Tristes y melancólicos miran los transeúntes que a diario recorren las calles del casco histórico de La Serena. La ciudad que otrora se erigía imponente con antiguas fachadas y novedosos monumentos hoy muestra su cara más nostálgica.
Al día siguiente y con la luz del día se pudo dimensionar el impacto del movimiento sísmico, las imágenes se repetían una y otra vez. Tejas en el suelo, fachadas completas destruidas, grietas en las viviendas y hasta el desprendimiento de una cornisa en la catedral de La Serena.
Cuando se está por cumplir un mes del terremoto 6.7 que sacudió a la Región de Coquimbo el recorrido por la ciudad de los campanarios se hace con dificultad, ya que gran parte del centro está cercado con cintas de seguridad debido al peligro de derrumbe que presentan algunos inmuebles.
La postal no deja indiferente a nadie, en especial a los serenenses que han vivido en carne propia los embates de la naturaleza, como el terremoto del 2015, el temporal de mayo del 2017 y el sismo del 19 de enero, eventos que han contribuido al deterioro de una de las Zonas Típicas urbanas más grandes del país.
El terremoto dejó al descubierto una cara poco amable y una huella imborrable en la capital regional, aunque ayer el Presidente de la República, Sebastián Piñera anunció en Coquimbo la forma cómo se recuperará el casco histórico dijo estar consciente del daño que provocó en la zona más patrimonial de la capital regional.
El problema de los recursos
Quien conoce de fondo la problemática de la Zona Típica de La Serena, es el actual diputado Raúl Saldívar, que fue alcalde de la ciudad en dos periodos, oportunidad en la que propuso reducir la zona de protección.
“En mi segundo periodo hicimos un arduo trabajo con el Consejo de Monumentos Nacionales. Queríamos que la Zona Típica fuera una especie de plano seccional, donde la Dirección de Obras tuviera más injerencia”, indicó Saldívar.
Consciente del desafío de convivir con una Zona Típica, el parlamentario precisó que tenía otras ideas, como mantener las cien hectáreas pero generar tres anillos donde la aplicación de la normativa fuera diferente de acuerdo a la presencia de monumentos.
“Estos tres anillos funcionarían de la siguiente manera: la zona del centro, que alberga la gran cantidad de monumentos, estaría bajo una normativa más dura, el segundo, con menor presencia de inmuebles que se deben conservar, tendría otra, y así el tercer anillo sería más flexible y con menor rigidez, porque todo lo que está en la Zona Típica no tiene el mismo valor”, detalló Raúl Saldívar.
Consultado por la problemática que enfrenta el centro cívico de la ciudad y el rol del Consejo de Monumentos Nacionales, Saldívar, apuntó que visualiza un “exceso de celo por cautelar sectores que no tienen tanto valor patrimonial ni arquitectónico”.
A juicio del ex alcalde y hoy legislador la problemática es que actualmente se protege excesivamente sin considerar el valor o importancia de lo que hay en distintas áreas. “Esto afecta y perjudica lugares donde no es necesario ejercer un grado de protección”, añadió el exalcalde.
Saldívar fue categórico al decir que la frase “no hay recursos” se podría solucionar modificando el CMN, “podría ser un órgano con cierto grado de autonomía que tenga vinculación con al menos un par de ministerios. Lo importante son las facultades que tenga y los recursos con los que cuente, eso es vital”.
¿Contradicción del Consejo de Monumentos Nacionales?
Respecto a la contradicción que algunas personas acusan por parte del CMN de no proteger, por ejemplo el edificio del Correo en la capital regional y de aplicar una normativa rígida sobre la Zona Típica de La Serena, Raúl Saldívar, precisó que la demolición del emblemático edificio se realizó bajo la dictadura militar “y no creo que el Consejo haya podido tener injerencia en esa decisión”.
“Es una lástima, porque la pérdida patrimonial en Chile es irrecuperable y muchas veces queda rezagado”, finalizó el parlamentario y exalcalde de La Serena.