Turba de encapuchados se toma campus de la ULS y siembra el pánico entre funcionarios

Lo que comenzó como una manifestación pacífica -pese a no estar autorizada- terminó con un final inesperado. Durante la mañana de este miércoles un grupo de estudiantes de la Universidad de La Serena se congregó para marchar por las demandas estudiantiles en la intersección de Ruta 5 Norte con Amunátegui, incluso con algunos alumnos que provenían desde Coquimbo, desde el campus de Psicología.

Todo iba bien, hasta que comenzaron a avanzar. Según indicaron desde Carabineros, el grupo subió por la calle, entorpeciendo el tránsito.

Hicieron su primera para en el Campus Isabel Bongard, el que, según relataron testigos, habrían intentado tomarse, pero desistieron, debido a la alta afluencia de personas en ese lugar y las pocas posibilidades de éxito que tendría una acción de esa naturaleza en ese contexto.

Pero no se quedaron tranquilos. La turba que en un principio era de unos 60 estudiantes avanzó hasta la sede de Andrés Bello, en La Colina El Pino, gritando todo tipo de consignas, las que fueron subiendo de tono hasta que la situación se descontroló. En una acción inédita en la historia de la Universidad, los manifestantes hicieron ingreso por la fuerza a las dependencias de la casa central.

La turba

La turba a esas altura era de unos 30 individuos, la mayoría encapuchados que sobrepasaron todas las medidas de seguridad, incluso golpeando a los funcionarios que intentaban detenerlos, para tomarse el lugar por unos 20 minutos que fueron “de terror” para las alrededor de 60 personas que trabajaban a esa hora en el lugar. “No pudimos hacer nada para detenerlos, el guardia se puso entre medio pero lo empujaron y las mujeres qué íbamos a hacer contra ese tumulto, nada, fue algo francamente terrible lo que vivimos acá”, relató una funcionaria a un equipo de diario El Día.

Individuos se dispersaron

Sólo ante la llegada de Carabineros, los sujetos se detuvieron. Ante la presencia policial, algunos se dispersaron por el campus, y formaron una barricada, enfrentándose con los efectivos, lo que obligó que se hiciera presente personal del Grupo de Operaciones Especiales, para restablecer el orden.

Una detenida y tres presuntos participantes

El comandante de Carabineros, Gianni Barnato, informó que tras el operativo lograron la detención de una mujer, presuntamente alumna de la universidad, y quedaron retenidos, para ser sujetos de un control policial, otros tres sujetos que fueron identificados por testigos, como participantes de los hechos de violencia. “Tuvimos conocimiento de los que estaba sucediendo en la casa de estudios, por ende, la labor de Carabineros fue el restablecimiento del orden quebrantado por lo cual, conforme a los protocolos, generamos todas las acciones respectivas para volver al orden público. A ello se sumó una solicitud escrita de la autoridad de la casa de estudios para que el personal hiciera ingreso, logrando la detención de la joven, e identificando a otros tres sujetos”, expresó.

La investigación continuaría. Según el policía, “ahora estamos analizando las cámaras de televigilancia que mantiene los carabineros para estos procedimientos, comparando vestimentas con las ropas que ellos llevaban en sus mochilas”, puntualizó Barnato.

30 encapuchados, aproximadamente fueron los que ingresaron a la casa central.

Los destrozos

Pese a que aún no se establece un avalúo de los daños, fueron cuantiosos y de gran magnitud. Tras realizar las pericias en el lugar, se permitió el acceso a las dependencias donde momentos antes habían estado los violentos manifestantes y se pudo constatar la fuerza con la que actuaron. Vidrios rotos, mesas, escritorios, floreros, lámparas y hasta piezas de arte en el suelo, más la puerta del costado fuera de su sitio, eran parte del escenario que dejaron los desmanes.

“Algunos de ellos sufrieron despojos de sus artículos personales o fueron rociados con polvo de extintores. La mayoría se refugió en sus oficinas, pero aun así no estaban a salvo, ya que los encapuchados patearon puertas y portaban elementos para descerrajarlas”, Alejandra Torrejón, Vicerrectora Académica de la ULS.

Rectoría lamenta el episodio

En ausencia del Rector Nibaldo Avilés, fue la vicerrectora académica y Rectora (S) de la casa de estudios, Alejandra Torrejón, quien salió al paso para dar la versión oficial de la universidad respecto a los hechos. Sin aceptar preguntas, leyó un comunicado en el que rechazó la acción violenta calificándola como “sin parangón en la historia de la institución”, ya que hubo golpes y un gran daño emocional hacia los trabajadores. “La situación vivida por los más de 60 funcionarios y funcionarias que trabajan en estas dependencias los expuso a una situación emocional y física de extrema violencia. Algunos de ellos sufrieron despojos de sus artículos personales o fueron rociados con polvo de extintores. La mayoría se refugió en sus oficinas, pero aun así no estaban a salvo, ya que los encapuchados patearon puertas y portaban elementos para descerrajarlas”, sostuvo la autoridad universitaria.

Torrejón agregó que nunca habían sentido de tan cerca la violencia. “Nos duele ser sujetos de una ira social descontrolada que representa todo aquello que como universitarios repudiamos”, dijo, precisando que ahora, los esfuerzos inmediatos estarán enfocados en la salud de quienes resultaron dañados física y emocionalmente. “Tenemos que apoyar el restablecimiento emocional de nuestros funcionarios y funcionarias (…) Hemos dispuesto además que quienes fueron golpeados sean atendidos por la mutual de Seguridad para constatar lesiones y recibir las atenciones médicas que correspondan”, insistió.

“Fue una situación de extrema violencia y la verdad es que ver a todos tus compañeros en estado de Shock es muy fuerte. Personalmente pensé que me iban a agredir, estuvieron muy cerca de pegarme”, Marco Echeverría, funcionario de la ULS.

Relato de un afectado

Marco Echeverría trabaja hace tres años en la ULS, y nunca había vivido algo parecido.  “Fue una situación de extrema violencia y la verdad es que ver a todos tus compañeros en estado de Shock es muy fuerte. Personalmente pensé que me iban a agredir, estuvieron muy cerca de pegarme”, contó el trabajador.

Valora el hecho de que ahora les presten atención psicológica a los funcionarios. “Es lo que corresponde tras lo vivido, porque esto es un trauma muy grande para todos nosotros”, expresó.