• La ventaja de esta medición, según indican del Mineduc, es que permitirá corregir durante el año los aspectos educativos en los que los alumnos registren menos avances.
    La ventaja de esta medición, según indican del Mineduc, es que permitirá corregir durante el año los aspectos educativos en los que los alumnos registren menos avances.
Crédito fotografía: 
Andrea Cantillanes
Se trata de la Evaluación Progresiva, medición que será de carácter voluntario y se aplicará 3 veces al año en segundo básico por los docentes del mismo establecimiento. La diferencia radicará en que no solo entregará resultados grupales, sino que también alumno por alumno

El año pasado fue aprobada por el Consejo de Educación la modificación al Plan Nacional de Evaluación. Eso significó reducir el número de evaluaciones del Simce y también agregar un nuevo sistema de medición de la calidad de la educación en los establecimientos. Se trata de la Evaluación Progresiva, que a diferencia del Simce se aplicará 3 veces al año y entregará no solo un resultado grupal, sino que permitirá verificar los avances alumno por alumno, de manera de que los docentes puedan concentrarse en aquellos aspectos en los que presenten más complicaciones.

Así lo explicó a El Día Carlos Henríquez, secretario ejecutivo de la Agencia de la Calidad de la Educación, quien llegó hasta la región para participar en una reunión del Sistema de Aseguramiento de la Calidad, en la que también estuvo presente de Subsecretaria de Educación, Valentina Quiroga, y el Superintendente de Educación, Alexis Ramírez, además de los equipos regionales.

“Nos reunimos con el foco de poder mirar que acciones se pueden realizar para que todas las escuelas puedan utilizar las condiciones que contamos en la actualidad a raíz de la reforma. En esa línea la región ha sido muy proactiva en poner en el centro de la conversación los colegios, la gente sabe que en educación hay problemas y siempre van a existir, lo importante es como uno de hace cargo y tiene condiciones para poder mejorar. Aquí lo relevante va a ser en cómo todos los colegios, municipales, particulares subvencionados y particulares pagados aprovechen esas condiciones para impactar en aprendizajes integrales de nuestras niñas, niños y jóvenes”, puntualizó la autoridad.

En este sentido, recalcó que lo que están persiguiendo ahora como ministerio es instaurar la idea de que cada escuela es única. “Acá no se trata de construir programas para todos, sino que cada escuela pueda tener su diagnóstico de fortalezas, de debilidades, de cuáles son sus nodos críticos para poder mejorar. Ya no es tener una mirada común, que una receta va a arreglar o solucionarlos a todos, sino que más bien entender a cada escuela en función de sus características”, indicó.

El segundo objetivo, agregó, es ver cómo la escuela aprovecha la información existente en ese diagnóstico para que los recursos disponibles puedan impactar. “Incluso este año hay más recursos por la ley de inclusión con la reforma en marcha, más tiempo para que los profesores puedan planificar. Tenemos que ver entonces como eso finalmente se utiliza para poder avanzar”.

Esto permitirá además, dijo, poder establecer un plan de apoyo del Sistema de Aseguramiento de la Calidad mucho más direccionado a los colegios de más bajo desempeño “con el fin de que ojalá den el salto que es lo que queremos, que ellos no se nos queden atrás. Aquí la calidad no se mejora por competencia, ya está demostrado con más de 20 años que la competencia no hace avanzar, que el cierre de las escuelas tampoco va a hacer que esto cambie, sino más bien es cómo tener condiciones en todas las escuelas de la región y del país para avanzar en calidad y, tenemos que ver cómo apoyamos a utilizar las distintas capacidades que hoy existen en esa línea”.

Conscientes de esto, dijo, es que se tomó la determinación de establecer esta evaluación progresiva, que va a cambiar el paradigma de lo que ha existido por más de dos décadas. “Tenemos un nuevo sistema de evaluación. Antes el concepto de calidad era solo lenguaje y matemáticas, medida por el Simce. Hoy nos importa que aprendan lenguaje y matemáticas, pero no es lo único, sino que estamos hablando de un desarrollo integral, socioemocional. Y en esa línea hemos entregado los indicadores de desarrollo personal y social, en que todos los colegios tienen una mirada mucho más amplia en las asignaturas tradicionales, pero también en convivencia, en participación, en autoestima, en vida saludable, para esta relación más integral de nuestros jóvenes”, recalcó.

Para ello, se determinó disminuir a la mitad las evaluaciones del Simce, que hasta ahora se medían prácticamente en todos los niveles “para no agobiar innecesariamente al colegio, a los estudiantes o a los profesores”, especificó.

EN QUÉ CONSISTE LA EVALUACIÓN PROGRESIVA

Según explica Henríquez, lo que se hizo ahora fue eliminar el Simce en segundo básico y establecer esta evaluación que es de carácter voluntario. El plazo para que los establecimientos se inscribieran vencía el 28 de abril, pero a días de cumplirse ya estaban participando 263 establecimientos, que representan el 48% del número de colegios y el 77% de la matrícula.

“Esto es voluntario, porque el mejoramiento tiene una diferencia con lo obligatorio, que es prescriptivo, es lo que hay que cumplir, pero la mejora tiene que ver con que tiene que ser una opción y en esa lógica creemos que la mejora no se decreta y tampoco el cumplimiento “cumplo y miento”, sino más bien es la convicción de todo colegio que quiera mejorar”.

Respecto de su aplicación, detalló que la realiza cada uno de los colegios. “Nosotros tenemos una plataforma para que ellos descarguen las pruebas, lo pueden hacer en computador o en papel, después el colegio lo ingresa a un sistema, el reporte es en línea, el profesor puede ver resultados por niño, por grupo de niños, por habilidad, si está mejor en localizar el texto, versus la habilidad de interpretar el texto, ahí hay un avance muy sustantivo”, indicó Henríquez.

Por su parte, Mónica Espina, encargada de la macrozona centro norte de la Agencia de Calidad de la Educación, manifestó que se decidió optar por este mecanismo dado que si bien el Simce se venía dando hace un par de años, existía un alto número de estudiantes que no leía comprensivamente “por tanto los resultados que nos reportaba esa evaluación no mejoraban, había que tomar otras decisiones que permitiesen apoyar más a las escuelas o entregarles más herramientas. A cambio del Simce y de que se generara una evaluación, se creó este sistema que es voluntario”, precisó.

Señala que se trata de una prueba que sigue los mismos lineamientos curriculares que seguía el Simce de segundo básico. “La diferencia está en que la escuela se inscribe voluntariamente, no es obligatoria, conocen la prueba antes de aplicarla, en general quien aplica la prueba es el profesor que luego sube estos resultados a una plataforma, la que le entrega los resultados con alguna orientación pedagógica respecto de eso”.

Pero a su juicio, el cambio más relevante y en lo cual se diferencia del Simce, es en que los resultados no se dan genéricos. “No tengo 250 puntos en un curso, si no que viene detallado por cada uno de los niños, entonces, yo puedo ver el progreso de cada uno de mis estudiantes respecto a ciertas habilidades. Se toma 3 veces al año, entonces me permite ir tomando decisiones durante el periodo educativo y no esperar hasta el año siguiente, que es lo que estaba ocurriendo hasta ahora”

La evaluación progresiva partió a mitad del año pasado, por lo cual se realizaron solo dos mediciones. Durante el 2017 ya se realizó la primera aplicación y se efectuará otra en junio y una en el mes de octubre.

“El beneficio que debería reportar cualquier evaluación, más allá del número, es que la escuela pueda tomar una decisión respecto de la información que entrega la evaluación, porque si solo me entrega un número no me permite apropiarme de eso, en cambio cuando ese número viene asociado a una habilidad, a cada niño en específico, ya puedes monitorear y tomar mejores decisiones dentro del aula, que es adonde nos interesa llegar”, recalcó.

Información actualizada

El seremi de Educación, Pedro Esparza, también destacó la relevancia que tendrá la evaluación, haciendo hincapié en que permitirá otorgar una información actualizada de cuál es el estado o el nivel de los aprendizajes de un alumno en particular. “Parte en el primer trimestre del año y luego se aplica a mitad de año y a final de año, por lo cual se puede ir estableciendo qué grado de incidencia tuvieron las estrategias que la escuela desarrolló, porque a veces nos quedamos con que un niño tiene dificultades de aprendizaje, pero la foto sigue siendo prácticamente la misma durante todo el año y ese niño repite, lo que no es para nada deseable desde toda perspectiva”.

Por lo tanto, añade “permite instalar las alertas de manera mucho más temprana para hacer una intervención que sea a favor de ese niño que tiene aprendizaje descendido”, precisó Esparza.

DATOS CLAVE

  • A la evaluación progresiva se inscribirán los colegios de manera voluntaria y será aplicada 3 veces al año.
  • La aplicación será efectuada por los mismos docentes, quienes subirán los resultados a una plataforma web que arrojará los resultados grupales y también alumno por alumno.
  • A diferencia del Simce, este mecanismo permitirá ir cotejando los avances de los alumnos durante el año, de manera de corregir los aspectos en los que existan menos avances.

 

 

Suscríbete a El Día y recibe a diario la información más importante

* campos requeridos

 

 

Contenido relacionado

- {{similar.created}}

No hay contenido relacionado

Cargando ...

 

 

 

 

 

 

 

 

Diario El Día

 

 

 

X