• Como todos los años, en los últimos días de Pampilla los comerciantes realizan el tradicional remate, donde destacan el vestuario y lentes de sol.
  • en estos cinco días de Pampilla, la gran mayoría saca cuentas alegres, mientras otros se van con las manos vacías criticando la mala organización y la alta presencia de ambulantes.
  • Jennifer Vásquez, comerciante “Este año estuvo muy malo. El municipio no aportó en nada, los ambulantes se instalaron incluso en las vías de evacuación y nadie hizo nada. Además se vio mucha delincuencia en las calles del comercio”.
  • Juan Barra, comerciante “Vengo de Santiago y nos ha ido súper bien. Deje de venir por años a la Pampilla y esta vez decidí volver y nos ha ido excelente, siempre vendiendo calcetines y ahora ya estamos rematando”.
Crédito fotografía: 
Andrea Cantillanes
Mientras algunos sacan cuentas alegres, otros señalan que es el "peor año en las ventas” y critican mala organización municipal en los shows que no atrajo al público y alta presencia de ilegales y delincuentes que se tomaron las calles.

Como cada año, los comerciantes que se instalaron en la Pampilla de Coquimbo este 2017, hacen su balance tras cinco días de fiestas. Es que mientras algunos sacan cuentas alegres, otros critican la poca organización y la gran cantidad de comerciantes ambulantes ilegales que arruinaron las ventas.

Con su mesón lleno de calcetas de todos los colores y estilos, Juan Barra de Santiago,  decidió volver a instalarse en la Pampilla tras varios años retirado. “Hay necesidad y hay que hacerlo”, señala y al parecer fue una decisión acertada.

“Me ha ido muy bien. Excelente, no tengo nada de que quejarme.  Siempre traigo calcetas y ahora ya estamos rematando, aunque no sé hasta cuando nos dejarán quedarnos”, agrega Juan quien ofrece tres pares de calcetines por mil pesos.

 Así también lo señala José quien tiene repleto  el puesto de gente comprando poleras y pantalones o  Andrés Espinoza, que por primer año se instala con un local y “me ha ido súper bien, quizás los otros que vienen siempre, les ha ido mal,  pero por lo menos a nosotros nos ha ido súper bien y con mucha gente todos los días”, señala Andrés quien ya está rematando sus últimos productos.

Y es que el remate de término de Pampilla se ha convertido en una tradición que atrae a gran cantidad de gente, que buscan esa prenda u objeto especial a mitad de precio. Es mediodía del 21 de septiembre y aunque el sol esta “pegando fuerte”, las calles del comercio están repletas de gente entre módulos que ofrecen desde alimentos para mascotas, ropa, lentes de sol, joyas, cosméticos y hasta herramientas.

Una de ellas es Rosario Tapia de La Serena que visita en dos ocasiones cada fiesta de La Pampilla. “venimos cuando inauguran y luego al remate. Pero parece que aún no empieza, porque los precios no están tan convenientes. Vamos a  mirar los puestos y esperar que bajen otro poco y ver algo que sea  realmente interesante”.

El calor es intenso en las calles destinadas al comercio en la Pampilla y Rosa Soto va tomando un jugo de frutas mientras compra. Ya tiene dos bolsas, una con pantalones y poleras y otra con artículos para las mascotas. “Vengo todos los años al remate a comprar algo, el aguinaldo del 18 lo termino acá”, señala sonriendo Rosa. Aunque ya ha comprado lo que quería, también opina que falta que bajen más los precios para que sea un remate “de verdad. No sé qué pasa, quizás mañana estén más baratos, porque este año la fiesta fue muy larga, pero yo no puedo venir otro día y  pensé que hoy estaría más barato”.

DELINCUENCIA Y DESORGANIZACIÓN. Sin embargo, otros comerciantes no están felices. Califican este 2017 como “el peor año en ventas” y critican la organización municipal en el control de los vendedores ambulantes, los “lanzas” que paseaban por las calles y también  la producción del evento, con shows poco atractivos,  que no llevaron público de forma masiva a la Pampilla.

Jennifer Vásquez tiene un puesto de  vestuario femenino y siente que este año ni siquiera consiguió reponer el dinero para el permiso municipal y el pago de impuestos. “Este año fue muy malo y no se respeta a los que pagamos los puestos. Hay mucho comerciante ambulante ilegal y no hay un control de parte de la policía ni de la municipalidad. Nosotros pagamos y cuando llegamos, algunos ilegales se habían tomado nuestro lugar y tuvimos que pelear para que salieran.

Hugo Taquila, comerciante peruano, recorre las diversas fiestas y ferias del país y en más de 10 ocasiones se ha instalado en la Pampilla con la venta de cereales naturales como los típicos pululos y también chumbeques y melcochas.  Culpa la baja en las ventas, al show que se presentó durante estos cinco días que no atrajo al público. Espera en el remate poder recuperar, en parte, lo perdido.

“Este puesto me costó aproximadamente un millón de pesos más lo que pago en impuestos. Este año, según mi opinión no hubo buenos cantantes y no había gente, sólo el 20 de septiembre hubo más público. Yo llevo años trabajando en esto y para mí ha sido el peor año. Espero que estos últimos días sean mejores”.

Desde el municipio señalan que se trabajó junto a fiscalizadores, carabineros y guardias privados en la detección y retiro de los comerciantes ilegales que llegaron desde distintas partes del país, pero que pese a los esfuerzos no se pudo controlar a un 100%, debido al alto número de los ambulantes que se instalaron y burlaban las fiscalizaciones.

Por otra parte, hasta hoy viernes a  partir de las 16:00 horas se cortará el suministro eléctrico por parte de la organización, por lo cual serán las últimas horas de ventas y de estadía, quienes quieran quedarse en el recinto deben contar con un generador particular.5201

 

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