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Mientras los pescadores del sector acusan discriminación por una parte de la comunidad que cuestiona el proyecto, residentes niegan acusaciones. En tanto, aseguran que la inversión produciría un impacto negativo en el medioambiente.

A pesar que el Ministerio de Obras Públicas ha insistido en que sociabilizó el proyecto para construir una nueva caleta de La Herradura, éste sigue generando diferencias entre los pescadores artesanales y parte de los residentes de ese sector de Coquimbo.

De hecho, tras un último encuentro entre pescadores, el seremi de Economía Carlos Lillo y la directora regional de Turismo, Angélica Funes, el presidente de la Asociación Gremial de Buzos y Pescadores de La Herradura, Luis Cuello, dijo que ellos se sentían discriminados por una parte de los habitantes de La Herradura, quienes se oponían constantemente al proyecto.

“Hemos hecho todo como corresponde, la participación ciudadana, hemos informado  y le han buscado por todos lados, ahora dicen que en el lugar hay restos arqueológicos, todo para que no se construya la caleta. Acá nos está pasando lo mismo que en Cachagua, que los querían erradicar. Pero lo de nosotros es distinto, porque está opinando la gente que llegó hace un año o dos y nosotros somos un pueblo originario, somos un pueblo Chango”, comentó.

El dirigente plantea que ese grupo de personas pide “un estudio de impacto ambiental, pero no se lo pidieron al emisario, no se lo pidieron a la CPM, no se lo pidieron a la ampliación de la TPC. Por qué a nosotros, por qué a los pescadores nos piden todo y hay 17 muelles ilegales en La Herradura (construidos por particulares que tienen casas a orillas del mar) y nadie habla de eso, por qué. Esa es la pregunta que me hago”.

Luis Cuello precisa que lo anterior es claramente un acto de discriminación y que lo que ellos esperan es solamente que les mejoren las condiciones a la pesca artesanal, donde poder tener baños, agua potable y poder hacer turismo con una infraestructura adecuada. “No sé por qué tanto rechazo a una mejora para la pesca artesanal”, indica Cuello.

Sobre los argumentos que plantean que con una caleta llegarán camiones de alto tonelaje a cargar productos, por ejemplo, y dañarán las calles y caminos de La Herradura, el dirigente asegura que no es efectivo, al tiempo que citó como ejemplo lo que ocurría en la actualidad. “Arriba, en el cerro se están edificando mansiones y pasan camiones cargados de concreto, cuatro y hasta seis camiones diarios y por qué no reclaman”, reflexiona.

Voz de los habitantes

La abogada Elisa Palma, en representación de un grupo de residentes de La Herradura, aclaró que ellos no están en contra de los pescadores y explica que el proyecto tiene dos etapas y de la manera en que la autoridad habría expuesto la inversión, no habría quedado claro que la obra comprendía una etapa marítima.

“En general el pueblo, algunos vecinos, le tienen mucho miedo a esta etapa marítima porque genera un impacto y tiene un tamaño que es muy desproporcionado (700 metros cuadrados) para la playa y para el uso que se le da a la caleta”, detalla Elisa Palma, quien afirma que “acá hay un problema de transparencia de información”.

Indica que se hizo una participación ciudadana, en la que “se omitió la parte marítima. Entonces, la gente llegó a un acuerdo del proyecto en la parte terrestre, pero en la parte marítima, de una u otra manera, se omitió y se silenció. Y la etapa marítima genera muchos problemas de impacto para la comunidad”, afirma la profesional.

Consultada por el impacto que provocaría, dijo que “incluye un muelle que tiene ciertas características de tamaño y uso que son totalmente desproporcionados para el tamaño de la bahía”.

Agrega que la información que entregó el MOP es que sería un muelle de 128 metros con una cabeza que tiene la capacidad de sostener 4 toneladas. Que contempla tránsito de vehículos para hacer carga y descarga, pero que la caleta en la actualidad no era pesquera, sino que los pescadores son algueros. “Esta infraestructura pesquera rompe con la fisonomía del pueblo y rompe con el uso histórico que se le ha dado a esta caleta”, subraya.

De todas formas, Elisa Palma aclara que ellos no están en una posición judicial ni contra los pescadores, sino que el reclamo es que el proyecto que el MOP presentó, ahora resulta ser mucho más grande y con un impacto enorme.

 

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