A nivel nacional se han registrado 176 casos del Síndrome Multisistémico Inflamatorio Pediátrico (PIMS) hasta la fecha. Se trata de una afección derivada del covid-19, que se presenta en preadolescentes y adolescentes hasta seis semanas después del contagio, y que sin un diagnóstico oportuno, podría ser mortal.
Tres menores han fallecido en el país debido a estas complicaciones. El último deceso registrado fue el de una niña de 11 años, que sufrió una falla multiorgánica provocada por este síndrome, perdiendo la vida en el Hospital de Concepción.
En la región de Coquimbo, específicamente en el Hospital San Pablo, único en la región con UCI pediátrica, desde el inicio de la pandemia se han atendido 28 casos de PIMS, todos ellos de carácter leve o moderado, que han necesitado de hospitalización en camas intermedias pediátricas, pero con una recuperación positiva.
“Si bien este es un síndrome nuevo, es muy similar a lo que nosotros conocemos como síndrome de Kawasaki, desde el punto de vista clínico, tiene muchos síntomas que son parecidos a ello y ya desde el año pasado nuestro equipo de médicos, tanto pediatras como intensivistas pediátricos, se han visto abocados a trabajar en conjunto con la red en un protocolo que no existía, un protocolo para el manejo de estos pacientes”, manifestó la Dra. Ana Farías, pediatra y subdirectora Médico de Atención Cerrada del Hospital San Pablo de Coquimbo.
Para ello, el establecimiento también tuvo que prepararse, puesto que debieron implementar exámenes que no tenían y se hacían necesarios para el diagnóstico oportuno de la enfermedad. Asimismo, la gran demanda de camas críticas por pacientes adultos, también significó un desafío para los equipos médicos.
“Ahora, en esta pandemia ellos han debido colaborar generosamente recibiendo pacientes adultos con covid y sin covid para responder a las necesidades que tiene la red. Hemos tenido un crecimiento de ocho camas ventiladas a 38 como hospital y parte de esas camas, cuatro, están colocadas en la UCI pediátrica, donde el personal, los médicos, las enfermeras, todos han debido hacer un tremendo esfuerzo para enfrentar este desafío de atender pacientes que están fuera de su rango de edad y con una enfermedad nueva que a todos nos ha sido difícil de enfrentar”, acotó la pediatra.
El diagnóstico
Al Dr. William Gómez, intensivista pediátrico del Hospital de Coquimbo, le ha tocado atender a pacientes con esta afección y explica que el cuadro que se produce es similar a otros cuadros febriles, pero con algunas características particulares que permiten su diagnóstico, el primero de ellos contar con antecedentes de haber sido contacto estrecho o haber tenido covid-19.
El especialista explicó que en el mundo se han fijado diferentes criterios para diagnosticar PIMS, sin embargo, en Chile, se determinó que al menos debían presentarse tres días de fiebre, así como otros cuadros clínicos, tales como, compromisos gastrointestinales y de la piel. Mientras que el más serio de todos es el compromiso cardiovascular, el que se presenta en menor porcentaje.
“La mayoría de los pacientes presentan el cuadro con fiebre y compromiso gastrointestinal cutáneo y un porcentaje bajo tiene el cuadro con compromiso cardiaco, con miocarditis, que son los casos más graves, los que se hospitalizan y los que se tratan con el tratamiento para esto”, detalló.
Tratamiento
Según aclaró el Dr. Gómez, dependiendo del cuadro que presente el menor será el tratamiento aplicado, puesto que existen varios. “El más leve, el cuadro febril con compromiso cutáneo y digestivo, se presenta en forma sintomática solamente y se maneja la fiebre, los síntomas”.
Ahora bien, sostuvo que algunos pacientes debían hospitalizarse para realizarles ecocardiografías, principalmente aquellos que presentan complicaciones cardiovasculares, sin embargo, la mayoría se trata de manera sintomática y no requiere de hospitalización.