• Las escuelas libres trabajan con grupos reducidos y preparan a los niños para rendir exámenes en una escuela tradicional que valida los conocimientos
Crédito fotografía: 
Andrea Cantillanes
Mientras autoridades se inclinan por los beneficios de la educación tradicional, los padres entregaron sus impresiones de la formación de sus hijos con ese formato y en líneas generales están satisfechos.

Hasta el pasado mes, en la región de Coquimbo había entre 643 y 645 alumnos que no estaban registrados en el Sistema de Admisión Escolar (SAE).

Una situación que ocurrió ante la imposibilidad de los afectados para acceder a establecimientos de su preferencia o por haber sido asignados a recintos escolares lejanos a su domicilio, de acuerdo a los datos que maneja la Seremi de Educación.

Se cree que muchos optaron por inscribir a sus hijos en colegios particulares, -pese al costo económico asociado-, o decantarse por la modalidad de educación libre, para luego rendir en exámenes en una institución que se los valida.

Así lo manifestó el Seremi de Educación, Claudio Oyarzún, quien consultado por El Día hizo mención al panorama educativo regional, tomando en cuenta a aquellos que tuvieron problemas para conseguir una vacante mediante el SAE, lo que generó molestia y reclamos que incluso fueron elevados a la ministra de la cartera Marcela Cubillos a principios de año, sin embargo, poco se pudo hacer pues la ley actual debe cumplirse.

“Sin duda alguna el sistema debe ser revisado e incorporar nuevos criterios de admisión como mérito académico, ampliación del criterio hermanos a familia o que vivan bajo un mismo techo, prioridad a vulnerables y prioritarios como los niños del Sename. Quisiéramos que los estudiantes y familias que optan por la modalidad libre fuera por decisión propia y no condicionada por un sistema de admisión que no ha funcionado eficientemente”, reconoce el Seremi.

“Me gusta la escuela libre porque además de los ramos tradicionales, tienen educación emocional y el área artística, así que ha sido mucho mejor”, Marjorie González, apoderada

Por eso el pasado lunes, la autoridad regional se reunió con apoderados de menores que no están asistiendo a un colegio regular para conocer de sus realidades y sin desfavorecer esta alternativa, Oyarzún considera que la educación al interior del aula da herramientas para fomentar las habilidades blandas, que son importantes para desenvolverse en la sociedad.

“(…) Es un proceso bien especial porque aún tenemos situaciones. Hay niños que no pudieron acceder a la opción que ellos querían o escoger alguna de las aginadas por el sistema, ya que no cumplen con las expectativas”, explica.

Según el último sondeo del Ministerio de Educación, en la región hay 47 alumnos que estudian bajo este formato pero en tres grupos definidos; los mayores de edad que desean validar para obtener certificados de continuidad de estudios, los que requieren la equivalencia de estudios para fines laborales, y los menores que deben validar para obtener certificados de continuidad.

Las impresiones de la modalidad libre

La apoderada Bárbara Tapia reseña a El Día las dificultades que enfrentó con dos de sus hijas por problemas con el SAE, una de las cuales comenzó a estudiar en una escuela libre.

“A nosotros este cambió nos causó un tremendo remezón. El colegio donde estudiaba mi hija mayor pasó de subvencionado a particular y tuve que sacarla (…) Estuvo medio año en otro pero no se adaptó, así que la tuve que devolver al primero y estamos haciendo un tremendo esfuerzo para pagar. Esperamos que curse los últimos dos años allí”, cuenta.

El segundo problema se presentó con otra de sus hijas, que empezaría a cursar primero básico pero no quedó en ninguna de las opciones, pese a postular dos veces a través de la plataforma.

“Fueron alrededor de 7 colegios pero en todos quedó en listas de espera. Nos acercamos a todos los centros que postulamos y a los que no para ver si es que alguno nos abría las puertas. Estuvimos en el Ministerio de Educación en el mes de enero, pero al final nos enviaron a un colegio que nos queda en Coquimbo y vivimos en La Serena, así que era imposible porque tengo 3 hijas y esa alternativa no la tomé porque tendría que llevarla a un recinto que yo no quiero”, dice

Además, recuerda que para su hija fue bastante triste la compra de útiles para sus hermanas y preguntaba constantemente cuándo empezaría a estudiar, hasta que encontraron la escuela libre Kimen, ubicada en el sector El Milagro.

“Ella la pasa súper bien allí, pero nosotros como papás teníamos mucho miedo porque hay pocos niños. Sentimos que se le quitó el derecho a mi hija a estudiar en un colegio tradicional, porque aunque este sistema libre es bueno, es diferente, y estamos nerviosos porque aún no sabemos si ella va a estar a la par al presenta las pruebas”, admite.

Para Marjorie González, otra apoderada, esta opción ha resultado bastante beneficiosa. Su hija, que cursa octavo básico, comenzó a estudiar en la Escuela Libre Arte Vida, ubicada en Huanhualí.

“Al momento de postular no colocamos muchas opciones, sin embargo no quedó en ninguno. Luchamos hasta el último momento, hasta participé en una reunión con la Ministra de educación, pero ahí me di cuenta que difícilmente ella podría volver a postular a los colegios donde yo quisiera que estudiara porque no cumple con los criterios de la ley, como tener hermanos o familiares en el centro educacional, haber estudiado allí previamente o ser estudiante con prioridad”, precisa.

“Sentimos que se le quitó el derecho a mi hija a estudiar en un colegio tradicional”, Bárbara Tapia, apoderada

Por esta razón la inscribió en la escuela libre, y está contenta con la decisión.

“A su nivel que comprende 7mo y 8vo básico asisten 10 niños. Me gusta mucho porque además de los ramos tradicionales tienen educación emocional y el área artística, así que la  verdad es que ha sido mucho mejor, aunque igual tengo que cancelar una mensualidad, pero es acorde a la de un colegio particular”, apunta. 6101i

El trabajo es con grupos reducidos

Una de las particularidades de las escuelas libres es que los bloques horarios son más acotados y cada curso se integra con un grupo pequeño de estudiantes, lo que hace más personalizada la formación.

Así lo afirmó Solanlly Sturla, miembro de la directiva de la escuela libre Kimen, que comenzó a funcionar oficialmente este año con asesorías del Centro de Negocios de Sercotec.

“(…) Nosotros recibimos justamente a los niños que no quedaron en el sistema tradicional pero también tenemos un público, y son los papás que quieren una educación más personalizada y respetuosa para sus hijos (…) el máximo es de 12 alumnos por profesor”, agrega.

Sturla asegura que con esta modalidad es mucho más fácil llegar a los niños, los bloques de estudio son de 30 a 60 minutos y se realizan pausas activas si es que los alumnos se encuentran cansados.

“En este momento tenemos 7 pequeños y con respecto a los profesores hay una jefe, el profesor de inglés, más el de música”, destaca.  

La mensualidad es de 137 mil pesos y al momento de presentar los exámenes en una institución avalada por el Ministerio de Educación, los padres reciben todas las orientaciones para inscribir a sus hijos y que rindan los exámenes durante el mes de noviembre.

 

Encuentro con estudiantes

Este miércoles, el Seremi de Educación sostuvo un encuentro alumnos de sexto, séptimo y octavo básico de dos liceos bicentenarios de la región: el Instituto de Administración y Comercio de Coquimbo y el liceo Gregorio Cordovez de La Serena. En la actividad hablaron de lo que significa estudiar en una institución con esa distinción y del proceso de admisión, además los estudiantes entregaron su opinión sobre las oportunidades de estudio en esos recintos.

"Nosotros queremos concretar en algún momento que se considere como criterio de admisión el mérito académico. Fue muy interesante escuchar a los niños porque a ellos les parece justo que si se tienen buenas notas se pueda quedar en el colegio que quieren y eso nos da más fuerza para seguir poniendo en la mesa esta posibilidad para eventualmente legislar al respecto", manifestó. 

Por su parte la intendenta Lucía Pinto, quien se acercó a saludar a los estudiantes tras el desayuno realizado en el salón Prat de la Intendencia regional, reiteró que el proyecto de Ley de Admisión Justa es una herramienta importante "para empezar a hacer justicia en nuestra educación, reconociendo el esfuerzo y el mérito de cada uno de los estudiantes y de sus familias. Por eso llamamos a nuestros parlamentarios a abordar esta iniciativa pensando en el bien común, hoy uno de cada dos niños no queda en el colegio de su preferencia, eso genera descontento y frustración, sin duda necesitamos mejorar el sistema ahora”.

 

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