Luego de tres meses de trabajar en conjunto, pero sin tener una organización oficial, este viernes se constituyó la Agrupación de Laicos Juan XXIII de La Serena.
Fue en las dependencias de la Biblioteca Municipal, donde llegaron sus principales líderes, encabezados por el sociólogo Juan Rojas, el presidente de la Coordinadora de Derechos Humanos, Felipe Barraza, y Hernán Godoy, primera víctima del exarzobispo de La Serena, Francisco José Cox en denunciarlo formalmente a la justicia por abuso sexual.
DÁNDOSE A CONOCER
El grupo irrumpió fuerte desde el primer momento. Se hicieron conocidos públicamente en el mes de mayo cuando instalaron el debate sobre la pertinencia de mantener la placa con el nombre de monseñor Francisco José Cox en la entrada de la Catedral de La Serena, y solicitaron retirarla o al menos tacharlo.
Claro, les pareció “inconcebible” que el integrante del clero acusado de cometer “actos impropios” en contra de menores durante su periodo como arzobispo -entre 1990 y 1997- continuara recibiendo el tributo en el más importante templo religioso de la región, sobre todo por las víctimas, que en su momento no se atrevieron a denunciar formalmente a la justicia ordinaria los abusos cometidos, los que sí fueron conocidos por la iglesia que “protegió” a monseñor, primero enviándolo a Colombia y luego a Alemania donde permanece hasta el día de hoy en la impunidad.
En una primera instancia hicieron la solicitud al actual arzobispo, monseñor René Rebolledo, quien les manifestó que no estaba de acuerdo y que, de hecho, no era potestad del Arzobispado ya que la catedral era un monumento histórico por lo para hacer cualquier cambio dependía del Consejo de Monumentos Nacionales.
Pero no se quedaron de brazos cruzados. Sabían que, pese a ser un simbolismo, retirar el nombre de Cox, era de gran importancia para la reparación del daño causado por algunos integrantes de la Iglesia a menores, y buscaron apoyo ciudadano y también en las autoridades, respaldo que encontraron rápidamente de manera transversal.
Con esta fuerza que se plasmó en una carta firmada por más de 100 ciudadanos, incluida la mayoría de los parlamentarios de la zona, hicieron la petición al mismísimo Papa Francisco y, en una carta enviada al Vaticano el pasado 14 de junio, expresaron sus inquietudes al sumo pontífice. Pese a no haber recibido ninguna respuesta, están confiados en la recepción en Roma fue positiva. De hecho, así lo declaró Juan Rojas este viernes. “Sabemos que el Papa ha conocido de nuestra solicitud y que hay una buena disposición”, manifestó.
COMO UNA BOLA DE NIEVE
Pero aquello fue sólo el principio. Con el tema Cox una vez más sobre la mesa y la Iglesia viviendo una de las peores crisis de su historia, lo ocurrido en La Serena también comenzó a salir a la luz, tras más de dos décadas. Las víctimas comenzaron a romper el silencio.
Primero, fue Abel Soto de 49 años, oriundo de Chillán Viejo, al sur de Chile, quien narró su historia con monseñor Cox, tanto en su lugar de origen como en la capital regional donde se reencontraría con el sacerdote años después.
Y luego vino Hernán Godoy, quien contó a diario El Día los abusos sufridos en la década del ’80, cuando el religioso era obispo coadjutor. Aunque no era la primera vez que hablaba del tema, ya que en el 2002, cuando explotó el tema, acusó haber visto cómo el prelado besaba en la boca a menores y otras “acciones indebidas”, algo de lo que en su minuto se arrepintió ya que recibió “burlas, críticas y amenazas anónimas”, sí era la primera vez que lo hacía en calidad de víctima, ya que nunca se atrevió a denunciar lo que le sucedió a él al interior del despacho personal de monseñor en el Arzobispado, donde fue abusado a la edad de trece años.
LA FRASE: “Es algo que hemos conversado en el grupo y lo vamos a conversar con los diputados y senadores de la región que han dado el apoyo a la víctimas para que nos apoyen, porque sabemos que solos no podemos”, Felipe Barraza, Agrupación de Laicos Juan XXIII.
Godoy fue más allá y estampó una denuncia en la justicia ordinaria, en principio sin ningún otro fin que, “a nadie más le pasara lo que me tocó vivir a mí”, consignó. Sin embargo, tal como declaró ayer, ahora esperaría algo más gracias al apoyo ciudadano y a la nueva organización Agrupación de Laicos Juan XXIII los que hoy con unos 20 integrantes y en directa coordinación con las demás agrupaciones de Laicos de Chile esperan masificarse y tomar cada vez más fuerza en la lucha por hacer justicia con las víctimas de abusos por parte del clero.
“GOLPEANDO LA MESA”, JUSTICIA INVESTIGA
Y en su primera aparición pública como agrupación constituida golpearon la mesa. Hernán Godoy aseguró tener buenas noticias desde el Ministerio Público ya que estarían investigando y ya habría un Fiscal designado. Se trataría del persecutor Rodrigo Céspedes quien llevaría la causa. “Estaba el miedo de que el delito hubiese prescrito, pero al parecer no, eso es lo que esperamos y la conversación que tuve con la fiscalía me deja tranquilo en ese sentido”, manifestó Godoy.
SOLICITARÁN EXTRADICIÓN
Como ha sido la tónica en la agrupación, llegarán hasta las últimas consecuencias y también aseguraron que pedirán que monseñor Francisco José Cox sea extraditado para que sea juzgado en Chile por sus delitos. Así lo consignó Felipe Barraza, quien precisó que lo ve perfectamente viable si tienen un respaldo a nivel parlamentario tal como lo han tenido hasta ahora. “Es algo que hemos conversado en el grupo y lo vamos a conversar con los diputados y senadores de la región que han dado el apoyo a la víctimas para que nos apoyen, porque sabemos que solos no podemos”, indica Barraza.
LA CIFRA:
10 nuevos casos de abusos sexuales por parte del clero en la región conocería la agrupación de Laicos Juan XXIII
El dirigente cree que sería algo ejemplar. “Si esto llegara a concretarse, sería una gran señal que estaría dando la justicia chilena en términos de reparación, algo que serviría de ejemplo porque no puede ser que alguien que se sabe que cometió delitos esté recluido en un monasterio en Alemania”, aseveró.
Y la propuesta encontró apoyo en el diputado Matías Walker, quien aseguró que le parece lógico lo que están solicitando y que él apoyaría esta iniciativa. “Valoro la valentía que están teniendo los denunciantes de Cox, y creo que la justicia ordinaria tiene que hacerse presente acá, por lo que la extradición me parece que es algo que debería tenerse en cuenta”, sostiene el diputado.
Eso sí, Walker, asegura que antes de que sea requerida, esperaría un gesto por parte de la Iglesia, de traerlo a Chile. “Si se conoce que existe una investigación, su congragación debería instarlo a presentar su testimonio frente a la justicia chilena, antes de un proceso de extradición”, manifiesta.
AL MENOS 10 VÍCTIMAS MÁS
En el marco de la presentación de la agrupación, el sociólogo Juan Rojas entregó una cifra alarmante. Según declaró, durante el periodo que han estado inmersos en el caso Cox, como organización de laicos han conocido al menos 10 testimonios más de presuntas víctimas de abuso sexual por parte de integrantes del clero en la zona, y no solamente del exarzobispo, las que no han querido hablar públicamente, ni entregar su versión a la justicia, ya que no estarían preparados. “Nosotros entendemos que están en un proceso muy doloroso, y por eso no los queremos presionar para que denuncien, pero creemos que llegado el momento estarían en condiciones de exigir justicia. Insisto, se trata de casos que han transcurrido desde la década del ’80 hasta algunos que son muy recientes”, aseveró Rojas.
LA VOZ DE LA IGLESIA
“Yo recibí a gente que iba a desahogarse, pero eran por temas de Cox”. Con estas palabras Monseñor Manuel Donoso, quien sucedió a Cox en el Arzobispado asegura no conocer de los casos a los que hace alusión Juan Rojas que habrían ocurrido con posterioridad, pero reitera el llamado que, precisa, siempre realiza. “Todas las personas que tengan algo que decir y que hayan sido víctimas deben acercarse a la justicia. Yo recibí a personas cuando era arzobispo, pera esas personas iban más que nada a desahogarse”, precisó monseñor.
Por su parte, el actual arzobispo René Rebolledo, manifestó por escrito una declaración en el mismo tono. “Es ampliamente conocido en la región y a nivel nacional que la Iglesia ha invitado, en el caso de existir víctimas de abusos, que ellas tienen todo el derecho de acercarse a la justicia ordinaria y también a la eclesial a estampar su denuncia”, aseveró.
Respecto a una eventual extradición, precisaron que no es una materia que le competa al arzobispado. Por lo pronto, desde la agrupación de Laicos Juan XXIII esperan seguir dándose a conocer y esperan contar con el apoyo ciudadano para que “se haga justicia”. 4601iR
LA RELEVANCIA DE COX
Monseñor Francisco José Cox fue el primer alto mando eclesiástico en Chile acusado de cometer abusos reiterados en contra de menores y también se sitúa como el sacerdote de mayor jerarquía en haber sido sindicado por estos hechos, lo que en su momento generó impacto a nivel nacional y regional.
De acuerdo a testimonios, los abusos habrían sido permanentes durante su permanencia en la zona, pero fue en 1997 cuando su continuidad como líder de la arquidiócesis se hizo insostenible debido a las acusaciones de los feligreses por sus “actos impropios” cometidos con menores de edad, y fue el mismo prelado quien decidió retirarse de la vida religiosa. Aparentemente, lo que Cox estaba haciendo era anticiparse a las investigaciones a las que pudo haber sido sometido en La Serena y simplemente “desapareció del mapa”.
Emigró a Colombia, donde desempeñó labores de asistente de la Iglesia. Pero en el 2002, desde el clero no pudieron callar más ante la incertidumbre y fue el propio -hoy cuestionado cardenal- Francisco Javier Errázuriz quien reconoció que monseñor estaba siendo investigado por la Nunciatura Apostólica de Chile debido a “su conducta indebida” y que había sido enviado a Alemania para confinarse en un monasterio dedicando su vida “al recogimiento y a la oración”.
CRONOLOGÍA:
- Septiembre de 1990
Cox es nombrado arzobispo de La Serena, convirtiéndose en el sucesor de monseñor Bernardino Piñera.
- Abril de 1997
Tras publicaciones de la prensa de la época, y luego de que la Nunciatura Apostólica iniciara una investigación, por supuestos “actos impropios” de Monseñor Cox, renuncia a su cargo y se retira a Colombia para desempeñarse como asistente de la iglesia.
- Noviembre del 2002
Luego de años de incertidumbre por parte de la comunidad serenense sobre los motivos de la renuncia, el Cardenal Errázuriz reconoce que está siendo investigado.