Lo llamaremos “Luis”, tiene 43 años y vive en La Serena. Pertenece a la clase media chilena y siempre ha sido un tipo ordenado con sus finanzas. Claro, tiene dos hijas en la universidad, y debe mantener un hogar.
Por suele no endeudarse. Tiene tarjetas de crédito y también bancarias, pero paga todas las cuotas al día y las utiliza sólo lo necesario. “Para qué andar pasando rabias después”, dice.
Cuenta que sólo lo habían llamado desde una casa comercial para ofrecerle préstamos o algún producto. De deudas u otra situación irregular, ni hablar. Fue por este motivo que le pareció sumamente extraño cuando hace algunas semanas lo contactaron supuestamente desde una tienda de retail para decirle que por error le habían depositado 600 mil pesos por concepto de avance, y le pedían, por favor, que lo devolviese a la brevedad.
“Luis” actuó de buena fe. Verificó en su cuenta y efectivamente se encontró con el dinero, hizo caso y lo transfirió a la cuenta que le indicaron.
Hasta ahí todo normal. El hombre quedó con su conciencia tranquila y sus dineros estaban en orden, según creía. Sin embargo, tiempo después recibió otra llamada que lo desconcertó. Lo contactaban de la misma tienda a la que él pensaba le había devuelto el dinero, y se llevó una ingrata sorpresa.
Y es que le comunicaron que el dinero que le habían depositado en una primera instancia, no había sido un error, sino que efectivamente el avance se había solicitado, y que ahora debía cancelarlo.
En ese momento “Luis”, explicó que ya lo habían contactado, que le dijeron que se el depósito se efectuó por error y que él había devuelto el dinero, pero la respuesta del ejecutivo fue devastadora. Le dijo que ellos jamás le habían pedido que lo devolviera ni mucho menos que lo depositara en otra cuenta.
“Pasó un tiempo y recibí un llamado desde la casa comercial por el avance que me habían realizado. Ahí me di cuenta de que algo raro estaba pasando y no me lo explicaba. Les conté a ellos lo que había sucedido, y ahí me dijeron que el avance había sido real, y aunque yo no lo había pedido, alguien sí lo había hecho a mi nombre y ese alguien contaba con todos mis antecedentes, mis claves, mis datos y el cupo que yo tenía. Entonces, la respuesta que me di de inmediato fue que me habían estafado”, relata “Luis”.
PREOCUPACIÓN. Consultados, en la PDI se muestran preocupados por la situación. Admiten que este tipo de estafas, que aparecieron en Chile en el 2015 se han masificado y han llegado a la región de Coquimbo. De hecho, además de “Luis”, existen cuatro denuncias, tres de ellas están siendo investigadas por la Brigada de Delitos Económicos de la PDI, quienes reconocen que la situación es compleja, porque no se sabe a ciencia cierta cómo los antisociales obtienes los datos de las potenciales víctimas a las que más tarde les realizan “El Cuento del Tío”.
Al respecto, el comisario Juan Bermejo, jefe (S) de la Bridec, enfatiza que “hay varias hipótesis, los datos podrían estar siendo obtenidos a través de la vulneración de los sistemas informáticos, o también que alguien desde dentro de la misma empresa esté entregando este tipo de información. O que haya una persona que esté suplantando al cliente. Lo claro aquí es que hay personas que están teniendo acceso a información que es privilegiada y con esa información están estafando a gente”, manifestó el comisario Bermejo.
CONSEJOS PARA RESGUARDARSE. La información de cualquiera puede ser obtenida y ser víctima de este delito, por ello, el llamado de la policía es a estar alerta y a tomar las medidas de precaución ya que el delito se concreta sólo cuando la persona realiza el depósito a la cuenta que le han dado desde la supuesta entidad bancaria. “Pueden conocer nuestra información, pero en estos casos, sólo se concreta la estafa cuando la víctima, de buena fe, devuelve el dinero correspondiente al avance que le realizaron por error, según los delincuentes, entonces la idea es que la gente, si recibe un llamado de esta naturaleza donde alguien le dice que debe devolver algún monto de dinero, lo mejor es que vaya a la sucursal en persona y haga las consultas, o también que consulte aquí en la PDI, donde puede recibir orientación y no caer en este tipo de engaños”, sostiene Bermejo.