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El pasado lunes 24 de mayo se realizaron diligencias de manera simultánea en seis regiones del país con el fin de desarticular una red de distribución y almacenamiento de pornografía infantil con vínculos internacionales. En la Región de Coquimbo, si bien no hubo detenidos, se incautaron dispositivos electrónicos en las comunas de Coquimbo y Ovalle.

La reciente desarticulación de una red de distribución y almacenamiento de pornografía infantil con vínculos internacionales y que involucra a varias regiones del país, incluida la de Coquimbo, donde se incautaron dispositivos electrónicos, evidenció un triste hecho, y es que en Chile la pornografía infantil tienen un nicho y sus consumidores se valen del uso de Internet y redes sociales para consumirla.

Se trata de personas “con buen manejo de las tecnologías computacionales que pudieran presentar algún tipo de desviación sexual como parafilias “pedofilia” y que, al situarse desde la comodidad de su domicilio o lugar de resguardo frente a un computador, le permite tener menores probabilidades en ser descubierto en el consumo de material pornográfico infantil”, sostuvo Gonzalo Ulloa, psicólogo del Instituto de Criminología de la PDI (INSCRIM), añadiendo que estos sujetos “podrían ser divididos en dos grandes grupos: los de tipo exclusivo, quienes sólo descargarían archivos de abuso sexual infantil y generalmente tendrían elementos psicológicos asociados a la pedofilia y los sexualmente indiscriminados o curiosos, que no poseerían una atracción sexual preferente hacia NNA sino que buscan estímulos sexuales infrecuentes”.

Ulloa destacó que dentro de las características del sujeto consumidor de pornografía infantil se encuentran las distorsiones cognitivas en relación al abuso, ya que ellos “suelen tener creencias que justifican el intercambio de imágenes y la incontrolabilidad de su comportamiento de descarga, mientras que los abusadores normalizan el contacto sexual con los niños, al considerar que tienen capacidad de consentimiento y que el abuso constituye una experiencia placentera que no generaría ningún trauma”.

Por su parte la Teniente Javiera García del OS9 de Carabineros indicó que “aunque no existe un perfil típico de los delincuentes de pornografía infantil, estos tienden a ser solteros, solitarios y retraído, desempleados” añadiendo que también tienden a ser ligeramente más jóvenes que los delincuentes sexuales de contacto, “parecen tener mayor empatía con sus víctimas, mayor capacidad de control al actuar con base en sus intereses sexuales orientados a niños, y por lo general limitan sus intereses sexuales a la actividad en línea”, explicó, enfatizando que el “descargar pornografía infantil es un acto criminal que causa daño a sus víctimas y quien lo realizará, será detenido, juzgado y sentenciado”.

Redes sociales como principal herramienta de difusión



Una de las herramientas de las que se valdrían tanto distribuidores como consumidores de este tipo de contenido es el uso de redes sociales como WhatsApp “cobrando importancia en las comunidades pedófilas, al mismo tiempo que los grupos de intercambio de imágenes”, sostuvo el psicólogo, añadiendo que en cuanto a las víctimas de este tipo de delitos  “podrían existir variados tipos de conductas en niños o adolescentes que pudieran ser víctimas de este tipo de delitos, desde aquellos que ni siquiera hayan podido significar tales conductas como transgresoras, por lo tanto no existiría daño psicológico asociado y en base a lo mismo, ausencia de sintomatología, hasta aquellas víctimas que pudieran eventualmente presentar enuresis secundaria, conductas sexualizadas precoces y/o conocimiento inapropiado de la sexualidad en consideración a la edad, irritabilidad, terrores nocturnos, incremento en niveles de agresividad, desarrollo de conductas violentas que antes no existían, falta de concentración, déficit atencional, hiperactividad, disminución del rendimiento escolar, conducta retraída, angustia, ansiedad, depresión, rechazo de quedarse solos con una persona en particular, etcétera”, puntualizó Ulloa. 

La Teniente Javiera García del OS9 de Carabineros sostuvo que “un alto porcentaje son niñas entre 8 a 12 años” explicando que “estudios realizados por la Sección ciberdelito del OS9 indica que no existe ningún grupo racial o étnico inmune a este delito, incluso, del material incautado y analizados se ha legado a la relación que, de cuatro fotos de niñas, hay una de niño”.

Las penas

 

En cuanto a las penas, el Código Penal señala que quienes produzcan material pornográfico infantil se arriesgan a penas que van desde 3 años y un día a 5 años y quienes comercializan, importar, distribuyen, difunden o exhiben  material pornográfico, cualquiera sea su soporte, en cuya elaboración hayan sido utilizados menores de dieciocho años se exponen a la misma pena, es decir de 3 años y un día a cinco años.

Adicional a aquello existe la pena de inhabilitación absoluta perpetua para cargos, empleos, oficios o profesiones ejercidos en ámbitos educacionales o que involucren una relación directa y habitual con personas menores de edad para los condenados por delitos sexuales contra menores de 18 años. También puede aplicarse la pena de inhabilitación absoluta temporal por una extensión de tres años y un día a diez años.

Los condenados por delitos sexuales contra de un menor de edad, serán también condenados a las penas de interdicción del derecho de ejercer la guarda y ser oídos como parientes en los casos que la ley designa, y de sujeción a la vigilancia de la autoridad durante los diez años siguientes al cumplimiento de la pena principal.

Las autoridades deberán crear una sección especial en el Registro de Condenas, a cargo del Servicio de Registro Civil e Identificación, accesible por vías informáticas, con las personas inhabilitadas para ejercer funciones en ámbitos educacionales o con menores de edad, según sentencia judicial ejecutoriada.

Sólo podrán borrar los antecedentes transcurridos diez años desde el cumplimiento total de la pena.

Llamado a denunciar y a extremar cuidados



El Coronel Carlos Rojas, prefecto de Coquimbo, hizo un llamado a denunciar este tipo de delitos, señalando que “como Carabineros de la Región de Coquimbo estamos siempre atentos a este tipo de denuncias,  recibimos todos los antecedentes, por eso también hacemos el llamado a cualquier persona que tenga antecedentes al respecto o conocimiento que se acerque también a Carabineros  y nosotros vamos a estar llanos a recibir esta información y a canalizarla por los medios adecuados para llegar a buenos términos en las investigaciones”.

La teniente García  manifestó, en tanto que “el delito de pornografía infantil, al ser un tipo penal tan grave, muchas veces no se denuncia, principalmente por el costo psicológico de sus víctimas.  Entendiendo que este se describe como la “atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes”, por esto es vital el cuidado que debemos tener los padre o tutores con los sitios que visitan nuestros hijos, las fotografías, videos e historias que suben a sus redes sociales”.

Antecedentes 



El lunes pasado, gracias al trabajo colaborativo de Carabineros del OS9 y la Fiscalía de Alta Complejidad O’Higgins se logró la desarticulación de una red dedicada al almacenamiento y distribución de pornografía infantil, cuyos nexos involucraban a miembros de otros 14 países como Brasil, Argentina, México, Guatemala, Colombia, Perú, Bolivia, Costa Rica, España, Italia, Marruecos, Argelia, Pakistán y El Salvador.

La llamada Operación Despertar permitió la detención de seis personas (de Chillán, Alto Hospicio, Placilla, Pudahuel, Maipú y Estación Central) y la incautación de 46 teléfonos celulares 16 notebook, 4 discos duros, 8 dispositivos de almacenamiento entre otras especies asociadas a este ilícito.

La indagatoria surgió hace poco más de un año, a raíz de una denuncia internacional que le fue derivada a la Fiscalía en O’Higgins a través del National Center for Missing and Exploited Children, ONG dependiente del Congreso Estadounidense, en la que se determinó que un imputado chileno participaba activamente de grupos de redes sociales, donde se compartían imágenes asociadas a este delito, estableciendo que, por medio de distintas plataformas virtuales se distribuía y almacenaba fotografías y videos de connotación sexual afectando a niñas y niños de distintas edades, desde neonatos hasta adolescentes.

Según el reporte policial, al momento se han analizado más de 70 mil fotografías, 4 mil videos y 29 mil conversaciones sostenidas en redes sociales, vinculados a los blancos investigativos nacionales e internacionales.

En la Región de Coquimbo, la acción se desplegó en las comunas de Coquimbo y Ovalle, y si bien no hubo detenidos, sí hubo incautaciones de dispositivos.

Leer también: Incautan material de pornografía infantil en Coquimbo y Ovalle

 

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