Crédito fotografía: 
Lautaro Carmona
Mientras en 2020 se iniciaron cuatro investigaciones en la región por delaciones, primeras diligencias e instrucciones particulares, en lo que va del año las denuncias ya alcanzan las 15. Sectores rurales de Vicuña, Ovalle, Illapel y Los Vilos son los más afectados.

Podría ser calificado como un delito “nuevo” o por lo menos “desconocido” para la ciudadanía en general, sin embargo, cada año afecta a más personas. Las que ya se cuentan por miles. Hablamos del robo de cables de internet, telefonía y electricidad, entre otros, para extraerles el cobre que contienen y posteriormente venderlo en el mercado informal. 

Hurto de conductores de datos y energía, que da cuenta de una verdadera “fiebre del cobre”. Escenario del que la Región de Coquimbo no ha quedado exenta. De hecho, basta recordar lo sucedido a finales de septiembre cuando aproximadamente 2.430 clientes de La Higuera, quedaron sin suministro eléctrico debido al robo de más de 800 metros de cables pertenecientes a CGE.

 

Cobre en diferente estado y transformaciones

De acuerdo a la Policía de Investigaciones (PDI), en el 2020 se realizaron cuatro investigaciones en la zona por denuncias, primeras diligencias e instrucciones particulares emanadas desde el Ministerio Público, relacionadas con delitos de robo y hurto de metales de cobre en diferentes estados y transformaciones, los que en su totalidad ascendieron a la suma de 224.448 kilos y fueron avaluados en más de 1.300 millones de pesos.

“Respecto al año en curso, al 6 de diciembre, se registran investigaciones por robo y hurto de metales de tipo cobre en diferentes estados y transformaciones, principalmente en sectores rurales de las comunas de Ovalle, Illapel, Los Vilos y Vicuña, la mayoría por el delito de robo en lugar no habitado”, afirmó el prefecto y jefe de la Plana Mayor Regional de la PDI, Cristian Alarcón.

En detalle, en lo que va de este 2021 el trabajo policial relacionado con estos delitos se desarrolla en 15 investigaciones, que suman un total 73.552 kilos de cobre, valorados en aproximadamente 426 millones de pesos.

En cuanto a la localización de los robos, el prefecto señaló que “se concentran principalmente en instalaciones mineras y de telefonía celular, ubicadas en sectores montañosos de difícil acceso, así como también se registra considerablemente la sustracción de cables, barreras y barras de distribución eléctrica. Dentro de las especies involucradas en estos delitos este año, se encuentran cables, contenedores, barras, minerales, trozos de cobre, oro, bronce y ánodos de cobre, entre otras”.

 

Aumentar sanciones

El subsecretario de Telecomunicaciones, Francisco Moreno, anunció que se harán parte de varios procesos por robo de cables que actualmente se están investigando. “De modo de poder actuar como SUBTEL en un aspecto fundamental de las telecomunicaciones: proteger la continuidad de las mismas con todas las herramientas que nos otorga la ley”, manifestó. 

Moreno complementó que están legislando para sancionar con penas más altas estas conductas que se traducen en dañar, destruir o inutilizar diversas redes, “asignándoles una pena de presidio para aquellos que cometen este tipo de actos que perjudican e impiden las comunicaciones de miles de usuarios que a raíz de estos ilícitos no pueden realizar sus actividades cotidianas, como el teletrabajo o la educación a distancia”.

 

 

 

 

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