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Dirigentes de la zona urbana claman solidaridad a los vecinos de Peralillo, quienes se oponen a la construcción de obras que permitirían extender el abastecimiento del recurso hídrico. Los emplazados defienden su postura y argumentan que el proyecto podría perjudicar los pozos de las APR. De continuar el conflicto, la disponibilidad del vital elemento en la ciudad sería de entre cuatro a seis horas diarias, según el plan presentado por la sanitaria.

Chile enfrenta la peor sequía del último siglo y el racionamiento de agua potable parece estar tocando la puerta de grandes y pequeñas ciudades. En la comuna de Illapel, en la Provincia del Choapa, ya se baraja esta posibilidad y los actores involucrados dan cuenta del estado crítico en el que se encuentra el recurso hídrico.

Al comparar las proyecciones, varias instituciones coinciden que este año –lamentablemente- se tendrán que adoptar medidas ante una emergencia que ha sido calificada por el propio presidente Sebastián Piñera como un “terremoto silencioso” que afectará de manera progresiva y transversal a la población.

Desesperada solicitud

El Valle del Choapa, en la puerta sur de la Región de Coquimbo, ha sido una de las zonas más afectadas por la sequía, tema que parece haber sido desplazado por los efectos devastadores de la pandemia del covid-19, pero que hoy resurge y acapara la mirada de una comunidad que ve con angustia la posibilidad de comenzar a vivir con agua potable entre cuatro a seis horas al día a partir de marzo de este año.

Ayer, varios dirigentes de Illapel se reunieron y trataron el complejo panorama que se avecina y que divide a los habitantes de la comuna. En la instancia también estuvo presente la empresa Aguas del Valle, quien contó las dificultades para ejecutar obras de reforzamiento del sistema de abastecimiento en la localidad de Peralillo y, que de no revertirse, la continuidad del vital elemento para la zona urbana peligra.

Rosa Vega, representante de la Junta de Vecinos José Miguel Carrera de Illapel, apeló a la solidaridad de los vecinos de la localidad donde se habían proyectado dos pozos. “La solidaridad tiene que imperar en esto, ellos (la comunidad de Peralillo) deberían colaborar, también usan la zona urbana. Vienen a los colegios, hospital, a hacer compras, somos una comunidad y no pueden pensar que son un pueblo ajeno a nosotros porque pertenecemos a la misma comuna”, exclamó.

Permitir la construcción de las obras, esa es la única petición que hacen los dirigentes. “Hoy les pido a la comunidad, con mucho cariño y respeto, así como vienen a Illapel, así como nosotros visitamos y compramos sus cosas ricas y disfrutamos de sus actividades patrimoniales, hoy les pido por favor que concedan agua a las personas”, comentó Verónica Briceño, de la Junta de Vecinos El Polígono.

El conflicto 

“El racionamiento es la última opción”, dice tajante Erick Chulak, jefe de la oficina regional de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), quien recuerda que el origen del conflicto se genera por el estrés de la fuente hídrica tanto de Illapel como del Choapa y su incapacidad para satisfacer la demanda actual.

“Se proyecta que para este 2021, en algún momento, los embalses El Bato y Corrales no tendrán los volúmenes de agua para satisfacer y cargar los ríos. Es un escenario muy crítico y en este momento estamos buscando alternativas para construir nuevas obras de captación”, explicó.

Fue ante ese panorama que la sanitaria Aguas del Valle comenzó una obra de perforación en Peralillo que implicaba la construcción de dos pozos de 70 metros y una conducción de 3,5 km para llevar el agua hasta la estación N°1 Limáhuida y de ahí trasladarla a 17 kms, hasta la planta de agua potable en Illapel.

Sin embargo, los vecinos del lugar rechazaron el proyecto por temor a que afectara los sistemas de Agua Potable Rural (APR). En ese sentido, la SISS asegura que el uso de la infraestructura sería por una condición de “emergencia” y que no era permanente.

“El uso sería temporal y en forma transitoria mientras exista este déficit hídrico en el Río Illapel y el Río Choapa”, destaca Chulak, quien asegura que a la fecha el Gobierno Central y el Gobierno Regional, así como la sanitaria, continúan trabajando para generar convenios que permitan la provisión de agua cruda, es decir del río, para extender el abastecimiento.

Por su parte, Alejandro Salazar, subgerente zonal Limarí-Choapa de la empresa manifestó que es fundamental que las autoridades y la comunidad estén informadas de la gravedad de la situación en Illapel. “Las fuentes están al límite y estamos trabajando para asegurar el abastecimiento para los más de 32 mil habitantes de la zona”, indicó.

El jefe regional de la SISS reconoce que se trabajó en una mesa de dialogo con la comunidad hasta el mes de noviembre del año pasado y que luego de las movilizaciones “se rompieron” las comunicaciones, pero que pese a eso, la institución seguirá buscando alternativas porque según sus estimaciones el nivel más crítico podría generarse en mayo o junio.

“La comunidad ya dijo que no autorizará la ejecución de las obras porque creen que sus APR se verían afectados. Se trató de hacer obras de compensación en los APR de Peralillo y de Los Cristales, pero también se rechazó. Se trató de ejecutar el proyecto en otro sector pero la comunidad se volvió a oponer. El dialogo ya se rompió”, confesó.

Si bien El Día intentó comunicarse con al menos dos dirigentes de la localidad, al cierre de esta edición no hubo respuesta favorable.

El plan 

En concreto, la programación del plan de racionamiento presentado ayer a los dirigentes, considera abastecimiento de agua potable por sectores sólo entre 4 a 6 horas diarias, alternadamente en dos bloques, entre las 8:00 y las 14:00 horas y entre 16:00 a las 22:00 horas.

Asimismo, contempla la suspensión del servicio 52 BIS y la entrega de agua potable que se reparte al sector rural de Illapel. 

“Queremos que todos tengan agua, tenemos un compromiso con las personas y debemos trabajar todos para lograr que a nadie le falte agua. Llamamos a la solidaridad de los vecinos de Peralillo, el racionamiento sólo puede evitarse realizando estos pozos”, agregó Salazar.

 

Crisis aguda 

Según estimaciones de Greenpace Chile, para el año 2040 el país será uno de las 25 naciones más afectadas por la sequía. En la actualidad se ubica en el puesto número 17 de mayor estrés hídrico a nivel planetario, sólo después de territorios desérticos del Medio Oriente.

El estudio Escenario Hídricos 2030, devela que el consumo de agua en Chile es liderado por las plantaciones forestales que ocupan un 57%, sigue el sector agrícola con un 37% y, luego, el agua potable solo con un 2%.

El senador Jorge Pizarro, quien sostuvo una reunión la semana pasada con la sanitaria, calificó la situación como “dramática” puesto que los ríos “están secos”. El parlamentario también reconoció que el panorama se agrava, ya que las aguas se están utilizando indiscriminadamente en regadíos de paltos. “Aquí también ha habido un problema con la gestión y manejo por parte de las Juntas de Vigilancias”.

“No hay ninguna posibilidad de garantizar el agua para el riego y lo que es más grave, de garantizar el agua para consumo humano a la ciudad de Illapel, son cerca de 40 mil personas las que a partir de febrero corren el riesgo de racionamiento. La situación es delicada porque se ha generado un conflicto entre la comunidad”, dijo el parlamentario a una radio local.

Cambio de modelo 

Abordar el agua como recurso imprescindible para la vida y desarrollo de esta se hace cada vez más necesario. A esa conclusión llega Chulak quien reconoce que tanto las sanitarias como las autoridades están conscientes que se debe modificar el modelo vigente.

“Hoy, una APR o una empresa sanitaria entra a pelear los derechos de agua disponibles con grandes agricultores o grandes mineras en igualdad de condiciones siendo que las reglas no son las mismas para todos”, reflexiona.

La autoridad explica que la legislación, tal como está establecida, considera que las aguas existen y están ahí, “pero la verdad no están ahí” y ese es el “problema”. “Cualquier persona puede tener derechos de agua donde se dice que tiene 100 litros por segundo, pero en la práctica tienes 10 porque no hay suficiente para todos y ese modelo se tiene que cambiar por uno donde se priorice el consumo humano, porque este no lo hace”, añade.

Por último, comenta que se debe diversificar la matriz hídrica a nivel nacional, ya que hoy se depende de las aguas continentales, ya sean superficiales o subterráneas, y que hay otras áreas que se deben revisar como la desalinización o la reutilización de las aguas grises o servidas. “Hay mucho en que trabajar”, cierra.

 

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