• Imágenes como esta todavía se pueden ver en el centro de La Serena. Pese a que desde el municipio aseguran que se avanza con la esterilización, las mordeduras estarían en aumento. FOTO EL DIA
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El Día
En el 2018 se registraron 1.237 ataques de perros a personas en la región. Este año no hay cifras oficiales, pero dos casos de víctimas en La Serena han vuelto a poner en la palestra un problema que parece no tener solución. Desde el municipio enfatizan en la responsabilidad de la gente que alimenta a estos animales en vez de adoptarlos, y aseguran que están trabajando fuertemente en la esterilización.

Rubén González trabaja en el terminal pesquero de La Serena. Tiene 52 años, y debido a un accidente hace algún tiempo, quedó con una pierna inmovilizada, por lo que tiene problemas para desplazarse.

Este inconveniente le jugó en contra el pasado miércoles cuando vivió una experiencia “de terror”. Terminaba su jornada y se dirigía hasta el domicilio donde arrienda una pieza en calle Las Casas, pero el camino no sería el más tranquilo precisamente. Cuando iba pasando por afuera del Teatro Municipal de La Serena, frente a la Plaza Tenri, una jauría de perros apareció de la nada y lo atacaron sin piedad. “Salvé de milagro”, dice, todavía con voz nerviosa.

Cinco minutos de terror

Don Rubén relata que otros compañeros de trabajo le habían dicho que tuviera cuidado. De hecho, su compadre había sufrido una mordedura hace pocos días, pero no le dio importancia. “Uno nunca piensa que le va a pasar a uno”, precisa el serenense.

Recuerda que iba hablando por teléfono con familiares de Santiago cuando sintió, despacio, los pasos de un can que se acercaba lentamente. No se alarmó y continuó la conversación hasta que desde otras direcciones percibió que venían dos animales más gruñendo. “Ahí me asusté, porque avanzaban rápido, me saqué el teléfono de la oreja para mirar a mi alrededor y ya tenía a los tres perros encima. Se me lanzaron tan fuerte que me botaron al suelo. Ni pensar en arrancar porque mi pierna mala me lo impide”, cuenta el afectado.

7.000 perros abandonados y callejeros deambulan por La Serena. Muchos se constituyen en jaurías.

Fueron cinco minutos los que estuvo en el suelo, entre que los animales lo tironeaban y lo mordían. Asegura que tuvo suerte, ya que ninguno lo tomó de lleno alguna parte del cuerpo ni alcanzaron la parte del cuello o el rostro, sino que se centraron más en la ropa. “Yo estaba quieto, sinceramente pensé que no la contaba, que me iban a matar, pero gracias a Dios fue más la ropa que el cuerpo la que sufrió el daño, aunque creo que si me tienen ahí un minuto más, ahí sí que la veo negra”, manifiesta, mientras nos muestra la polera que andaba trayendo ese día, rasgada por las mordeduras. “La chaqueta la tuve que botar porque me la sacaron y la hicieron pebre”, acota Rubén González, quien no puede ocultar su molestia, ya que cree que nadie hace nada y que la autoridad sólo “se pondrá las pilas” cuando los animales maten a alguien. “Lo mío pudo ser mucho peor, si no es porque pasa otro caballero que espantó a los perros, pero esto no le importa al municipio, ni a ninguna autoridad, ni a los animalistas que defienden a los perros. A uno lo pueden atacar, pero si uno les hace algo, la ley los protege más a ellos que a la víctima”, enfatiza González.

Un camino que no volverá a recorrer

La señora Mercedes Astudillo también fue víctima de un ataque. La semana pasada cuando iba a comprar al centro de La Serena, como todos los días bajó por calle Cordovez y al llegar a la intersección con Vicuña, pasó de la tranquilidad al espanto. Un perro café se lanzó sobre su pierna y no quería soltarla. “Ni me di cuenta cuando me tenía la pierna agarrada. Me enterró los colmillos bien adentro, y sentí como que llegaba con los dientes hasta el hueso”, cuenta Mercedes, en su casa donde se recupera de la herida.

“Aquí hay responsabilidad de la gente que le da comida a los perros de la calle, porque si los quieren tanto deberían adoptarlos” Roberto Jacob, alcalde de La Serena.

Gritó, pero nadie pudo frenar al animal. Sólo cuando el conductor de un microbús se dio cuenta de lo que estaba pasando, pudo hacer algo. Empezó a tocar la bocina fuertemente hasta que el perro se asustó y huyó. Pero ya era demasiado tarde para la señora que estaba tendida en el suelo, con la pierna ensangrentada. “Ahí llegaron unas personas a verme y llamaron a carabineros que me auxiliaron. Me dijeron que ellos no podían hacer nada, y sólo me indicaron que tenía que ir a un hospital. Eso hice y ahora me estoy poniendo las vacunas antirrábicas, yendo a curaciones, algo que agradezco porque pudo haber sido peor, si no es por ese caballero de la micro”, enfatizó la víctima del animal.

Luchando por bajar las cifras

Casos como los de Rubén y Mercedes no son aislados. Según cifras de la Seremía de Salud, durante el 2018 se han producido 1.237 mordeduras de perros que no tienen un domicilio conocido, un número que habría aumentado este año, según datos extraoficiales.

Los casos ocurridos en la capital regional han puesto una vez más sobre la mesa la problemática de los perros abandonados, y el peligro que generan.

De acuerdo al último catastro realizado en el 2016, en La Serena existirían algo más de 7 mil canes deambulando por las calles, y en muchos casos constituyéndose en jaurías. Sin embargo, desde el municipio están haciendo esfuerzos para poder solucionar esta situación, sin duda un punto negro para una ciudad turística.

El tema con los perros agresivos es complejo, porque se forman jaurías y en algunos casos éstas se tornan peligrosas”, Irma Petit, encargada del Centro de Tenencia Responsable de La Serena.

Irma Petit, encargada del centro de tenencia responsable  de La Serena, que funciona en el antiguo canil del Parque Coll, puntualiza que el foco para controlar el crecimiento de la población canina callejera está puesto en la esterilización realizando 200 de manera mensual. Pero también pone el acento en la adopción, que es otra alternativa pero que, lamentablemente, la gente no toma. “El tema con los perros agresivos es complejo, porque se forman jaurías y en algunos casos éstas se tornan peligrosas. El problema es que hay gente que los alimenta, porque no está prohibido, y dicen preocuparse por ellos, pero pese a esta preocupación, no se los llevan a su casa, y no llegan a la instancia de adoptar al perro, lo que sí sería una solución. Si la gente adoptara, créeme que no veríamos a ningún perro en la calle”, explicó Petit.

“Ley Cholito” y efecto no deseado

La nueva Ley de Tenencia Responsable de Mascotas y Animales de Compañía, conocida como “Ley Cholito”, establece tres obligaciones fundamentales para los dueños de las mascotas. En primer lugar, registrarla e implementarle dispositivo electrónico; responsabilizarse de su alimentación y manejo sanitario, y por último, responder civilmente por los daños que causen.

Lamentablemente, la normativa no abarca a los perros abandonados, ya que, se supone no tendrían dueño. Sin embargo, según Irma Petit, esto se debería investigar y buscar responsabilidades, ya que “hay mucha gente que sí es dueña de los perros, pero que los suelta en la noche y los deja a la deriva”. En ese momento es cuando se unen a jaurías que  podrían generar ataques. Pero es complejo pesquisar esta situación, ya que se tendría que sorprender al sujeto de manera flagrante soltando al animal, porque difícilmente quienes dejan a sus mascotas a la deriva les han puesto el chip correspondiente. De hecho, sólo un 25% de los animales  de compañía en La Serena se encuentra registrado.

En ese mismo sentido, la “Ley Cholito”, habría generado un efecto no deseado en uno de sus puntos, que habría generado un aumento en los perros de la calle. “Hay mucha gente que debido a las nuevas responsabilidades que hay, como registrarlos, simplemente se está deshaciendo de ellos. Nosotros hemos encontrado camadas de perros botados en la calle”, indica.

¿A quién reclamar?

Si los perros son callejeros, o es imposible identificar al dueño porque no se hace responsable y lo deja deambular por las calles. ¿A quién le deben reclamar tanto Rubén como Mercedes por el daño sufrido? Según el abogado Carlos Galleguillos, las opciones serían pocas. “Si el perro es callejero no se puede atribuir una responsabilidad civil a una persona. Esto sí se puede hacer si el titular del perro es conocido, ahí la víctima debe ir a un juzgado de policía local donde se van a determinar las sanciones”, precisó el abogado.

Respecto a las eventuales responsabilidades del municipio, Galleguillos puntualiza que sí podrían existir. “Si el afectado decide hacer una demanda contra el municipio, puede hacerla, ya que desde el punto de vista de que ellos (el municipio) tienen la obligación, de acuerdo al mandato, de retirar, efectuar un tratamiento y sanitizar a los animales que están en la calle, son responsables en algún punto. Ahí la víctima puede aludir un incumplimiento de servicio por parte de la casa edilicia”, manifestó el profesional.

Responsabilidad de la gente

Hasta ahora el alcalde de La Serena, Roberto Jacob, no ha recibido ninguna denuncia. De igual forma se muestra preocupado por un tema que ha generado problemas desde hace años. “Aquí es importante recalcar la responsabilidad que tiene la gente que les da comida, porque eso genera que los perros se adueñen de los lugares, ya que son territoriales, y cuando se sienten invadidos, atacan”, expresó el edil, agregando que “si quieren tanto a los perros, deberían abrirles las puertas de su casa y adoptarlos”.

Por lo pronto, dice que enviará a un equipo municipal a verificar la situación de los animales cercanos a la plaza Tenri, para esterilizarlos e intentar darlos en adopción, ya que es lo único que pueden hacer. “Estamos haciendo un potente trabajo en esa línea, esterilizando, pero esto no se va a solucionar si las mismas personas no colaboran. Respecto a la eutanasia, nosotros la descartamos. No vamos a ponernos a matar perros”, aseveró.

¿Qué hacer en caso de?

Nadie está libre de ser atacado. Por lo mismo, la médica veterinaria de la clínica Megaservet, María Fernanda Fuentes, indica que, en caso de tener que enfrentar una situación así, lo mejor es “quedarse quieto, no realizar movimientos bruscos, porque eso llama más la atención del perro”, precisa.

Ahora bien, todo se complica cuando se trata de una jauría. “En ese caso, es bastante difícil librar, porque si el perro te muerde, tú vas a gritar por el dolor y los demás perros atacarán todavía más. Correr tampoco es una opción porque te van a pillar igual. Entonces, es muy complicado”, asevera la experta, dejando claro que lo mejor es transitar por lugares donde no existan estos grupos de canes, a la espera de que la autoridad, o alguien, dé solución al problema. 460iR

La señora Mercedes todavía tiene que asistir a curaciones producto de la herida que le dejó un perro.FOTO: JUAN CARLOS PIZARRO A.

Visión animalista

Hace algún tiempo, un grupo de casas de perros denominada “Villa Perrito”, hizo noticia debido a que los animales que ahí vivían estaban al cuidado de un grupo de jóvenes animalistas. Una de ellas es Paulina Toro, quien se refiere a la problemática de las jaurías, y descarta que los canes  de ese lugar -“Villa Perrito”- constituyan una. “Ellos no son perros de la calle, ni abandonados. Fueron abandonados por sus antiguos dueños, pero nosotros los tomamos. No son perros que pasen hambre, que tengan que andar buscando comida, por lo que difícilmente se puedan volver una jauría”, enfatizó.

Indicó que “se debe identificar a los dueños de los perros que los sueltan y multarlos. No irse en contra de los perros, ni pensar en sacrificarlos, porque así el tema no se terminará nunca”, expresó.

 

 

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