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Lautaro Carmona
Al vender alimentos, cuentan con la autorización respectiva para funcionar en medio de la cuarentena. Sin embargo, algunos dueños han optado por cerrar sus puertas debido a las bajas ventas que proyectan para las próximas semanas, mientras que otros se aventurarán y mantendrán su atención. Están conscientes de que la afluencia de clientes será menor durante el confinamiento.

En los barrios y sectores residenciales los almacenes fueron un gran apoyo en los meses de confinamiento del 2020, ya que permitían a las personas adquirir insumos básicos sin la necesidad de recurrir a supermercados, evitando aglomeraciones.

Sin embargo, el escenario es distinto para aquellos negocios ubicados en el centro de la ciudad, donde su principal clientela son los trabajadores de oficinas aledañas o personas que están haciendo un trámite.

Si bien estos recintos no están obligados a cerrar durante la cuarentena, ya que al vender alimentos son considerados actividad esencial, muchos de ellos pondrán pausa a la atención.

Esto porque están conscientes de que la medida significará una merma importante en sus ingresos, lo que hace poco rentable operar bajo esas condiciones.

 

Cierre en cuarentena

Una de las que tomó la decisión de cerrar a partir de hoy jueves es Jocelyn Vega, dueña de almacén Sofía, ubicado en calle Brasil 485, centro de La Serena. La baja concurrencia de clientes y calles desoladas, fueron las razones que la motivaron a quedarse en casa con su hijo antes que atender su negocio, al igual como lo hizo el año pasado.

Otro almacén que optó por no abrir sus puertas fue la confitería Maravilla, ubicada en calle Cordovez. De acuerdo a sus trabajadoras, la dueña decidió cerrar por este tiempo producto de las malas ventas al no haber gente en el centro, por lo que al igual que en la cuarentena pasada no estarán atendiendo.

 

Locales nuevos

Nicole Gallardo comenzó con su negocio en diciembre del 2020, por lo que no vivió la experiencia de la cuarentena pasada, sin embargo, se niega a dejar de funcionar aunque sabe que las ventas y el público disminuirá.

Tiene que pagar el arriendo del local y confía en que los trabajadores del centro y las personas que concurran a hacer trámites vayan a su local City Market, emplazado en calle Balmaceda, específicamente en el Caracol Colonial.

Asimismo, otro recinto ubicado en la esquina de calle Domeyko con Balmaceda, se instaló hace dos meses y tampoco enfrentó la primera cuarentena. Pese a que el panorama se ve complejo, su dueño está evaluando la apertura durante el confinamiento, y aunque no lo tienen definido aún, lo más probable es que se mantenga abierto, puesto que la necesidad de pagar arriendo y los sueldos persiste.

 

Incertidumbre

Hay otros almacenes que durante agosto y septiembre del año pasado permanecieron abiertos y en esta ocasión no saben si seguirán o no funcionando, por lo que optarán por esperar el paso de los días para ir analizando y tomar la decisión.

Uno de ellos es el negocio de Bernarda, ubicado en calle Brasil. Es conocido por atender a muchas personas que trabajan en el centro. Espera que en esta ocasión mejore la afluencia de personas, ya que sus clientes manifestaron que, a diferencia de la cuarentena pasada, sí estarán trabajando presencialmente. No obstante, no descarta cerrar sus puertas si es que el escenario se vuelve difícil y las ventas se mantienen bajas.

Quien también trabajó la cuarentena anterior y ahora está evaluando si se mantendrá en funcionamiento es César Alfaro, hijo del dueño del quiosco verde ubicado en la esquina de la Avenida Francisco de Aguirre con Balmaceda.

De acuerdo a su testimonio, las ventas disminuyeron desde agosto del año pasado y no han repuntado, por lo que abrirá los primeros días e irá viendo en el camino que pasos tomará.

 

Continuarán su atención

Bazar Panda, ubicado en Balmaceda 846, va a mantenerse atendiendo normalmente desde las 8 de la mañana y el horario de cierre lo establecerá luego de los primeros días de cuarentena, puesto que en la primera ocasión tuvo que cerrar cerca de las 17 horas por falta de clientes.

Rodrigo Martínez, su dueño, admite que en ese período las ventas cayeron, pero luego del retiro del primer 10% hubo más dinamismo y las personas comenzaron a gastar más dinero.

El quiosco verde de Domeyko con Balmaceda, frente al IPS, también continuará funcionando y lo hizo la vez pasada. José Díaz, su propietario, comentó que aunque sabe que las ventas son menores en confinamiento, el trabajar es una necesidad para él y no puede frenar su negocio.

Otro de los almacenes que continuará atendiendo está ubicado en calle Matta con Eduardo La Barra. Su dueño indicó que tiene su clientela fiel, en su mayoría personas que trabajan en servicios y oficinas que funcionarán en el período, por lo que continuará operando en medio de la cuarentena.

 

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