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A la mayoría de los recintos educacionales, la suspensión de clases presenciales los tomó por sorpresa, en los colegios con menos recursos debieron utilizar el ingenio y la creatividad para poder enfrentar el desafío y brindar educación a sus estudiantes.

Fue un año complejo para el sistema escolar, la llegada de la pandemia pilló por sorpresa a toda la comunidad educativa que debieron reaccionar rápidamente y saber adaptarse a esta nueva situación.

Reconocen que algunos colegios de primera intentaron reproducir exactamente lo que hacían en el día a día, con horarios estrictos, con niños colapsados de tareas. Y eso fue un gran error. 

No fue posible replicar de manera idéntica a una actividad presencial cuando se trabajó de forma remota.

Costó pero la mayoría de los establecimientos, directivos, sus docentes y alumnos lograron adaptarse y poder terminar de buena forma el año.

Claro que los establecimientos ubicados en algunos sectores más vulnerables la situación fue más compleja, sobre todo si los estudiantes no lograban tener una buena conexión o simplemente no contaban con internet, fue allí donde surgieron la innovación  y el trabajo en equipo de los docentes y equipos directivos.

Así lo vivieron en el colegio San Martín de Porres de Las Compañías que con entusiasmo y creatividad de sus profesores y comunidad educativa lograron sacar adelante el complejo año escolar.

Su director, Felipe Moreno señala que fue todo un desafío por lo rápido que se tuvo que hacerse el cambio de pasar todas las clases a un sistema online.

“En la medida que fueron apareciendo las dificultades tuvimos que crear un sistema aparte para aquellos estudiantes que no tenían conectividad como también material impreso” indicó el director.

Moreno sostiene que si bien no era tan bajo el porcentaje de estudiantes que tenían acceso a internet, la dificultad se presentó más en el tipo de conectividad.

“Un 85% de los 900 estudiantes tenían acceso a internet, pero muchos tenían solo los datos del teléfono celular y que era de los papás que llegaban tarde en la noche por lo que no podían utilizarlo para ingresar a sus clases online. La mayoría tenía acceso esporádico a internet, por eso pusimos actividades sincrónicas y asincrónicas , principalmente creando grupos cerrados de Facebook ya que es una plataforma por todos conocidos y grupos de WhatsApp por cada curso”, indica Moreno

El director del colegio San Martín de Porres señala que el trabajo de sus profesores fue muy importante.

“Con los grupos de curso de WhatsApp nuestros profesores estaban casi 24 horas y todos los días de la semana disponible. Me saco el sombrero por ellos”

Moreno sostiene que se crearon cápsulas en las que se subía el material con guías de apoyo, y los profesores se conectaban en algunos momentos para resolver algunas dudas al respecto.

“Por otro lado implementamos un programa de radio online, donde se trataban temas educativos como la rutina de estudio, nutricionista y cuyo objetivo era mantener a la comunidad atenta y conectada. Además incluía temas de entretención. Todo las actividades las pudimos celebrar a través de estos programas”, sostuvo el docente.

Una situación similar debieron enfrentar en el colegio Alonso de Ercilla de Las Compañías, dependiente de la corporación Municipal Gabriel González Videla, su directora Azalia Valenzuela señala que fue una difícil tarea y ante algo tan sorpresivo cuando se suspendieron las clases.

“No estábamos preparados. Pero creo el colegio fue avanzando de menos a más. Lo más importante es visualizar el trabajo en equipo, nos hemos apoyado desde todas las áreas. Incorporando el uso de comunicaciones online. Lo más importante es que cada uno de los integrantes ha buscado el llegar a todos los estudiantes de diferentes formas, online, WhatsApp o teléfono” relata la docente.

Azalia Valenzuela destaca el rol social que realizaron como colegio ya que durante este período y bajo todas las medidas sanitarias llevaron a cabo el proceso de entrega de las canastas de alimentos de Junaeb y además de campañas internas a nivel de funcionarios que fueron en apoyo de las familias de los estudiantes más afectados económicamente por la pandemia.

Agrega que en lo pedagógico se realizaron clases online y se dispuso la entrega de material a los estudiantes, con el fin de evitar la interrupción de los aprendizajes de los menores.

“Cabe señalar que esto ha sido posible por el apoyo y compromiso de los diferentes funcionarios que han realizado esta labor”, finalizó. 

Por su parte en el sector rural de La Serena , la directora de la Escuela de Saturno, Lorena Jofré, indicó que  el trabajar con una modalidad a distancia era entregar la misma calidad de enseñanza a los estudiantes que viven alejados del sector.

“Algunos alumnos no contaban con energía eléctrica y menos un elemento tecnológico para conectarse. Gracias a la Cámara de la Chilena de la Construcción que realizaron una donación de tablet  a nuestros estudiantes de pre-kinder a sexto básico y con la ayuda de  la Corporación Gabriel González Videla nos hicieron una instalación de  internet rural escolar que permitió un aumento de conexiones de los estudiantes”, señaló Jofré.

La directora manifestó que se hizo un análisis para conocer cómo estaban las familias de los escolares no solo en tema de conectividad, sino emocional y económica.

“Nos dimos cuenta que muchos tenían  a sus padres sin trabajar. A pesar de ello las familias de los sectores más alejados contrataron una antena satelital entre todos para que los niños se contactaran a sus clases”.

Desde los establecimientos afirman que han aprendido durante la marcha a adaptarse a esta nueva realidad y que todo lo aprendido permitirá durante el próximo año, de seguir con clases virtuales ir mejorando para entregar la mejor educación a sus niños y niñas.

 

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