• Los destrozos que quedaron en la inmobiliaria Terranostra todavía se pueden ver, La impotencia de los dueños también.
  • Desde la empresas piden mayor seguridad.
  • "Yo tengo todas las medidas de seguridad, alarmas, cámaras, todo. Pero nada evitó que se metieran a robar”, Mariano Torrealba, empresario.
Crédito fotografía: 
Juan Carlos Pizarro A.
La noche del domingo un grupo de sujetos ingresó a la inmobiliaria Terranostra ubicada en el perímetro de Avenida Huanhualí. Según pudo constatar El Día en terreno, el hecho no es aislado y son varios los empresarios que tienen sus oficinas en esta zona y que han sido víctimas de ilícitos en sus dependencias, incluso en más de una ocasión, llevando a algunos a tomar la drástica decisión de trasladarse del lugar.

“Yo tengo todas las medidas de seguridad, alarmas, cámaras, todo. Pero nada evitó que se metieran a robar”, dice, con impotencia Mariano Torrealba, director ejecutivo de la inmobiliaria Terranostra, quien el día lunes, cuando llegó a las dependencias de su oficina se percató de que había sido víctima de la delincuencia. 

Según se investiga, los hechos habrían ocurrido el domingo por la noche, y los delincuentes ingresaron por la parte posterior de la oficina. Pero no fue un robo ejecutado por cualquier sujeto, dice Torrealba, quien está convencido de que se trataba de una banda especializada. “Evidentemente que era gente que se dedica a esto. Desconectaron la alarma, que incluso tiene sensores de movimiento. Esperaron que se agotaran las baterías e ingresaron”, relata. 

Los individuos iban directo a una oficina donde existe una caja fuerte, pero al no encontrar dinero, se llevaron lo que pudieron, básicamente computadores y un televisor. “La impresión que tenemos es que venían a buscar la caja fuerte, venían a buscar dinero, pero no lo encontraron”, expresó el empresario, quien expresa que los autores del ilícito, estaban “dateados” o bien conocían perfectamente las instalaciones del lugar. “Sin duda que hubo un estudio previo antes de robar.  De otra forma no tenían cómo saber de la existencia de una caja fuerte, y entraron por el lugar que es más sencillo hacerlo, un flanco abierto, por así decirlo”. 

A la hora de hablar de sensaciones, además de impotencia, Mariano Torrealba siente decepción, y critica al sistema de justicia que, según dice, no hace nada contra el accionar delictual. “Uno se deprime un poco cuando pasan estas cosas. Queda la sensación de que los delincuentes la sacan muy barata. Da la impresión de que no hay ninguna consecuencia, porque la banda que está robando reiteradamente en este sector debiera estar a lo menos atemorizada y escondida, pero al contrario, sigue robando, entonces, eso habla un poco de la justicia extremadamente garantista que tenemos”, manifestó. 

¿Ola de robos?

Torrealba no tiene reparos en hablar de una ola de robos en el  que la policía ha denominado perímetro de Huanhualí o barrio empresarial,  donde se ubican, en buena medida, inmuebles en los que funcionan empresas particulares. De hecho, en un recorrido podemos constatar que, según la percepción de los habitantes y trabajadores, no se trataría de una zona tan segura como parece. Yesenia Cortés, del restaurante Lemongrass asegura que en el último tiempo ha presenciado dos asaltos a plena luz del día, ambos con el mismo modus operandi: una persona camina descuidada hablando por celular, y aparece otro sujeto por detrás arrebatándoselo de manera violenta.

“Eso es lo que pasa en la calle, que siempre se ve. Lo más probable es que sea gente que viene de otros lados, porque la gente que reside acá, la mayoría son adultos mayores. Pero ahora también está pasando que están ingresando a las empresas, entonces una no sabe dónde sentirse segura”, indicó Cortés. 

Otra persona que tuvo que enfrentar el que individuos ingresaran a su local de trabajo fue Carla Reyes, de Chilexpress. En el mes de marzo, por la noche un grupo de sujetos que finalmente no pudo ser identificado subió hasta el techo del recinto, y se llevó todo lo que había para la venta del día siguiente.

“Afortunadamente no se encontraron con nadie en ese minuto, y nadie resultó herido. Pero lo lamentable es que uno no saque nada con denunciar, es sólo una pérdida de tiempo”, precisó, con resignación. 

"Yo tengo todas las medidas de seguridad, alarmas, cámaras, todo. Pero nada evitó que se metieran a robar”, Mariano Torrealba, empresario.

Dos robos y la resignación

“Da mucha lata, porque con lo que cuesta emprender en este país, con todas las trabas que hay, que vengan unos tipos y te roben todo es lo último”, dice Luis Aguilera, el representante legal de la Agencia Vida Group, que producen las reconocidas revistas Sarah y Vida Magazine, entre otras. 

El grupo de jóvenes ha sido víctima de acciones delictuales en dos oportunidades, por lo que ya tomaron la decisión de cambiarse de lugar físico para operar. El último de los atracos se registró la semana pasada, y Aguilera piensa que fueron los mismos sujetos que la vez anterior. “Hay muchas similitudes, pero eso se tiene que investigar. Lo que te puedo decir de este robo es que los tipos entraron por una ventana trasera a una pieza que es la que dejamos con llave porque guardamos las cosas de valor. Ahí se llevaron todo lo que había. En total fueron como cinco millones de pesos”, cuenta. 

El joven hace un mea culpa. Relata que tras el primer infortunio debieron haber tomado mayores recaudos, como contratar un sistema de alarmas, pero “nos fue pillando el tiempo y lamentablemente no lo hicimos”, precisa. De todas formas, asegura que “es terrible tener que estar dependiendo de sistemas, vivir con miedo, nosotros que somos personas que trabajamos, y no ellos, que son delincuentes que andan como si nada en la calle”, manifiesta el empresario. 

Un difícil comienzo

La tienda de moda Spagnolo, de La Serena, también del perímetro de Huanhualí, lleva poco más de dos meses de funcionamiento. El comienzo ha sido difícil, sobre todo por la delincuencia a la que les ha tocado ver cara a cara en dos oportunidades, primero el 23 de junio donde un grupo de sujetos logró ingresar al lugar y llevarse la suma de 8 millones de pesos en prendas, y luego el 2 de julio, el día del eclipse cuando, afortunadamente los antisociales no pudieron perpetrar el ilícito. 

Soledad López, la gerente de administración de la tienda, todavía siente rabia cuando habla del tema. Nunca imaginó tener un comienzo tan complicado. “No sé si atribuirlo a la mala suerte, pero claramente es una ingrata casualidad lo que nos ha pasado. Nosotros contábamos con todos los sistemas de seguridad, pero fallaron”, relata Soledad. 

Ella también piensa que el robo a la tienda estuvo “más que estudiado”, ya que los sujetos se demoraron un minuto y se llevaron las cosas más caras. “Por suerte las cámaras sí funcionaron, a diferencia de las alarmas, y ahí se ve claramente que una persona que vino para acá días antes, preguntó por precios y es una de las que participó en el robo”, consigna la empresaria. 

Respecto al segundo delito, fue el nochero el que pudo frustrarlo con la ayuda del perro. “Gracias a los ladridos, y que se llamó inmediatamente a la policía que los ladrones se fueron, sino, estaríamos lamentando dos robos. La verdad, es que al principio uno queda con la moral muy baja, pero no nos queda otra que darnos el ánimo y seguir adelante”, precisa Soledad López. 

"Es una ingrata casualidad lo que nos ha pasado. Nosotros contábamos con todos los sistemas de seguridad, pero fallaron”, Soledad López, empresaria del sector. 

“Enjambre" de delitos

Tantos delitos en un perímetro determinado no son casualidad. Así lo detalla el Jefe de la Brigada Investigadora de Robos de la PDI, Rodrigo Villarroel, quien enfatiza en que desde la policía civil tienen información acerca de lo que está ocurriendo y existe una línea investigativa al respecto.

“Lo que ocurre es que nosotros no nos hemos puesto un plazo para culminar la investigación, pero vamos por buen camino. Sabemos que cuando existen este tipo de enjambres, no se trata de diferentes bandas, sino que, probablemente son los mismos individuos. Pero te insisto, tenemos que agotar todos los tipos de herramientas que tenemos para lograr dilucidar los casos. No podemos decir que tenemos sospechas, sino tenemos la prueba suficiente para imputar”, expresó el policía. 

Por otra parte, enfatizó en que el delito de robo, es uno de los más difíciles de esclarecer, porque generalmente no hay ninguna relación entre la víctima y el victimario a diferencia de otros ilícitos. “Pero continuamos trabajando, porque obviamente no queremos que estos hechos sigan aconteciendo”, expresó el subprefecto Villarroel, en una afirmación que representa el deseo de todos en este sector empresarial. 

Llaman al autocuidado

El coordinador Regional de Seguridad Pública, el general (r) Rolando Casanueva, hizo un llamado al autocuidado. Precisó que todas las empresas deben contar con sistemas de seguridad adecuados. “Ellos deben dar el ejemplo, tienen que, mediante un prevencionista de riesgos, establecer los puntos vulnerables, y en base a eso, ver las medidas de seguridad extras que se pueden implementar”, expresó Casanueva.

Además, enfatizó en que cuando hay delitos en lugares públicos, afectan en mayor medida a las personas, debido a la percepción de inseguridad que se genera. “El robo a una empresa que es conocida por la ciudadanía tiene una mayor repercusión en las personas. Por eso, es importante que todos trabajemos juntos por mejorar la percepción de seguridad”.

 

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