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Efe
La investigación biomédica, explican, estudia la salud humana, aplicando método científico y generando conocimiento para avanzar en la creación de nuevos métodos de prevención, tratamientos, fármacos y vacunas, con el fin de mejorar la salud de la población.

Durante esta pandemia, las ciencias biomédicas han estado enfocadas en la investigación de varias líneas de acción: Desarrollo de vacunas, desarrollo de fármacos, desarrollo de tratamientos no farmacológocos, desarrollo de test diagnósticos rápidos y efectivos. Además de estar alerta a los problemas que se puedan generar por el aumento obvio del estrés, como el gatillamiento de enfermedades mentales y el aumento en el consumo de sustancias.

La comunidad científica mundial ha avanzado a paso firme y rápido desde el brote de COVID-19 , y ya existen más de 100 vacunas candidatas, de ellas 5 en la primera etapa de pruebas clínicas. Además, se está estudiando la eficacia de fármacos ya existentes, usados anteriormente para otros virus, y otros fármacos completamente nuevos. Esta misma comunidad científica ha trabajado en conjunto, poniendo a disposición la secuencia genómica del virus, estructuras de proteínas y diseños de ingeniería para mascarillas o ventiladores, para avanzar en el tratamiento y prevención del COVID-19.

Sin embargo, reconocen las expertas, “aún no tenemos a disposición un tratamiento que asegure efectividad total contra COVID-19. Actualmente, la principal estrategia terapéutica para los casos graves es el uso de ventiladores mecánicos. Es por eso que se ha llamado a aumentar la cantidad de ventiladores en los hospitales. En este sentido, las y los colegas del área de ingeniería han apoyado bastante”.

¿Por qué encontrar una cura al COVID-19 es un desafío científico mayor?

“Como todos los virus, el virus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad del coronavirus 2019 (CoVID-19), no puede crecer ni reproducirse sin un huésped; es decir, necesita infectar células para reproducirse. Los coronavirus son una familia de virus, que causan problemas respiratorios. Algunas enfermedades producidas por otros coronavirus que nos pueden ser familiares son el MERS (síndrome respiratorio del Medio Oriente) y el SRAS (síndrome respiratorio agudo severo).

Todos los virus tienen un genoma que tiene las instrucciones para duplicarse. Durante esta replicación se producen algunos errores, llamados mutaciones. Algunos virus tienen genoma de ADN o ARN. El coronavirus posee ARN, al igual que otros virus como el de la gripe, el del VIH y el virus del ébola”.

¿Qué significa que sea de ARN?

“Para los genomas de ADN existen mecanismos de corrección, es decir, si hay un error en la replicación se pueden reparar. Los virus de ARN no poseen este mecanismo de reparación, por lo tanto pueden tener más mutaciones. Es por esta razón que el virus de la gripe cambia periódicamente y debemos vacunarnos todos los años”.

¿Cuál será el impacto de estas mutaciones en el virus SARS-CoV-2?

“No lo sabemos”, reconocen la Dra. Haeger y la Dra. Carvallo, amigas y colegas desde sus postdoctorado en el “Albert Einstein College of Medicine” de Nueva York “Muchos científicos y científicas en el mundo se encuentran estudiando este virus, por lo que cada día aprendemos algo nuevo”.

“Para otros virus se han encontrado terapias muy eficientes, por ejemplo el virus del VIH/SIDA. Actualmente no existe vacuna para el VIH/SIDA y el uso del tratamiento antirretroviral prolonga el tiempo transcurrido entre la infección por VIH y la manifestación del SIDA”.

¿ Qué hace específicamente una vacuna?

Una muy buena estrategia de prevención para evitar infecciones virales y también bacterianas han sido las vacunas, que, en general, le “enseñan” al sistema inmunitario (sistema que produce anticuerpos) cómo combatir una bacteria o virus. Las vacunas pasan por numerosos controles de seguridad antes de ser usadas, por lo que son muy eficaces y seguras. Además del autocuidado, las vacunas son la mejor protección contra muchas enfermedades graves o mortales, y pueden llegar incluso a erradicarlas en el mundo.Además de las vacunas, ¿qué otro tratamiento está desarrollando la investigación biomédica?

Una de las terapias no farmacológicas que ha funcionado en numerosos países para el tratamiento de influenza, poliomelitis, SARS, ébola y fiebre hemorrágica argentina, es la terapia con plasma de pacientes convalecientes.

Esta terapia consiste en obtener sangre de donantes que se han recuperado del COVID-19 y aislar el plasma (que es la parte donde están los anticuerpos). De esta forma se obtiene un plasma rico en anticuerpo para el virus del COVID-19. Posteriormente, este plasma es transfundido a pacientes para ayudarlos a combatir el virus. Este tipo de tratamiento sería temporal para pacientes graves y hasta la aparición de una vacuna.

La terapia con plasma es prometedora, pero requiere un alto número de donantes, los que deben ser compatibles con el receptor; además, es de alto costo y requiere un alto grado de seguridad ya que se necesita analizar exhaustivamente la sangre de los voluntarios antes de ser transfundida a un paciente. Actualmente se ha utilizado en algunos pacientes en China y se acaba de comenzar a usar en Nueva York y Houston, entre otras ciudades en EEUU, y se está estudiando su uso en Argentina y nuestro país.

¿Cuáles son las estrategias farmacológicas que se están analizando actualmente?

“En este punto, tenemos que ser enfáticas en advertir que los medicamentos están aún en estudio, las conclusiones han sido parciales y a la fecha no hay pruebas contundentes que apoyen a la erradicación del SARS-CoV-2. Queremos evitar a toda costa la automedicación, porque por un lado puede ser muy tóxica y por otro se desabastece la farmacia para pacientes con otras patologías que realmente necesitan esos medicamentos”.

“A la fecha se está empleando una amplia variedad de estrategias farmacológicas contra el virus SARS-CoV-2, algunas basadas en la reutilización de información de medicamentos existentes, y otras como producto de investigaciones completamente nuevas”.

“Por ejemplo, se está evaluando los efectos de los medicamentos anteriormente usados para tratar otras infecciones virales como malaria, ébola y cólera. Por otro lado, ya que el COVID-19 altera la respuesta inflamatoria e inmunitaria del individuo, se está enfocando la investigación al uso de medicamentos utilizados normalmente, como glucocorticoides, inhibidores de la COX (enzima clave en la síntesis de moléculas pro-inflamatorias), inmunosupresores e inmunomoduladores. Asimismo, ya están en ensayo clínico el uso de mucolíticos y fármacos para contrarrestar el edema pulmonar”.

“Como ya conocemos la estructura del virus y su mecanismo de infección, también se está explorando estrategias más precisas para bloquear la interacción entre el virus SARS-CoV-2 y la célula huésped, o inhibir enzimas virales necesarias para multiplicarse en el huésped”.

¿Qué podemos hacer para prevenir y detener la infección por este virus?

“En este punto queremos ser majaderas: Como ya hemos mencionado, al no existir a la fecha vacuna para su prevención, la Organización Mundial de la Salud recomienda principalmente lavado frecuente de manos, y si no se cuenta con agua y jabón, usar alcohol gel. Cubrirse la boca con un pañuelo o el antebrazo al estornudar o toser, no tocarse la cara, limpiar superficies y usar mascarillas. La realización de los test para detectar el virus es muy importante, mientras más test se realicen a la población mayor será la detección, así podemos identificar y aislar a las personas que han sido infectadas, y junto con las medidas de cuarentena podemos derrotar y erradicar al SARS-CoV-2”.

 

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