• La psicóloga educativa María de Los Ángeles Bonilla, asegura que los estudiantes pueden estar expuestos a altos niveles de estrés y ansiedad tras regresar a las aulas y tener que adaptarse a un proceso de recuperación
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Lautaro Carmona
Según el Seremi de Educación, las propuestas de recuperación de los colegios que en la región se adhirieron al paro se encuentran en evaluación. Ninguno de los establecimientos eligió extender actividades hasta el 15 de enero.

Este martes los estudiantes de colegios municipales, particulares subvencionados, de los servicios locales de educación y privados regresan a las aulas luego de dos semanas de vacaciones de invierno.

La particularidad esta vez, es que los 396 establecimientos públicos de la región que se adhirieron al paro nacional también retoman sus funciones tras 50 días sin actividades, luego que el Colegio de Profesores hiciera una consulta nacional en la cual el 67,3% de los docentes votó a favor de colocar punto final a la movilización.

Entonces, no es solo el volver a clases lo que en esta oportunidad compete a profesores, autoridades, apoderados y alumnos, sino además fijar la modalidad de recuperación en aquellos recintos que apoyaron el paro para poder cumplir con la malla curricular de cada curso.

El Seremi de Educación, Claudio Oyarzún, señaló a El Día que como autoridad en la materia están satisfechos porque las clases se van a normalizar después de casi dos meses, ya que “los procesos de aprendizaje más significativos son los que se dan al interior de las aulas”.

“Sabemos que regresar a clases, tanto para los docentes como para los alumnos, no es una tarea sencilla, sobre todo si se considera la cantidad de tiempo que se perdió, sin embargo, estamos seguros que se destinarán todos los esfuerzos para poder recuperar el contenido que no se alcanzó a pasar durante el primer semestre, para finalizar el año adecuadamente”, dijo.

Definir los planes de recuperación

Uno de los temas que más preocupa es la recalendarización. La semana pasada, el Ministerio de Educación divulgó tres propuestas: recuperar clases los sábados, alargar la jornada escolar, o finalizarlas hasta el 15 de enero.

En una encuesta realizada en el Facebook de El Día sobre las mencionadas opciones, los usuarios comentaron su opinión al respecto, y algunos de ellos ni siquiera contemplan la idea de un plan de recuperación al considerar que será agotador para los niños estudiar contenidos en poco tiempo.

“Todos argumentando que los alumnos no deben recuperar clases, que es culpa de los profesores, que irán a clases en verano... Pero realmente no leí ningún comentario opinando sobre los conocimientos que sus hijos o los alumnos dejaron de recibir. Esto no es horas más, horas menos para cumplir una jornada de trabajo, esto es que los alumnos tendrán menos tiempo para asimilar los conocimientos que deben adquirir”, señaló Marcela García Rivera.

Sin embargo, los que presentaron la propuesta final son los propios establecimientos educacionales.

Jorge Munizaga, presidente regional de Colegio de Profesores, explicó a El Día que el último punto del acuerdo de negociación entre el gremio docente y el Ministerio de Educación, fue el proceso de recuperación de clases, que se adecuará “a la realidad de cada región, provincia y comuna”.

“Dada la complejidad del paro, esta paralización no tuvo las mismas características en cada una de las zonas. Por ejemplo, en el caso de La Serena estuvieron paralizados prácticamente todos los colegios, pero no así en otras comunas de la región o del país. Entonces, el calendario de recuperación de clases lo deben presentar los establecimientos a los departamentos o servicios locales de Educación que posteriormente enviarán la información al Ministerio de Educación.

“Este martes nosotros como directorio regional tenemos una reunión con el Seremi de Educación, Claudio Oyarzún, donde vamos a abordar específicamente el tema. Esperamos concordar sin ninguna dificultad en el proceso de recuperación porque la idea es que no vaya más allá del mes de diciembre de acuerdo a nuestros cálculos”, indicó.

Según Munizaga, cuando se habla de recalendarización hasta el 15 de enero, es porque se toma en cuenta el trabajo administrativo de los profesores, pero no quiere decir los estudiantes vayan a estar en clases para esa fecha.

“Lo ideal sería que la recuperación se hiciera los días viernes en la tarde, que se puedan incorporar horas durante la semana, y eventualmente un día sábado, pero es muy importante aclarar que todo esto se hace en concordancia con los Consejos Escolares de cada establecimiento, en los que participan los directivos, docentes, apoderados y estudiantes”, sostuvo.

No obstante, el Seremi Claudio Oyarzún informó que en la región ya se recepcionaron todos los planes de recuperación, y se encuentran en proceso de evaluación.

“En la región de Coquimbo, los establecimientos tuvieron tres opciones para recuperar las clases, estas son extender la jornada diaria o tener clases los sábados teniendo como fecha tope el 20 de diciembre para cerrar el semestre. Pero, en caso de que un establecimiento lo necesite, se podrá extender el año escolar hasta el 15 de enero de 2020, aunque no nos han llegado de estos casos extraordinarios”, apuntó. 6101iR

¿Cómo afecta la falta de clases a los estudiantes?

Independientemente de la importancia del paro para el gremio de docentes que reclamaban una serie de beneficios laborales y solución definitiva para demandas históricas, largos periodos sin clases resultan negativos para los estudiantes, puesto que se enfrentan a estrés cuando se juntan todas las evaluaciones en poco tiempo.

María de los Ángeles Bonilla, psicóloga infantojuvenil y magíster en curso de psicología educacional, precisó a El Día que a los estudiantes más chiquititos les afecta bastante, ya que necesitan de una rutina para poder funcionar.

“Ellos necesitan de actos continuos y concretos; levantarse a una determinada hora, continuar con las mismas horas de sueño, tener ciertas hora de estudio diarias y con esta recalendarización se ven afectados. Por ende, los pequeños se frustran, estresan, aparece la ansiedad y hasta depresión infantil, porque sienten que no pueden cumplir con las actividades que se les está proponiendo y, a diferencia de los adultos, ellos manifiestan su depresión con rabietas, dolores de guatita o no querer ir al colegio”, detalló.

En esos momentos, el apoyo de los padres es fundamental, recalcó la psicóloga, ya que los niños, especialmente los más pequeños, “no tienen la capacidad de incorporar los hábitos de estudio por sí mismos, y ellos piensan que están de vacaciones, a diferencia de los adolescentes sobre los 14 años quienes pueden adquirirlos diariamente”.

Consultada sobre cómo influye la pérdida de clases en habilidades y conocimientos de los niños, Bonilla indica que la formación de habilidades puede trabajarse de manera diferente  en cada plantel educativo, donde generalmente se refuerza la capacidad de lectura, crítica o análisis, “y eso, independientemente de los paros no debiera haberse afectado si es que se trabaja bien”, pero en donde sí se ve una diferencia es en el tema de los conocimientos.

“Los chicos llegan a final de año con un cuarto de la materia. He conversado con un montón de papás que los cambian de colegio porque en el año anterior estuvieron en paro entonces llegan con mucho retraso en cuanto al nivel curricular se refiere. Lo bueno es que esta área se puede nivelar, pero a un costo que genera estrés en los niños, porque es darle más materia en poco tiempo para que puedan alcanzar el conocimiento de sus pares de colegios particulares o subvencionados”, acotó.

En este sentido, Claudio Oyarzún señaló que durante la paralización y vacaciones de invierno, el Ministerio de Educación realizó diferentes gestiones para que los estudiantes no entraran “tan desconectados” a las clases.

“Hicimos promoción de los Winter Camp para que los estudiantes mejoraran su idioma inglés, la Biblioteca Digital Escolar, que contempla más de 6 mil ejemplares para fomentar la lectura en tiempos de descanso estuvo a disposición, y entregamos cuadernillos “Aprendo Sin Parar” de matemáticas y lenguaje a los estudiantes de establecimientos evaluados como insuficientes por la Agencia de Calidad de la Educación, para que pudiesen repasar la materia de forma entretenida”, comentó.

 

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