la feria”. Llegó en 1995 y afirma que lo que vivieron ahora no se asemeja a nada que hayan tenido que pasar antes, ni siquiera al siniestro ocurrido en el 2012. “Eso no fue nada”, asegura. Anoche, se enteró del incendio por televisión, llamó a Carabineros, para ver si era verdad, y se lo corroboraron, pero le advirtieron que no se acercara en ese momento, por lo que tuvo que esperar hasta ayer por la mañana. “Afortunadamente yo no perdí tantas cosas, pero mire como quedaron los otros locales. Es una lástima por el esfuerzo que hay involucrado y por el tiempo que vamos a tener que estar sin poder volver a trabajar”, expresó.

Ser Solidarios 

El local de Cecilia se salvó de milagro, según relata ella misma. “Se me quemó el techo, pero un amigo ayer pudo sacar las máquinas de costura y otras cosas que se podían haber perdido. Ahora, la ayuda tiene que venir para todos. El alcalde vino para acá ayer y espero que ahora cumpla con nosotros que trabajamos honradamente, que somos familias. Sobre todo, que se cumpla con los que se vieron más afectados”, indicó la joven locataria.

Ana Luisa Mena cumplió un año trabajando en el Persa. Llegó desde Colombia en busca de un mejor futuro, y admite que en un comienzo lo encontró, pero los últimos tiempos no han sido de los mejores. “Imagínese todo lo que venimos viviendo. La economía va cayendo, más aún con la pandemia. Sólo espero que nos puedan ayudar porque aquí hemos quedado con las manos cruzadas. Pensábamos que esto iba a repuntar este verano porque en diciembre nos fue bien, pero esto no se lo esperaba nadie”, aseveró Ana, con lágrimas en los ojos.

Esperanzas en Corfo 

Desde Corfo, el director regional Gregorio Rodríguez, ratificó que están trabajando para poder ayudar a estos comerciantes que perdieron sus emprendimientos y sus fuentes laborales. “Tenemos instrumentos para estas emergencias y hemos apoyado históricamente en otras catástrofes, ahora los plazos dependen mucho de los presupuestos, pero eso lo vamos a conversar”, sostuvo Rodríguez.

Agregó que la ayuda tiene que ver con recuperar capital de trabajo para reinvertir y reemprender. “Todavía no se hace el estudio en particular, pero yo estoy pensando, a priori, cumpliendo ciertos requisitos que nos pudieran permitir otorgar subsidios, no créditos. Es decir, no reembolsables, pero eso es lo que se debe definir”, expresó.

La investigación 

Respecto a la investigación, en vez de esclarecerse, la incertidumbre ha crecido, pese a que el comandante de Bomberos Ricardo Bruna había precisado que los informes periciales estarían listos el mismo día, se han retrasado ya que les falta descartar una de las hipótesis, que tendría que ver con que durante las pericias se levantaron muestras de un cable de corriente cristalizado en el lugar desde donde se propagó el fuego.

Por instrucción del Ministerio Público se había dispuesto la realización de diligencias especializadas para aclarar el origen del incendio. Esto, además de Bomberos, encargado al Laboratorio de Criminalística de Carabineros y la SIP. Hasta el momento, según la fiscal Carolina Caballero, no se puede descartar ni que haya sido intencional ni accidental, por lo que el hecho no sólo constituye una tragedia social, sino que también todo un misterio.

 

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